DIVAGACIONES
DUNIA
SÁNCHEZ
Invierno,
la primera nevada y única es sonoridad de estas islas del atlántico. Un océano
donde lo real se vuelve mágico en ronronear desastrado violín. Suena.
Denso latigazo a ras de unas
manos dolidas. La misma tonada
durante el paso del tiempo ¿existe acaso? Solo la noche y el día rondando a
nuestras espaldas. Invierno. Sábanas blancas tendidas sobre un monte; frío,
esquelético, callado. Me revuelvo en mi mirada y la ausencia hace eco de un
mañana distinto, tal vez insípido quizás feliz. No sé, lo cotidiano se vuelve
avaro, agrestes dedos enraizados en cuerdas del saber. Rápido…rápido , el
frescor de un nuevo nacimiento nos impulsa por despatarrados barrancos en un
andar hacia abajo ¡El atlántico¡ Nos observamos perdiendo la noción del tiempo
¿existe acaso? Es el todo o es la nada…dudo…me condiciono a su lejano latido y
sombreo cada huella blanca…muy blanca en la caída de la tarde espantando la
mordedura infernal del desgaste, del agotamiento afincándome bajo la lluvia
azul.
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