VIOLENCIA DE GÉNERO: EL
LADO OSCURO
DE
NUESTRA SOCIEDAD
CRIS COVO GÓMEZ
Algunas
veces nuestras conciencias se ven
golpeadas por ese fenómeno que se ha dado en llamar violencia de género y que
algunos más cursis denominan violencia doméstica.
La
víctima soporta día tras día la presión de su maltratador, consciente de que no
tiene apoyo familiar ni amparo de la justicia, se mueve en la red de una mente
perversa que la humilla y la insulta, en un repertorio que va desde el maltrato
físico hasta la tortura sicológica. El móvil a veces son los celos, la
suspicacia, otras ni siquiera eso… el asedio continúa sin motivos ni razones.
El torturador puede ser una persona frustrada, que arrastra traumas del pasado,
con una infancia desgraciada en una atmósfera familiar nefasta. La víctima
soporta el karma de su maltratador, su historia es la crónica de una muerte
anunciada: denuncias que se suceden una tras otra, órdenes de alejamiento que
ni siquiera se respetan, todo un laberinto burocrático en el cual no es capaz
de ver la solución que necesita.
En
el thriller americano, Hannibal Lecter pregunta a la forense: “¿han dejado ya
de chillar los corderos?”. La pregunta
en sí abraza la mortificación: ¿quién es el cordero? El débil, el indefenso, el desarmado, el que
no puede zafarse de la fuerza física, el que vive bajo el signo de la calumnia,
el que cede en definitiva a al encerrona del sicópata.
Este
año comienza bajo el auspicio de los buenos deseos, los nombres de Diana Quer,
Marta del Castillo, Ruth y José aún siguen tambaleándose en un baño de sangre,
angustia y sufrimiento que queremos evitar.
Desde
un rincón de nuestra isla decimos adiós a la violencia de género y la violencia
en general.
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