VARIACIONES
En torno a un lema de Bart de Ligt, 1937
Cuanta
más
revolución menos violencia, cuanta más violencia menos revolución
Cuánta
más
democracia
menos violencia, cuanta más violencia menos democracia
Cuánta
más
justicia
menos violencia, cuanta más violencia menos justicia
Cuánta más humanidad menos violencia, cuanta más violencia menos humanidad
¡Qué equivocada está la divisa de una
película reciente, Vendetta: "No
hay justicia sin guerra"!... Pues la justicia es la negación de la guerra.
Una divisa aquella que, sin embargo, parece hacer feliz tanto a Putin como
Zelenski, un actor devenido en presidente que empezó pidiendo armas y ha
conseguido la destrucción de su país. Ese es el camino de los fabricantes de
armas y de los señores de la guerra, de la OTAN y de la Asociación Nacional del
Rifle. Todos ellos con sangre en sus manos que lavan con los más de dos
billones de dólares de su negocio belicista. “¿Puede haber lugar para la
absolución -señaló Dostoyevski-. para nuestra felicidad o para la armonía
eterna, si para conseguirlo, para consolidar esta base, se derrama una sola
lágrima de un niño? No. Ningún progreso, ninguna revolución justifica esa
lágrima. Tampoco una guerra. Siempre pesará más una sola lágrima…”. Ya está
bien… por favor… ya está bien. Basta de armas. Basta de guerra. No en nuestro
nombre.
Juan Claudio
Acinas
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