MARTÍN VILLA Y LOS CRÍMENES DE LA TRANSICIÓN
Por Pablo Mayoral, activista de La Comuna
Recientemente Cándido Méndez fue invitado a asistir a un acto de homenaje a las victimas del franquismo de Vallecas y a Amós Acero, fusilado en mayo de 1941 por ser maestro y alcalde socialista de Vallecas. No hacia mucho tiempo este mismo "señor" tuvo la desvergüenza de firmar una carta de apoyo a Rodolfo Martín Villa –alto cargo del franquismo y ministro del Interior en la transición– en donde se deshacía en elogios a los "jóvenes reformistas" del régimen franquista, y en la que no nombraba ni una sola vez a ninguna de las victimas del franquismo y de la transición, que fueron asesinados por luchar, entre otras cosas, porque su sindicato UGT fuera legalizado.
Esta carta de apoyo
firmada, entre otros, por varios expresidentes y exsecretarios generales de
CCOO y UGT y otros prebostes, fue enviada a la jueza de la llamada Querella
Argentina, María Servini, como forma de presión para revocar el procesamiento
de Martín Villa, como responsable de crímenes contra la humanidad, y constituye
un gesto de auténtica complicidad con el exministro. Unas cartas que tratan de
amedrentar y socavar la firmeza de la jueza en la defensa de los derechos
humanos y la justicia internacional contra los crímenes del franquismo y la
transición.
Familiares,
compañeros y amigos de las personas asesinadas en las calles por los cuerpos
represivos y las bandas fascistas a su servicio durante los años en que Rodolfo
Martín Villa fue miembro del gobierno (julio de 1976 – abril de 1979), se han
querellado contra él por delitos contra la humanidad y está imputado por estos
crímenes en la querella argentina, mientras que en España no ha prosperado
ninguna querella, de momento. Solo en Madrid, en esas fechas, fueron asesinadas
por luchar por las libertades y los derechos democráticos, 17 personas: Carlos
Hernández Expósito, Carlos González Martínez, Ángel Almazán Luna, Arturo Ruiz
García, María Luz Nájera Julián, L. Javier Benavides Orgaz, F. Javier Sauquillo
Pérez del Arco, Serafín Holgado de Antonio, Enrique Valdevira Ibáñez, Ángel
Rodríguez Leal, Agustín Rueda Sierra, Antonio Carrión Muela, José Andrés
Fraguas Fernández, José Luis Muñoz Pérez, Ursino Gallego-Nicasio, Juan Delgado
de Codes y Andrés García Hernández. Posteriormente, como parte del mismo plan
de represión, durante los mandatos (también como ministros del Interior) de
Antonio Ibáñez Freire y Juan José Rosón se produjeron otros 17 asesinatos en
esta misma ciudad: Salomé Alonso Varela, Pedro Tabernera Pérez, José Prudencio
García, Emilio Martínez Menéndez, José Luis Montañés Gil, Yolanda González
Martín, Vicente Cuervo Calvo, Jorge Caballero Sánchez, Arturo Pajuelo Rubio,
Juan Carlos García Pérez, Abelardo Collazo Araújo, José España Vivas, Joseba
Arregi Izagirre, Jesús Urbien Orbegozo, Carlos Javier Idígoras Navarrete, Juan
José Crespo Galende y Luis Arribas Santamaría. Sí, parece que fue hace una
eternidad que ocurrían estos hechos, pero ahí están, solo en Madrid más de 30
asesinatos de manifestantes de izquierdas, trabajadores, abogados, estudiantes,
mujeres, todos ellos antifascistas que lucharon contra una cruel dictadura y
sus secuelas.
La jueza María
Servini, en virtud de la justicia internacional recogió los testimonios y las
querellas criminales de muchas de estas personas y dictó, en 2014, auto de
detención a la Interpol contra Martín Villa y otros 20 torturadores y
responsables de la Dictadura, para ser interrogados y. en su caso. procesados
en esta Querella Argentina contra los crímenes franquistas. En varias ocasiones
el Gobierno de el Estado español se negó a extraditar a ninguno de estos
imputados, así como a tramitar las comisiones rogatorias cursadas por el
juzgado argentino.
En septiembre de
2020 Martín Villa fue interrogado por la jueza Servini y, posteriormente, en
octubre de 2021, fue procesado por cuatro asesinatos: Pedro María Martínez
Ocio, Romualdo Barroso Chaparro, Francisco Aznar Clemente y Germán Rodríguez
Sáiz, y se le comunicó que continuaba siendo investigado por otros 9
asesinatos. José Castillo, Bienvenido Pereda Moral, Rafael Gómez Jáuregui, José
Luis Cano Pérez, Francisco Javier Núñez, José María Zabala Erasun y María Norma
Menchaca, Arturo Ruiz García y Gustavo Adolfo Muñoz de Bustillo Gallego. La
Jueza decretó libertad provisional para Martín Villa pero le impuso una fianza
de 10 millones de Euros. El mismo Martín Villa en tono jocoso manifestó en
enero de 2022, que podría imputársele ser el responsable político y penal de
esas muertes, pero que no había un plan sistemático para aterrorizar a los
españoles partidarios de la democracia.
Posteriormente, la
Cámara Criminal y Correccional Federal Argentina dictó una resolución (el 23 de
diciembre de 2021) en la que levantó este procesamiento, para solicitar nuevas
indagaciones y pruebas que sustentasen el mismo, evitando en todo momento el
archivo de la causa y su sobreseimiento. Nuestros abogados han recurrido dicha
resolución y la Jueza ha ordenado nuevas diligencias para recabar evidencias
adicionales que demuestren la implicación de Martín Villa en estos homicidios y
que demuestren que había un plan premeditado de acabar por los medios que
fuera, incluido el asesinato, con las gentes que luchaban por acabar con la
dictadura y juzgar a sus responsables.
Según nos cuenta
Mariano Sánchez Soler en el epílogo del libro de Pedro Alcántara ‘La Secreta de
Franco. La Brigada Político-Social durante la dictadura’ (recientemente
publicado): ‘Uno de los costes de la Transición fue el silencio sobre la
represión y sobre quienes la ejercían.’ Afortunadamente ese silencio se está
rompiendo gracias a jóvenes historiadores y periodistas que siguen la estela de
nuestro querido Alfredo Grimaldos (‘La sombra de Franco en la transición’), del
propio Mariano Sánchez Soler (‘La Transición sangrienta: Una historia violenta
del proceso democrático en España (1975-1983)’), de Sophie Baby (‘El mito de la
transición pacífica: Violencia política en España, 1975-1982’) y de los
historiadores José Babiano, Gutmaro Gómez, Antonio Míguez y Javier Tebas con su
libro ‘Verdugos impunes. El franquismo y la violación sistémica de los derechos
humanos’, que ha servido de base para las querellas criminales presentadas por
nuestros abogados en diferentes casos de torturas y asesinatos.
Hoy queremos
esclarecer y que se juzguen unos hechos criminales ocurridos a lo largo de un
periodo histórico que llaman conocemos como la Transición, la mayoría de los
cuales han quedado impunes, bien porque ni siquiera se han investigado, bien
porque sus culpables conocidos fueron amparados por el aparato de Estado para
cumplir penas de prisión mínimas o para escapar a la justicia.
Algunos nos acusan
de querer romper el consenso constitucionalista, pero lo cierto es que queremos
destapar unos actos criminales que aún esperan ser investigados adecuadamente y
delimitar las acciones judiciales que correspondan, así como establecer unos
lazos de solidaridad y apoyo a los familiares, amigos y compañeros de unas
víctimas con las que se cebó la represión para establecer a sangre y fuego los
limites de los derechos democráticos por los que luchábamos.
Se trata
simplemente de establecer los principios de verdad, justicia y reparación
respecto a estos asesinatos que los grandes medios de comunicación silenciaron
muchas veces, manipularon y confundieron en otras tantas ocasiones y han negado
su conocimiento a las generaciones posteriores. Como dicen nuestros compañeros
de la Asociación de Victimas 3 de Marzo de Vitoria, queremos pasar de las
flores a los hechos. Reclamamos acabar con la impunidad de la Dictadura
franquista, de antes y de después de la muerte del criminal Franco.
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