UN PARTIDO CON HISTORIA
RAFAEL ZAMORA MÉNDEZ
Y...
no nos referimos, consideradísimos Amigos de NACIÓN CANARIA, a las desoladas
secuelas de algunos que otros acreditados partidos políticos, sino, a un
memorable encuentro futbolístico que, allá, por los cumplidos años 50, se
llevara a cabo en el castizo campo de “SAN JUAN”, deportivamente ubicado en una
muy conocida y ventosa zona de nuestra mariana Capital de Valverde, de la muy amada
isla de El Hierro.
Siendo
mi acreditado colega, MORALES, un vehemente aficionado, entre otros muchos, a
este deporte del redondo balón, creo que, este verídico relato, le va a
entusiasmar, rememorando un verídico hecho que, en su día, resultara ser todo
un revolucionario acontecimiento.
Muchos
serán, cuantiosos, los buenos amigos lectores que, ante el afable hecho que voy
a describirles tal vez, con cierta sentida añoranza, de seguro, intentarán
recordarlo para esbozar un amplio y dilatado guiño evocativo, debido a la
ingente singularidad de aquel famoso evento que ya, nunca más en la existencia,
tendremos la viable posibilidad de volver a renovarlo, puesto que, muchos de
sus característicos protagonistas, eternamente, para siempre jamás, ya han sido
traspasados hasta ese misterioso y recóndito borde del inquietante más allá.
Aquel,
fue un doliente y entristecido período en el que la nutrida juventud pasó un
pavoroso cúmulo de penetrantes privaciones, todas ellas, completamente fuera de
lo corriente y normal.
La
energía eléctrica, se suministraba, poco más o menos, al mismo tiempo en que
caían los postreros resplandores de la tarde, media aguantándose... hasta la
media noche en punto y, después de haberse recibido las amortiguadas
contraseñas de unas tres rápidas interrupciones que, sin más, declaraban su
cotidiano acabose.
Para
poder captar las narraciones radiales en ciertos importantes lances de balompié
que, por regla general, se emitían a precoces horas vespertinas, se solía
efectuar una financiera colecta, cuyos beneficios iban íntegramente a parar a
manos del afortunado ser que poseyera un simple motor eléctrico, capaz de
facilitar el tan apetecido objetivo.
¡Qué
pomposa gozada, atendiendo la bizarra voz del inconmensurable MATÍAS PRAST,
(padre), una perspicaz humana pirámide capaz de inflamar ánimo, coraje, bravura
e incontenible emoción cuando, con sus extraordinarias descripciones,
vociferaba los valiosos goles de la Selección Española o elogiaba, casi sin
respiro, los fantásticos paradones de RAMALLERS, ZUBIZARRETA o ARCONADA!
Había,
existía un delirante apego hacia el citado entretenimiento, y es por ello que,
un servidor mismo en persona que conste, sin ningún tonto asomo de tomadura de
pelo, ni mucho menos de burlona tolerancia, tuvo la temeraria ocurrencia de
organizar un distraído encuentro entre dos inauditos conjuntos, con la única y
prerrogativa idea de que todos probáramos franquear unas placenteras horas de
risueño y módico solaz.
Existían
valorados artífices que, en esto del redondo balón, resultaban ser unos
legítimos artistas, entre los que sobresalían los herreños hermanos, AMADEO y
RAMÓN AYALA ÁLAMO; el maestro y sagaz buen entrenador, FRANCISCO PERERA, los
diestros hermanos, FRANCISCO y DOMINGO EXPÓSITO, TEÓFILO PADRÓN, CLAUDIO
BURGOS, FONTE, PÉREZ, PLASENCIA, MARRERO, y, una pléyade de arrojados
meritorios principiantes que llegaron a fundar los tres primeros equipos de la
Isla, con los ostentosos nombres de C D ESTRELLA, U D VALVERDE y C D ARMICHE.
Tomando
como estable base a once de los más destacados jugadores de este competitivo
trío oficial, se formalizó un inverosímil embate, quizá, único y exclusivo en
la Historia, al que asistiera, a pesar de haberse celebrado en un laboral
martes, una abarrotada cantidad de público, tras la deseosa búsqueda del más
sano, puro y vehemente recreo.
Para
ello, durante un determinado tiempo, en las primordiales esquinas de nuestras
vitales calles, bares y negocios, se habían colocado unos enormes cartelones,
todos ellos elaborados en desplegados metros de papel –“vaso” que, con el
correspondiente visto bueno de la competente autoridad, en aquella ocasión,
representada con la delegada firma del que por tantos años fuera nuestro presto
Alcalde, el recordado, D. JUAN SÁNCHEZ DE LA BARREDA y, en los que se
anunciaban las correspondientes alineaciones porque, el caso fue que,
conseguimos agrupar a unos campechanos adversarios, los más significativos de
toda la comarca por sus características especiales de concisa sencillez,
ingenuidad, candidez y que hoy, no creo sea necesario pretender nombrárselos
para así, no herir posibles susceptibilidades, aunque sí creo preciso el
describirles que, como peligroso delantero centro, figuraba nada más y nada
menos que mi considerado y servicial amigo, PERICO, aquel notorio protagonista
de cenceña frente, amplias cejas pobladas y capaz de zapatearnos todo un
convulsionado charlestón, a lo Geny Kelly, por el simple pago de una rebosante
copa de vino.
El
trafagado movimiento resultó ser todo un notorio trabajo artesanal de primera
calidad: Agraciadas señoritas, ataviadas con los significativos trajes de la
Cruz Roja; atentos y presurosos camilleros, primeros auxilios, redactores,
fotógrafos, periodistas y... mi menda, frente a un desnudo palo de escoba, con
una vacía lata de sardina clavada en su punta, haciendo el hilarante papel de
micrófono, relatando a grito pelado, todas las inquietantes incidencias del
milagroso choque.
Al
final de cuentas, todo se redujo a un simple y merecido empate, muy a pesar de
que se les regalaron sendos penaltis a los más débiles que, ni a cañonazos,
fueron capaces de transformar en goles!
Los
entendidos en marcar goles, dejaron de hacerlo, dándoles la piadosa oportunidad
a aquellos queridos héroes que, en la gloria de los humildes, supieron
transcurrir por nuestra existencia, dejándonos la crecida huella del más tierno
y notorio realce específico.
¡INTÉRPRETES
QUE, COMO SUSCEPTIBLES NIÑOS, ANTE NUESTROS OJOS, TUVIERON EN LO RECÓNDITO DEL
ALMA, LA MÁS CRÉDULA SONRISA DE SUPREMA SENCILLEZ Y ENCUBIERTA SUMISIÓN!
¡QUÉ de gratos recuerdos, rememorando este encuentro de fútbol, entre los sencillos seres populares de la Isla, luchando contra las más sobresalientes estrellas balompédicas de El HIERRO, para disfrutar de unas divertidas horas, plenas de sana camaradería y de solaz recreo!
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