EL DOLOR DE NO MENSTRUAR
DAVID TORRES
Nunca es buen momento para hablar de la menstruación, menos aún para poner el tema encima de la mesa y reclamar un debate político serio. Hace siete años, Instagram censuró una serie de fotos de la artista paquistaní Rupi Kaur en la que se veía a una mujer tumbada y una pequeña mancha de sangre asomando entre la ropa. Ahora bien, en Instagram culos femeninos bien prietos puedes poner lo que quieras, hasta el punto de que buena parte de la afamada red social consiste en una charcutería sexual donde los cuerpos sanos compiten por ver cuál está más sano mientras la mente no sabe, no contesta. Entre menstrúo y monstruo sólo hay una vocal de diferencia, así que la menstruación mejor ni tocarla.
Entre el barullo de
opiniones que ha suscitado la propuesta de una baja de tres días por el dolor
menstrual no han faltado, por supuesto, las opiniones de hombres, puesto que
las mujeres están demasiado comprometidas con el asunto como para poder
tomarlas en serio. Hace falta distancia, objetividad, nada de experiencias de
primera mano. Cualquier día se podría organizar un congreso sobre las molestias
menstruales en que los ponentes fuesen todos hombres, a la manera de esos
debates celebrados en Arabia Saudí sobre la situación de la mujer en Arabia
Saudí en los que no hay una sola mujer en la sala y todos los participantes y oyentes
del debate llevan barba.
Edmundo Bal,
portavoz de Ciudadanos en el Congreso, no sólo lleva barba sino que podría
pasar por un jeque árabe a poco que se pusiera una chilaba. Puesto que el fondo
es la forma y viceversa, se preguntaba el señor Bal si el asunto de la baja por
dolor menstrual no será una forma de desviar la atención de los diversos
escándalos del Gobierno y si se trata de un problema real o ficticio. Sobre
ficción y realidad pocos pueden dar lecciones a un representante de Ciudadanos,
un partido que ya sólo existe en la imaginación y que fue creado como un truco
de naipes, una especie de ilusión óptica con el fin de engatusar a cierto
electorado de derechas para convencerle de que había una forma limpia de votar
al PP sin necesidad de ensuciarse las manos con dinero negro, corrupción y
podredumbres varias. Ya se las ensuciaban ellos, por lo que pudiera pasar.
Feijóo, el nuevo
líder del PP, famoso por su moderación y su querencia a no meterse en charcos,
tampoco puede evitar chapotear en uno cuando se lo ponen a huevo. Por eso ha
esgrimido también el argumento de la cortina de humo y ha dicho que es el
médico quien tiene que valorar una baja laboral. No se podía esperar otra cosa
de un señor al que fotografiaron en yate junto a un narco, recibiendo vino
tinto de regalo a más de 500 euros la botella de un magnate gallego y
prometiendo un parque acuático en Orense mientras Galicia ardía por los cuatro
costados. Feijóo no tenía ni idea de que Marcial Dorado era un narco
precisamente por lo que decíamos antes, porque ambos estaban tan juntos que no
se conocían, aunque iban los fines de semana a Andorra y a los Pirineos y
compartían la misma crema solar. Hay hombres unidos por vínculos tan profundos
que hasta tienen la próstata sincronizada. De los dolores menstruales las
mujeres mejor que se callen, ya que no tienen ni idea del dolor de no
menstruar.
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