LA INVESTIDURA TENDRÁ SU PRIMER ASALTO EL 17A Y CON FINAL ABIERTO
La elección el
jueves próximo de las autoridades del Congreso será la primera foto de una
negociación que va sumando intensidad con los días. El PSOE y los soberanistas
acercan posiciones mientras que el PP no desiste. Desconfianza en Sumar con la
estrategia de Sánchez. ¿Habrá dos plenos de investidura?
DANIEL
GALVALIZI
Tras la resaca veraniega y poselectoral vuelve el show. Al menos para los partidos y para los votantes interesados en el devenir político y que no quedaron exhaustos de un trimestre de campaña y politización. La playa y el cóctel bajo un sol que en casi toda la península no tuvo misericordia esta semana son un plan sin dudas más armonioso que las negociaciones para la investidura.
Desaparecido el bipartidismo y con un bibloquismo antagónico y muy poco abierto a pactos transversales, la votación del 17 de agosto para decidir quién ocupará la presidencia del Congreso de los Diputados y sus otros ocho cargos electivos se convierte en el primer match clave en el camino hacia el pleno de investidura que será en septiembre.
Cuando uno de los
dos grandes partidos del Estado ganaban las generales solían hacerlo con una
mayoría tan holgada, que no absoluta, que no ponía duda quién presidiría las
Cortes. Incluso no faltó vez que no haya un acuerdo pragmático entre ambos.
Pero todo ha cambiado y el empate aritmético entre el bloque conservador y el
bloque progresista plurinacional es tal que lo del jueves próximo bien valdrá
echarse en una tumbona con palomitas. Más aún con un PSOE que juega a la
dilación, el silencio y agudizar las contradicciones de los posibles aliados.
Posiciones en
convergencia
La semana ha
culminado con buenas noticias para la izquierda. Si bien ante cada pregunta los
responsables de comunicación de Ferraz responden la misma frase a cada chat con
periodistas (“Seguimos trabajando con discreción para que haya una presidencia
y mesa progresista”), quien fue menos discreta fue la diputada de Esquerra
Republicana, Teresa Jordà, quien ha dado más precisiones sobre las
negociaciones con el PSOE y en rueda de prensa auguró un acuerdo.
La electa por
Barcelona dijo que las conversaciones van “a su ritmo” y que el PSOE no ha dado
nombres para el cargo principal, el tercero en relevancia en el Estado (y el
segundo si obviamos al Rey, que no es elegible). “Esto no va tanto de nombres,
sino que va de política. No se trata de si estamos o no en la Mesa, se trata de
otras cosas. Ante la posibilidad de que la Mesa esté presidida por el PP o por
el PSOE, preferimos ponernos al lado del supuesto progresismo español. Es
evidente que es agosto pero a pesar de todo ya hemos establecido conversaciones
y estamos en la semana previa para acabar de cerrar este posible soporte al
PSOE”, afirmó.
Los socialistas
recurrirán al Tribunal Supremo para que se recuenten los votos nulos de la
Comunidad de Madrid (nada más ni nada menos que 31.000) y que la Junta
Electoral Central ha rechazado recontar
También recalcó que
“los votos afirmativos de Esquerra Republicana y de Junts son imprescindibles
para que esa votación pueda salir adelante” y por eso los republicanos piden al
presidente en funciones “mirada larga” y que “atienda las demandas. Hay un
partido que quiere liderar esta legislatura. Se verá si realmente Sánchez es un
hombre de Estado, tiene mirada larga y atiende a nuestras demandas”. Desde el
partido de Oriol Junqueras dejan trascender que no les interesa un cargo en la
Mesa (aunque quizás sí alguna presidencia de alguna comisión parlamentaria de
peso) y que esta negociación por las autoridades del Congreso está desmarcada
de la de investidura.
A su paso por el
Congreso, los diputados de Junts fueron mucho más sigilosos. No han dejado
entrever su posición aunque como publicó El Salto el sábado pasado, están
abiertos a negociar tanto con el PP como con el PSOE. Un inciso al respecto: el
número 3 de los ‘populares’, Elías Bendodo, el jueves confirmó en cierta forma
lo publicado sobre los contactos informales con Carles Puigdemont.
Sin admitir que los
hubo, dijo a RNE que su formación está dispuesta a hablar con los
independentistas con tal de conseguir una mayoría: “Ellos mismos [JxCat] fueron
los que estuvieron fuera de la Constitución, pero de ellos va a depender parte
del resultado de la Mesa y de la investidura, por tanto, va a depender de su
actitud. Nosotros en principio no hemos establecido ese contacto, no. Pero
tenemos que tener la capacidad de hablar con todos. Con todos. Otra cosa
después es llegar a acuerdos con todos, eso no. Una cosa es hablar con todos y
otra cosa es tragar con todo, y ahí el PP no está dispuesto”.
Volviendo al pulso
por la Mesa, cabe señalar una debilidad parlamentaria que el PSOE está sabiendo
explotar, y no es casualidad que ya se haya filtrado que Sánchez impulsará que
tanto JxCat como ERC tengan grupo parlamentario propio (seguramente Génova
haría lo mismo si estuviera en sus manos, pero tiene en contra que jamás los de
Gabriel Rufián votarían por ellos).
El ciudadano de a
pie puede no saberlo pero tener grupo parlamentario pesa y mucho en el
funcionamiento del Congreso. Desde el presupuesto en contratos a los turnos de
preguntas y réplicas y la asegurada presencia en las juntas de portavoces. Todo
es distinto si el partido tiene su propio grupo, pero no cualquiera puede: se
debe contar con un mínimo de cinco escaños y un 15% de piso de votos en cada
circunscripción en la que se presenta la formación.
Coalición Canaria,
al admitir que también negocia con el PSOE entra, (y muy feliz de hacerlo, se
percibe) al grupo de los ocho diputados (siete de Junts) que ostentarán el
papel de king makers
Ni ERC ni Junts
cumplen los requisitos porque en la provincia de Barcelona ambos estuvieron por
debajo del 15% pero la mayoría legislativa puede decidir otorgarles grupo
parlamentario propio, algo que ERC perdería y que Junts viene de no tener. La
paradoja: lo obtendrán cuando ambos han empeorado sus resultados electorales
(empatan en siete diputados, aunque Esquerra tuvo 70.000 votos más).
Desde el PSOE
tienen guardado bajo siete llaves el nombre del candidato que propondrán a los
diputados, ya que sí se ocupó de filtrar que Meritxell Batet no repetirá (dicen
que por decisión propia pero ciertos hechos ocurridos, como lo del escaño de
Alberto Rodríguez, la habían erosionado a la hora de sumar consensos). En los
pasillos del Congreso se menciona a la expresidenta del Govern de Illes
Balears, Francina Armengol, como una de las más probables.
Tiene a favor que
es mujer, pertenece a una región que representa la plurinacionalidad del Estado
(Armengol suele siempre hacer política en catalán y defiende la inmersión
lingüística) y ha sido siempre muy leal a Sánchez. También se vuelve a hablar
como figura posible al vizcaíno Patxi López. El líder del PSOE suele elegir
dirigentes catalanes y vascos para presidir el Congreso y el Senado.
Lo del 17A será un
pleno de unas seis horas que mantendrá en vilo a los presentes por el simple
motivo que se trata de tres votaciones secretas (cada diputado deja un papel
con un nombre en una urna) en las que se elige, primero, al presidente de la
cámara, luego a los cuatro vicepresidentes y después a los cuatro secretarios.
El primer cargo surgirá por mayoría absoluta o en segunda votación por ser
quien consigue más apoyos. La operación requiere de una articulación discreta y
calibrada de los presidentes de los grupos y, desde ya, una leal disciplina
partidaria de los legisladores.
Feijóo no se
resigna
El PP, con toda
legitimidad, por supuesto, continúa sus intentos por alcanzar una mayoría para
la investidura. Sin el favor de Junts es imposible que conquiste la presidencia
del Congreso, a excepción de un descalabro en las negociaciones del bloque
plurinacional (que además podría pagar caro ante sus electores, y sobre todo,
en una repetición electoral, el haberle entregado el Parlamento a PP-Vox).
El votante
conservador no premia la cobardía y Núñez Feijóo no puede darse el lujo de
parecer perezoso a la hora de ser electo presidente del Gobierno, más aún
después de haber ayudado a consolidar este constructo simbólico llamado
“sanchismo” que no se sabe bien lo que es pero sí consta que varios millones de
españoles lo detestan y votaron al líder gallego para que lo tumbara.
Pero va a ser que
no, salvo que Junts o el PNV (que ya dijo dos veces que no públicamente al PP)
den vuelta su voto. Cuando se escucha hablar a los portavoces ‘populares’ da la
impresión de que consideran ya como propio el voto de Cristina Valido, la única
diputada electa por Coalición Canaria, partido con el cual el PP gobierna el
archipiélago.
Sin embargo,
fuentes consultadas del Gobierno canario que responde a CC respondieron a El
Salto que eso de ninguna manera es así. “No tiene nada que ver, ya hemos estado
en situaciones de cogobierno con el PSOE en las islas y apoyando al PP para
Moncloa, por ejemplo. Y el apoyo a Feijóo no está incluido en el acuerdo de
gobierno de las islas”, han señalado. Además, las mismas fuentes aseguran que
ya hay abiertas conversaciones con el PSOE en paralelo y que incluso está en
consideración apoyar una investidura, aunque no sea un respaldo de toda la
legislatura. Quieren que se reivindique la agenda canaria y han dejado en claro
cuáles son las líneas rojas: no apoyarán una Moncloa con Vox y Sumar dentro.
La ambigüedad de
Junts podría hacer que primero el Rey ponga en escena a Feijóo y luego a
Sánchez
Entre líneas, se
puede observar que con Feijóo podrían dar un voto positivo y con Pedro Sánchez
una abstención (la CC es una coalición de partidos regionalistas conservadores
que van de la moderación a la derecha más firme sin ser radical, algo que pesó
en su negativa a votar el Ejecutivo de PSOE-Podemos). “La orgánica del partido
ha decidido que las negociaciones sean en discreción y fuera de foco. También
lo que hace a la votación de la Mesa del Congreso”, recalcan los canarios.
Quien tampoco se
resigna a la aritmética parlamentaria actual es Ferraz, que este jueves anunció
que no va a dar por perdida la recuperación del escaño que el voto exterior le
quitó y llevó a manos del PP. Los socialistas recurrirán al Tribunal Supremo
para que se recuenten los votos nulos de la Comunidad de Madrid (nada más ni
nada menos que 31.000) y que la Junta Electoral Central ha rechazado recontar,
avalando la decisión de la Junta Electoral madrileña.
Por ahora, y hasta
que el Supremo se pronuncie, el PP tiene 137 escaños y junto a Vox y UPN
sumaría 171. El bloque de enfrente empata en 171 (con Sumar, ERC, Bildu, PNV y
BNG). Coalición Canaria, al admitir que también negocia con el PSOE entra, (y
muy feliz de hacerlo, se percibe) al grupo de los ocho diputados (siete de
Junts) que ostentarán el papel de king makers, un término utilizado desde el
siglo XV en el parlamentarismo inglés para quien define con su voto la
sucesión.
En este caso no
habrá Guerra de las Dos Rosas sino una sola contra una gaviota y muchos, muchos
intermediarios. Incluso hasta quizás dos investiduras: la ambigüedad de Junts
podría hacer que primero el Rey ponga en escena a Feijóo y luego a Sánchez. Hay
teatro para rato.
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