EL CAMINO INVERTIDO(NARRATIVA) 1
DUNIA SANCHEZ
No está. No estará. No estaremos cantando a la paz. Aun rememoro aquel día donde la frontera se extinguió y nosotros corríamos tras los camiones que nos llevaron a este país, a esta ciudad donde los ojos se vuelven desconfiado ante el extranjero cuando se mece en los pozos de la miseria. No, no somos extranjeros, no somos foráneos de esta tierra, de este mundo que nos ha visto crecer, sufrir, morir. Ahora miro a mi hijo, porque es mi hijo y lo quiero. Va creciendo velozmente con el fenecer de las hojas de un almanaque. Al fin he conseguido los papeles. Sí y ello me lleva a un estado tanto de alegría como de tristeza. Pienso en aquellos que aun son causa de penalidades, de esferas corrosivas que los asfixia hasta la desesperanza. Todavía continuamos caminando por tierras de cenizas punzantes, quemantes cuando tu tez es ajena a ellos. Pero, al fin, yo he conseguido los papeles. Pero, al fin, yo he conseguido un trabajo. Me diversifico entre este niño y mi labor cotidiano en un centro hospitalario. Por un momento un estruendo hace temblar este piso , las ventanas. Es una queja sórdida del más allá de este
planeta. Un universo confuso y caótico que nos entrega el desdén.
Me abrazo a mi hijo, el me pregunta, no entiende de esa explosión portentosa.
Sus se muestran quietos, algún daño en su memoria le viene. Un daño ocasionado
cuando no era más que una existencia indefensa y sola en un campo de
refugiados. El recuerda, recuerda la pena, lo ingrato que es el clima cuando te
hallas en la desnudez de la vida. El recuerda, recuerda tal vez a su madre, a
su padre . No sé. No hemos hablado de ello ni pienso comentárselo. Tal vez en
el transcurso de los años. Cuando sea un muchacho autónomo. El recuerda, su
mirada se pierde en algo inconcreto. No dice nada solo, se abraza a mi como
refugio de todo ese inteligible daño de su ayer. Yo me siento caer, caer donde
las ráfagas de bombas destrozaban todo mi mañana, un despertar imbuido en la
fatalidad. No pasa nada hijo. Solo ha sido un temblor de la entrañas de la
tierra, le digo. Algo natural que viene sin mal¡ Ah , el mal¡ Se esconde donde
lo menos lo esperas y en ocasiones sale a la luz en un minúsculo acto. En la
vida las cosas se revelan por si solas, todo sube, todo cae. No está. No
estará. No estaremos cuando nos demos cuenta del error…
CONTINUARÁ
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