¡BIENVENIDO, MISTER MARSHALL! (¿Rey emérito?)
POR MAITÉ CAMPILLO
Blas de
Otero
Pregunto, me pregunto: ¿Qué es España?
¿Una noche emergiendo entre la sangre?
¿Una vieja, horrorosa plaza de toros
de multitud sedienta y hambrienta y sin
salida?
El sexto mandamiento ¡No tiene sello!!
¿A qué obedece todo
lo que estamos viviendo, dónde nos llevan, cuales son sus coordenadas, hacia
qué encrucijada van dirigidas, acaso nos quieren tratar como seguidores de su
horrendo mundo de monstruos ‘o con ellos o con nadie’: somos sus víctimas sus
seres utilizables su carne de cañón –y con qué derecho– acaso los votos les
autoriza incluso hasta los que no les votamos? Miren como nos hablan de
libertad cuando de ella nos privan en realidad: las fundiciones dejaron de fundir,
se pararon las fábricas y los tentáculos dieron semáforo verde a la servidumbre
en cadena empresarial, donde la industria brilla por su ausencia; los
sindicatos de clase pasaron a formar parte incondicional de la plantilla que
representa la patronal, los desnaturalizaron, siguen cebándolos, ni corrientes
asambleístas quedaron salvo algún que otro caso excepcional sin alterar la
regla; aplastaron la política real y la ideología se descompuso como yéndose
pal carajo; la revolución se aplazó, y la izquierda incuestionable queda
fulminada, desaparece como guía de acción una base que había entregado toda su
vida. Arropados entre nubes de algodón los intrusos ajenos a su naturaleza
(pero dentro de ella) se resguardan en el caparazón que los sostuvo durante décadas
hasta su desaparición viviendo del maná mercenario, e inusual, el siglo
veintiuno les impone como líderes de historia, no como traidores a ella,
acomodándoles una estela a medida “de futuro inmediato” entre estandartes en
rojerío de gloria. Esculpidos a la causa construyen naipes sobre ellos,
mediáticas alternativas de lo más denigrante contra la verdadera historia una y
otra vez; vergüenza imperdonable, restregándonos la misma mierda como si de un
rubí de cinco estrellas se tratase sobre la cima de la revolución. De la que
una supuesta ‘parte de ella’ fue tragada por el monstruo, confortablemente
institucionalizada; y los otros, los muy misteriosos, entre bases
revolucionarias difuminándose cual si no pasara nada. La vanguardia más
combativa quedó descalabrada con cientos de ella en las cárceles. Y
posiblemente por ello, educada en familia como motor de historia, donde hasta
las paredes nos hacían gigantes hablando de vida y causa reivindicativa, ni me
veo ni me encuentro mirándome el ombligo, en el espejo mediático, de embriones
laboratorio de una “izquierda” robotizada en el tira y afloja, vano, cansino y
grotesco del insulto; como sacudiéndonos, confusión, para no reparar que al
mundo están estrangulando y deformando en nuestras propias narices y manos, que
están votando el pensamiento único de la tiranía, que toma la palabra, donde
antes organizaciones y partidos de clase agitaban conciencias desde el centro
álgido de los campos y fábricas hasta las entrañas de las minas; hoy potencia
de masas mediática guiadas como en el nazismo –¿Acaso me falta la compresión,
debemos dejar que las cosas sigan su cauce y sus días, o por el contrario no
queda otra que protestar cuando en voz del propio presidente en cantos de
sirena habla de <<calidad de vida>>, matando directa e
indirectamente inocentes en venta y tráfico de armas cuando a otros de la misma
condición que tu, y que yo, por gritar la verdad, los meten en prisión, acaso
no hay pruebas evidentes suficientes?– Es indudable que la Transición para
muchxs fue su oportunidad millonaria como sueño americano. Una gran escuela
laboratorio que forjó ocio y remuneraciones a fondo perdido, sobre los grandes
fondos financieros, a la medida exacta para que tu te distraigas –¿Sería algo
extraño, en dicho panorama internacional, del que los pueblos del mundo nos
vemos formado parte, ver a alguno de estos robotizadxs “izquierdistas”
cultivados desde las últimas décadas del siglo veinte, abrazar, dar la mano,
sonreír y platicar a sus anchas hasta fotografiarse con el Papa, Bush, Obama, o
con cualquier yanqui representante de sus instituciones sea embajada, bandera y
Casa Blanca, CIA, OTAN, Pentágono, o rey vigente, como rey emérito, con su
ejército y fuerzas del orden impunes y sus bandadas de mangantes, con sus
presidentes de gobierno en manos del imperio de Norteamérica, sionismo y
neonazismo, hasta aplaudir como marionetas la trama oculta con Ucrania como
bandera de paz, transformista en guerras: “al rescate de armás de destrucción
masiva” como en Iraq?–.
Miren como nos hablan
del paraíso cuando nos llueven balas como granizo de penas: y es que la
patronal y sus oligarquías miden el mundo a su medida sobre el peso de los
esclavos, cuantos más afiliados a la sumisión del engaño, más líderes a la saca
de la patronal se avecinan a ella; no olvides que el peso de sus arcas estimula
al capital y no a las victimas que le padecen. Es pantomima piropear líderes de
clase que no existen en ella, o aludir a revolucionarios en el seno de los
pueblos, que solo vincular se podría a la cúpula banquera, al menos por ella
apuestan, sin pedir consejo. Dejo claro que sus urnas, no forman parte de
nuestra causa y lucha, sino de la corrupción en que se ven sometidos nuestros
impuestos. El engaño es frívolo, el oportunista sin principios ni convicciones,
nunca dejará de ser, un servil del capitalismo: la plutocracia anula derechos a
degüello de gargantas, no es democracia, es la extensión de un brazo que baja
al estómago oprimiendo la independencia del capitalismo, del imperialismo, como
le pasa a Palestina del sionismo, a Iraq del yanqui, o como del español, tantos
siglos, de yugo en África, Asia y América… Como resultado, optan hoy muchos
“independentistas” dentro y fuera del Estado español, por un futuro con el
sistema que triunfa del color que sea, cuando divide y globaliza, la
degradación social. Los caminos de las conquistas de los pueblos, en la
búsqueda de recursos que sustenten sus pies en la tierra –se relegan– y
millones de seres deambulan por el espacio provocado astutamente por el propio sistema
opresor. El ámbito de dominio es amplio –la unión que les une– disfruta del
mismo estadio de imposiciones, a favor de las arcas, que clavan en los ojos del
marginado como una espada afilada. El oscurantismo, cristianiza la ley que te
ciega, que encubre entre metralla y cremallera mientras las cárceles y
cementerios se van llenando. Los dinosaurios del desagravio revitalizan la
hispanidad como nacionalismo de Estado: a favor de Europa y el Tío Sam. La
democracia capitalista, se muestra en las cárceles, es la cara del sistema
cuando se llenan y no de delitos por robo o abuso sexual, que si pueden
encubren como la pederastia de la iglesia dependiendo del sector de clase y los
hijos de ésta. El crimen es la impunidad, donde el capitalismo se hace fuerte,
es su equilibrio sobre la balanza en farsa política correcta globalizando el
mundo a su medida. La tortura forma parte de la columna, del infame sistema,
achica el planeta dejando a los de abajo menos que nada; los que transitan la
transición del brillo de su bota, así lo creen, mejoran en confort, los que se
adhieren a su corrupción.
Miren en el
entusiasmo, por la sentencia, sabiendo que mataban ya la inocencia: vivimos
sobre un volcán político, en erupción permanente, para rematar la faena cual se
degüella un toro y, tras el espectáculo, se pone a la venta en campaña de paz
encubierta; así dinamitan la legalidad a favor de los abusos de poder. El
capitalismo no duerme como las lenguas de un volcán en erupción, su diseño
democrático, de tan educado y discreto representa el oscurantismo un mundo
bélico de mente macabra. A las hojas de la primavera uno las de otoño a mi
protesta, es mi avanzada, vertiendo su cólera en toneladas de dióxido de
azufre, declarando la guerra contra la globalización mutiladora. Hablan de
mugidos y aullidos que de sus propias lenguas sale, algo así como de la boca
del lobo de imagen humana peligrosa, fundido en la herramienta de tortura
psíquica y física, que van aplicando en leyes y medidas en favor de las
extorsiones. El desequilibrio social es inmenso, alejan las flores entorno a
las casas, regalándonos fronteras abiertas al crimen de las navajas, pistolas,
puños de fierro, sus caras pintadas, su vestuario temeroso, sus ojos locos,
dientes, patadas feroces de movimientos temerarios, sembrando el dolor y esos
‘hombres’ vestidos de guerra, fomentando ocupaciones y desahucios. Hay capas
sociales cada vez más amplias, despreciadas, desatendidas, maltratadas a todas
las edades y lo más grave, hay impunidad; desafían, sin querer definir su
aterrador lenguaje, en siglos de historia. Nos encontramos soportando
temperaturas de más de mil grados de explotación y especulación precipitándose
sobre el mar, usurpando entre lenguas de fuego la dignidad reivindicativa en
eco contra la explotación y, ocupación de tierras, culturas, fronteras. Gota a
gota como un enjambre sobre el canto de la victoria del imperio anglosajón,
pretenden amasarnos las fieras, como oferta en masa madre: dejen de joder, de
entrometerse, donde nadie les llama y confiesen de una vez sobre qué pilares de
clase sustentan los templos de guerra y ubican su absolutismo demócrata (de
izquierdas). Sabemos que lo que estamos viviendo, no es leyenda, sino la más
cruel realidad.
NOTA
(¡Bienvenido,
Mister Marshall!!!)
Hoy, Rey de su corte
-emérito- más descompuesto que la propia corrupción invade las cortes, e
instituciones, que derivan recolectando al compás que ensalzando corruptos
¡Cuanta farsa en continente invade en contenido la ignorancia!!! Cuanto que
consiente, porque de corrupción, institucionalizada vive… y cuantos a todas
edades, que ni piensan ni presienten, lo que su estela súbita amanece
enredándote e involucrándote, en el antojo de sus garras bélicas de rapiña que
impone y asienta y descompone. Cuanto derroche cagándose, en el que padece, y
no entiende y quiere saber y se revela contra, a los que a otros, les resbala
encasillados “en que de política no entienden” soltándolo como bofetadas.
Cuanto cauce sin río y cuanto río sin agua, cuanta tierra sin labrar, tan lejos
de aquél mar y de aquél río; cuanta montaña segada y culebras de alquitrán; y
cuantas “más medidas” más farsa, contra el calentamiento global. Cuanto que les
sostiene como buitres de la especulación, contra la otra historia, ensalzando
el golpe de estado golpeando nuestros días su legalidad vigente. Siguen
distorsionando y cargando sobre el gran río de sangre fresco que les custodia
en grito permanente, de legiones enteras explotadas, junto a poetas de su misma
condición, como docentes labradores e ingenieros del verso, y la pedagogía, en
filosofía científica resumiendo la palabra guerrilla, ajena a las guerras
imperialistas y el crimen de los estados, involucrados, como la UE en Ucrania
como en todo Oriente Medio y, del mismo modo que en siglos pasados, sobre África,
Asia, América… Y es que tanta profundidad y riqueza educativa, claridad
ideológica y vida entregada, no puede sumirse en la traición ni aceptación, de
borrar su manantial de naturaleza íntegra de un soplido, en engaño
reivindicativo: <<Los borbones a las elecciones>> aun siendo cierto
su nombramiento a dedo y, la otra en pregunta, tanto o más aberrante:
<<monarquía o República>>. Pretendiendo legalizar el tiro de gracia
final, como colofón de historia, manipulando su legalidad y derecho inalienable
(suspendido por las armas), el sufragio universal que la precedió y de todo
control en nuestras manos, y consignas de la razón; donde una estrella roja y
un nuevo puño emerja en su defensa en eco de ventanas, casas, calles y tejados
agitando azoteas sobre los campos de batalla, iluminando siempre a los de
abajo; ojalá, como dijo Eduardo Galeano, podamos ser desobedientes, cada vez
que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido
común.
PD.
El y la espía
amparada por la ley de datos anda suelto como ojo supremo calculando victimas,
le introducen en todo como sopa humeante sobre la mesa, entre las toallas de
baño y armarios, acecha entre cortinas y hasta debajo de la cama otea, escruta
entre mirillas y entre cajones. Pega el cante, téngalo en cuenta, su hedor es
nauseabundo, cruel asesino esperando el momento oportuno tras la presa: los hay
de todo tipo, disfrazadxs de Caudillo, Isabel la Católica, Hitler o Mussolini y
similares agitadores unos, otros van de rojeras creando las condiciones para el
reviente, que si dirigentes que si agentes, que si la paz de Roma, que si la
guerra en Ucrania, todo por la vía hermana del escapulario morado con
castañuelas de chivo, si cabra con trompeta y pandereta o cofradía de asunción
redimiendo perdones. La canalla no descansa se ha colado como sombra fugaz
camuflada –¿ésta gente que querrá… que llaman de madrugada?–. Mis vecinas Talía
y Argi encienden todas las luces para intentar localizarlo: ¡Ya!, ya te he
visto pendejo gusano; y, la veterana Argi, cogió la zapatilla… ¡¡zas!! lo
estampa contra la pared; nos mira (un intruso menos), dijo, y se fue a dormir
tranquila.
Maité Campillo
(actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)
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