COSAS DE ESTADO
JOSU AIZPURUA
Íbamos en un barco,
pero los pasajeros no todos lo querían; unos querían ir en avión, otros en
autobús, e incluso había grupos que querían ir andando, y el más numeroso grupo
estaba conforme con ir en barco.
Algo así es el Estado
español 2022.
Es lo más alejado
de la uniformidad, de la unidad, del pensamiento único, del neofascismo
naciente. Su exuberante diversidad hace razonable la “Democracia”, ese
imperfecto Sistema que da a cada persona la posibilidad de expresarse y el
respeto si es minoritario.
La codicia es el motor de los españolistas estatalistas, unionistas, pues necesitan Sistemas en los que la igualdad no se refleje y sean sus paradigmas los “buenos” y los de los demás los “malos” a los que reprimir y anular desde sus leyes sesgadas. Maniqueísmo de ricos y pobres, de patriotas y antipatriotas, de nacionales y extranjeros, de blancos y negros, de hombres y mujeres, de fuertes y débiles.
El Estado no es
para los neofascistas una institución protectora, una sinergia para el
habitante desposeído; para ellos es un instrumento de clase para imponer su
dominio y legislar a su favor.
En una burda
sociología, podríamos representar al Estado español, en tercios. Un tercio
marginado, un tercio de trabajadores, un tercio de clase poseedora.
La clase poseedora,
sostiene la estructura del Sistema78 ocupando todos los resortes sensibles a su
Poder y es su labor la de desautorizar o eliminar a toda alternativa a su
dominio que le produce beneficios crecientes para alimentar su peculio.
La clase
trabajadora, malvive en la angustia de perder su trabajo y caer en la
marginalidad de la subvención.
La clase marginal,
en grados que van desde el desamparo a la mendicidad institucional, es la clave
del Sistema78, que la considera crónica, irrelevante, indigna de superación. El
falso mantra de apoyar a los ricos para que creen oportunidades a los pobres
lleva ya siglos fracasando y es “ley española” que si naces en cuna rica
tendrás fortuna, pero si naces entre penurias, tu destino será marginal.
Esta realidad
social del Estado78, inhabilita cualquier posibilidad política de progreso.
Los “políticos” se
han convertido en trepadores del Sistema78, sin posicionamiento ideológico
alternativo “serio”, huyendo del pasado y renunciando a su mejora que eluden
con “ocurrencias” que no perturben las esencias de La Casta.
Triste destino del ciudadano que viene al Mundo heredero de la Castilla Imperial, donde ya no le helarán el corazón, pero su corazón será pasto de La Casta, sin posibilidad de redención, si es; negro, pobre, mujer, obrero, vasco, catalán, gallego y africano colonial o Canario.
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