martes, 17 de mayo de 2022

FIN DE FIESTA

 

FIN DE FIESTA

Eduardo Sanguinetti, filósofo,

 poeta y performer.

“Juntó las manos en la espalda y escupió: contra el miedo, las diversas ignorancias, la miseria, el estrago y la muerte. Escupió sin sacudir la cabeza, con una coordinación perfecta de los labios y la lengua. Escupió hacia arriba y hacia el frente, experto y definitivo, siguiendo con singular complacencia, la parábola de la saliva”. (Fragmento de mi libro Big Relato, 2007)

Carecer de un proyecto de comunidad, deviene en no poder dejar de ignorar que los acontecimientos de nuestro pasado, no solo constituyen un tremendo y espantoso legado a nuestro presente, sino, lo que resulta más penoso, el punto de afluencia de un interminable tránsito, pareciera irreversible, en inestabilidad política, económica y social, que determinan un estado de desequilibrio emocional en la ciudadanía, inocultable en este 'fulero' presente en el que permanecemos, donde jamás encontraremos nuestra redención.

 

Deviene en tratar los ridículos temas de manera fragmentada, periférica y especulativa, para que nada modifique el imperio del crimen, preñada de "risa loca" sobre la noche del carnaval a toda marcha que avanza de modo burlón, sumado a la esclavitud tendencia siglo XXI, anestesiando a millones de seres, que corren hacia un horizonte pintado a mano por las macro corporaciones de activos incorpóreos, que marcan el derrotero de la humanidad, a la que cocinan un porvenir sin huellas, en paisaje ausente.

 

¿Qué sentido tiene poner por escrito los signos de “fin de fiesta” de la estafa a las que nos ha sometido gobiernos corruptos de todo color, estético provisorio del no ser y no estar en Argentina, tierra de “Ficciones” borgeanas?

 

Mi pregunta va dirigida a informantes y comunicadores rentados, excluyentes, chismosos, que en calidad de “notarios”, “escribas” de las macro corporaciones económico-mediáticas, pretenden llamar la atención, otorgando en malogrados discursos y escritos de barricada, devenidos en profecías del pasado, noticias trucadas y un tanto ingenuas del más brillante amarillo cadmio, que anuncian que nada cambiará en este país: la acumulación de millones en el “dulce hogar” de altos funcionarios, sindicalistas mafiosos, funcionarios de gobiernos fachistas ultra-neoliberales, libertarios neo-nazis psicopáticos, peronistas-kirchneristas, peronistas-menemistas, peronistas-peronistas, de alianzas donde jamás late un corazón...

 

Y, la inseguridad de los ciudadanos reglamentados y reprimidos en su afán de tener una existencia digna de ser experimentada… La justicia de la mano del poder, la ignorancia, la compra de aplausos faranduleros, la mediocridad reinante, el asesinato, la mentira cual norma de comportamiento retórico, la incapacidad, la corruptela, seguirán siendo el flagelo de una comunidad temerosa y sin destino… De un tiempo y un pueblo que han dejado de ser en absoluto a mis ojos y sentir, en el más estricto sentido ontológico…

 

Sujetos que “han dejado de ser y vivir de este lado del mundo”… No los percibo como habitantes de esta tierra, más bien son parte del magnífico ensayo del gran Adolfo Bioy Casares: “La Invención de Morel”.

 

Soy de aquellos para los que la verdad de este mundo es la vida con amor: de aquellos que han elegido “ser”, silenciados y amenazados, obrando contra viento y marea, decididos a permanecer en estado de constante resistencia al poder de los trogloditas ignorantes que, en la "timba de la vida", no se apartan de la "milonga del curro" suceda lo que suceda, y hacer siempre “como si” las mañanas que cantan fueran realmente mañanas…

 

Los apocalipsis cotidianos, que nos presenta la denominada civilización occidental, formidable revelación de la inmundicia burguesa camuflada tras la hipocresía de humanitarismo, que desvía la mirada de las multitudes temerosas, que aplauden la ignominia cotidiana, donde se vive de "prepo", se cayó la estantería y al ladrón-estafador lo honran con discurso 'chamullado' en jerga ‘cockney’.

 

Y si a pesar de todo se elige vivir (o sobrevivir), se detesta la cobardía de la gente, clavándola en un papel como un insecto, al menos nos alejamos del conformismo, modo de vida de pueblos condenados al espacio donde reina el destripe, pues es peligroso dar prueba de amor, de dignidad y de valor.

 

Estar inspirado no modifica la proa de mi escritura, simplemente exhibo otros aspectos del “Sistema infecto”, como la niñez sometida al rigor de las denominadas “buenas costumbres”, arrastrada sobre el barro del porvenir pintado a mano, por adultos amancebados, que imprimen en la existencia de estos niños el signo de la “bajeza” y la “inflexión”, en la que se mueven afanosamente las multitudes abusadas, entre fuegos cruzados donde la violencia social es norma y regla.

 

Las listas de los exiliados de la vida, es una lista de “réprobos” para el “Sistema infecto”, me refiero al sistema que reina y mata en el planeta, sin dejar de ‘batir’ que todavía se puede ser feliz y con mucho 'vento' llegar a ser portada de pasquín de caretas y tilingos.

 

De todos modos, ese “otro” siempre ha despertado sospechas en las “castas dominantes”, éste ha sido y es el meollo del credo de ninguna fe, su sustancia, su coartada infame. Aquí queda revelado el 'berretín' de los parásitos dominantes, respecto a los “otros”, bajo cualquier régimen.

 

No ignoremos que podemos ser emigrantes o inmigrantes “in situ”, o ser, en razón de la pobreza, exiliados en nuestros propios países. Pero no olvidemos tampoco que las exclusiones oficiales poseen virtudes insondables, como las cloacas, convencen a los que no son afectados por ellas que son incluidos. Legitimidad ficticia a la cual se aferran los que entregan su vida ‘perra’ en sus deseo promiscuo de “pertenecer” al ‘Club del Medio Pelo’, espacio donde nace el olvido.

 

De estas comunidades frágiles, presentadas como modelos por la enseñanza proporcionada por ella, los educandos conocen los secretos, no los del poder, sino de sus resultados. Los desórdenes y carencias de su cotidianeidad, ¿no les permite descubrir inconscientemente las catástrofes irreversibles que preceden del derrumbe?, donde la fe se pierde, sin esperanza y sin amor.

 

Como corolario se los arroja al borde del camino, empantanados con ellos un número creciente de seres excluidos, de todas las razas y regiones.

 

Un camino que no se sabe a ciencia cierta a dónde conduce… Los que podrían saberlo, los constructores de esta nueva civilización, que se ha instalado en el mundo, tampoco los transitan… Ellos, los genocidas de la vida-naturaleza-arte, residen y transitan por otros paisajes, ese camino no forma parte ya, ni de sus recuerdos, forma parte del folclore y del olvido.

 

Siempre podemos negar lo que está vivo, bastaría esperar algunos siglos para que la razón nos asista, a quienes, luego de haber salido librados de mil batallas, emitiremos el grito victorioso, cual melodía esperanzadora, sin dejar de ignorar, que lo peor no ha ocurrido.

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