UN SALESIANO EJEMPLAR
RAFAEL
ZAMORA MÉNDEZ
Personalidad
es la línea constante de los acertados criterios y de los justos
reconocimientos.
Han
sido ya muchas las veces que he intentado redactar la presente crónica y,
nunca, me he sentido lo suficientemente inspirado como para poder realizarlo
como Dios manda, corresponde y es debido.
Existen
comerciales deudas monetarias y, también,¿ por qué no?, realmente, morales.
Esta
de hoy, es una de esas últimas, porque...a veces en, el alma, quedan
incrustados imborrables recuerdos, promesas, casos y cosas, totalmente
imposibles de intentar olvidar, de procurar querer dejarlas pasarlas por alto
y, un servidor, a este, mi dilecto maestro, de quien les voy a hablar, hace ya
años que, solemnemente, le ofrecí llevar a páginas algunos de los más
sobresalientes rasgos biográficos de su tan peculiar existencia.
De
entre todos las grandes seres destacados que en la Sociedad han figurado, uno
de ellos, a lo largo de mi ya veterana experiencia, me ha permitido el especial
privilegio, la dichosa oportunidad, de haberle podido tratar, de conocerle
profunda y fraternalmente a fondo, viene resultar ser, el ya
desaparecido
y, constantemente bien recordado, Sacerdote Salesiano, RVDO. Don FLORENCIO
SÁNCHEZ GARCÍA, junto a su santo Fundador, DON BOSCO, solemne FESTIVIDAD A CELEBRARSE
EL PRÓXIMO 31 DE LOS CORRIENTES, con un paternal corazón, más grande que todas
las arenas existentes en las recónditas profundidades de ancho mar.
Aseguran
de que..."lo que se escribe con el corazón", sin ir más lejos, suele
llegar al propio corazón de los sensibles atentos buenos lectores de
"NACIÓN CANARIA" y, éso, es lo que precisamente en esta ocasión,
sencillamente, de todos ustedes pretendo obtener.
Porque,
este modélico miembro de la tan extendida Congregación, poseía unas
extraordinarias virtudes superlativas que le distinguían en muchos variados
aspectos, con unas sobresalientes cualidades fuera de serie, y dignas de ser
conocidas.
Elegante,
fecundo orador sagrado, sin decorativas filigranas literarias, disertaba de
corrido, pregonando deslumbrantes homilías que penetraban en la recogida mente,
como agudos dardos de piadosa y encendida fe.
¡Cuántas
y cuántas veces, me alentara, valorando mis noveles escritos, aconsejándome con
inusitada dulzura y plena convicción, para que jamás apartara de mí, esa
diligente inclinación hacia las denominadas Letras, en la que me vislumbró el
más actual prometedor de los futuros.!
Con
primorosa sencillez, también, supo emplear su apasionada pluma de filosófico
asceta, para dejarnos imperecederos testimonios de increíbles hechos
testimoniales, por él, personalmente vividos.
En
"ESTAMPAS DE MARTIRIO", dejó textualmente plasmados, unos tristes
acontecimientos, acaecidos durante nuestra fratricida Guerra Civil del 36,
retratando a muchos de sus hermanos religiosos que dejaron de existir, debido
la fanática matanza enemiga, ejercida por unos despiadados, pobres ciegos
locos, desmadrados compinches de la más retrasada barbarie y furioso rencor.
De
verdad que se me electriza el cuerpo, cada vez que me viene a la mente, el
verídico relato de su monumental "resurrección", escuchado de sus
propios labios.
Resulta
que, por los sanguinarios, estando encarcelado en míseras e improvisadas
miserable celdas, hambrientos, sucios, angustiosamente hacinados, cada día,
seleccionaban a veinte de los allí introducidos, para llevarlos al paredón de
fusilamiento y asesinarlos a mansalva.
Una
aciaga fecha, los encargados mercenarios de llevar a cabo esta tan satánica
acción, empezaron a enumerar y, en llegando al fatídico número 20, se
detuvieron en Don Florencio.
¡Las
curiosas salvedades del caprichoso Destino: Uno de aquellos rebeldes
desalmados, alumo que lo fuera de su colegio, con cambio de chaqueta en la tan
ridícula política, queriendo salvarlo, dijo:
-.-
¿Cómo vamos a matar a este cura así, desarrapado, sin camisa, ni chaqueta y con
un pantalón hecho jirones?¡¡VAYA A BUSCAR ALGO MEJOR!
Y,
en lo que salió de allí, eligieron a otra inocente víctima, librándose, por
esta vez, de los que se llevaron hasta el funesto "Pelotón de la
Muerte".
Lo
más sorprendente de todo lo ya mencionado, fue que, efectivamente, otra
tenebrosa noche, junto a otra veintena de sacrificados seres, le pusieron por
fin, con los ojos vendados, ante una abierta y profunda trinchera que hacía el
papel de tumba común, recibiendo una rociada de endemoniadas balas,
desmayándose al propio tiempo de los veloces fogonazos, para ir a caer como uno
de los primeros, en aquella inmunda fosa.
Sobre
su persona,habiéndose encomendado a MARÍA AUXILIADORA, recibió el sangriento
impacto, el moribundo peso de muchos de los ajusticiados, notando, con asombro
de que él...¡no había recibido en todo su cuerpo, ni el más ligero de todos
aquellos mortíferos disparos!
-.-
¡AHORA, (murmuraron, los impíos ejecutores), VAMOS A TOMARNOS UNAS COPAS EN EL
BAR, PARA CELEBRAR ESTE GRAN MOMENTO QUE, LUEGO, "REMATAREMOS", A LOS
QUE TODAVÍA PUEDAN SEGUIR "COLEANDO"!
Y,
en lo que desaparecieron de la dantesca escena, sigilosamente, arrastrándose
como pudo por la profanada tierra, de arriba a bajo, encharcado en pura sangre,
alcanzó arribar hasta la remota orilla de un lejano río, aseándose y realizando
la enorme peripecia aventurera.
Había
nacido en Monsagro, Salamanca, en 1.900, ingresando en la Congregación
Salesiana en 1.918, habiendo sido Ordenado sacerdote en Turín, Italia, en
1.928.- En Andalucía hizo frente, con ejemplar entereza en 1.936, a la
revolución comunista. Desempeñó el cargo de Inspector de las provincias
salesianas de Sevilla, (1.939) y Barcelona, (1.949), dando un poderoso impuso
al fastuosos Templo del Tibidabo, amén de modélico Maestro de Novicios,en San
José del Valle, (Cádiz).
Nombrado
primer Provincial de las Antillas, llegó a la Habana,en octubre de 1.953.
Hombre
de preclara inteligencia y de nobles aptitudes, amó a Cuba y trabajó
tesoneramente por consolidar la Obra Salesiana en tierras antillenses.
Su
labor, contraseña por el entusiasmo y la creatividad, fue fecunda en
iniciativas , autorizando, dando su más decidido respaldo a los proyectos de
nuevos horizontes del Colegio ubicado en Güines.
En
lo más productivo de su gestión, su vida quedó tronchada por un fatal accidente
automovilístico en Cabaiguán, Las Villas.
Religioso,
penetrado de su misión, hijo espiritual de DON BOSCO, de gran talla, vivirá por
siempre en el recuerdo agradecido de cuantos tuvimos la dicha de haberle podido
conocer y de la inmensa juventud salesiana de los años cincuenta!
¡LA
HUELLA DE SU PASO, CONTINUARÁ SIENDO ENTRE MUCHOS DE NOSOTROS, PROFUNDA Y
DURADERA!
GRACIAS
A LA SUTIL GENTILEZA,
DEL
NOBLE BLOG DE "NACIÓN CANARIA",
HE
CUMPLIDO UNA VIEJA PROMESA,
EXPONIENDO
LA TOTAL GRANDEZA,
DE
ESTA GRAN PERSONA EXTRAORDINARIA.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHombre, APRECIADO Amigo MORALES:¡Hasta el propio Destino, ha querido que, ambos, seamos EX ALUMNOS SALESIANOS!
ResponderEliminarGrandes educadores que nos enseñaron los mejores senderos de la honradez y virtud. CON TODA PROBABILIDAD QUE CONOCISTE Y TRATASTE A DON ANTONIO ESPINOSA, AHÍ, CUANDO ESTOS RELIGIOSOS ESTABAN EN EL GALCERÁN.