SUAM 6
DUNIA SANCHEZ
Yo Suam vi como se encendía una luz. Yo Suam después de haber recogido aquellos papeles comencé a leer a la sombra de la gaviota , con aquel cuerpo inerte dibujando armonía. Y la vejez llega, puede ser de muchas maneras. Yo envejecí con el aroma del mar, con el vestigio de un amor eterno en mis pensamientos. Yo envejecí en la soledad como hijo de este faro, de ese piano que esboza ante ti. Sabías que ibas a venir. Mis años no me permitieron aguardar más. Y esa guerra…esa estúpida y descerebrada guerra. Así el ser humano gasta sus años. Yo de aquí observo todo, el todo y la vez la nada. Somos nada en la inmensidad de este mundo, de este océano que me alimentaba, me daba el aliento monótono de seguir así, aislado. Sí, Suam, la vejez nos llega a todos. Algunos diezmados, otros con la entereza de la sabiduría recolectado a lo largo de las estaciones. Ahora que me ves, no te asustes ¡Oh Suam¡mira ese piano, este faro donde su luz no descansa con su ritmo perpetuo en el avance de los años. No, no te asustes, estoy muerto en cuerpo pero no en espíritu. Cada ladrillo, cada carta que irás leyendo te hará comprender por qué te conozco. Tanto ….tanto te he esperado, pero esta guerra, esas guerras de la codicia , de la envidia, de la venganza corre por nuestra sangre
. He visto muchas cosas a lo largo de mi vida
Suam. Tanto he visto que he llegado a la determinación que todo es cíclico,
todo se repite aquí y allí…allí y aquí.
No, no hemos cambiado la memoria ha sido borrada de nuestros pasos y las
huellas del atrás no tienen sentido para las gentes del hoy. Cada acción
envuelta en violencia, en sangre, en cárceles prietas en nuestras venas es un
daño, es un fracaso, es una jaula para nuestra respiración. No , Suam, no te
temas. Te conozco. Alguien me ha hablado de ti. Yo Suam necesito apartarme de
lo que leo, me distraigo en este misterio. Yo Suam y la gaviota escucho el
piano, está sonando y nadie lo toca. Me fijo más en el rostro de ese hombre y
no se que sedación repercute en mi , me siento tranquilo aunque este muerto. Yo
Suam, impresionado, echaré su cuerpo a la danza de las mareas cuando termine de
leer esta carta, esta carta destinada a mí. Calla el piano y continúo leyendo.
Morimos solos Suam. La muerte es como el nacimiento, las estrellas velaran por
nuestro espíritu, libre. Sé que estas lejos de llegar a la vejez y si llegas
verás la riqueza que se ha enhebrado en ti a lo largo de todas tus vivencias,
algunas malas, otras buenas pero al fin al cabo vivencias. Verás que tu memoria
irá borrando todo el mal y solo guardará los hechos estimulantes, los hechos
emocionantes al son de tu felicidad, de tu estar bien contigo mismo. Por mi no
sientas pena, Suam. He vivido a mi manera aunque esta guerra , esa dejadez del
mundo, esas injusticias aun nos desbarate los sentidos. Yo Suam me detuve y
deje que la voz del piano se incrustara en mis pensamientos, en esa forma de
razonar del porqué estas palabras destinas a mi….
No hay comentarios:
Publicar un comentario