LA U. D. LAS PALMAS
SE HUNDE
ANGHEL MORALES
Cuando
la cosas se hacen mal, sobre todo si se hacen rematadamente mal, terminan
pagándose y muy, pero que muy caro. La U. D. Las Palmas está en manos de un
impresentable que tiene a cientos de trabajadores sin cobrar , manifestandose
ante las instituciones -que son también culpables-, porque están viviendo una
situación caótica ante la pasividad de quienes tienen la obligación de
solucionarlo. Gobierno de Canarias, Cabildos, Ayuntamientos y todos los que
tienen contratadas a las empresas de Ramírez y que no han sido capaces de
cortar por lo sano y solucionar el problema de los trabajadores, me parece que
son tan complices como él. Los juzgados están llenos de mierda, los centros de
salud, también, los juzgados no se pueden abrir porque no hay vigilantes. No
les pagan y es normal que hagan huelga para reclamar lo que les pertenece. Lo
normal sería que las instituciones cancelaran los servicios y asumieran el
control, por el bien no solo de los trabajadores, sino de toda la sociedad, que
está siendo perjudicada por estas empresas en manos irresponsables.
He
tenido empresas o en dirigido empresas que han trabajado con la administración
y recuerdo que era costumbre que a fin de mes nos pidieran las nóminas pagadas
y la Seguridad Social idem de lo mismo, pero parece que esto no se aplica con
las empresas del manda más de la Unión Deportiva. ¿Cómo se puede adjudicar
contratos a empresas por debajo de los gastos mínimos? Si el pago de sueldos,
seguridad social y otros gastos, mas los beneficios, no se aproximan a la
cantidad por la que se contrata, algo se tiene que dejar de pagar. ¿No creen?
Ya está bien de tantos empresarios que solo tienen fachada y a base de dejar de
pagar se enriquecen y aquí no ha pasado nada.
Si
un tipo es un mal empresario, como queda claro en el caso de Ramírez, ¿puede
ser un buen dirigente deportivo? Evidentemente que no. Ha gestionado mal el
equipo, ha hecho fichajes inadecuados, ha traspasados a los mas valiosos, ha
permitido que un grupo de jugadores controlen el vestuario y se carguen
entrenadores, ya pasó con Quique Setién y aquí no ha pasado nada. El entrenador
se fue, pero los niñatos de turno siguieron y siguen en el equipo haciendo
mucho daño, perjudicando a la afición, con el permiso de un presidente
irresponsable, que no ha sabido nunca llevar el timón de este barco. Jugadores
de discoteca, formando broncas a altas horas de la madrugada, otros dando
positivo en controles del alcoholemia -alguno hasta tres veces-. Lo que en
cualquier Club del mundo sería un escandalo y una limpieza rápida, en la Unión
Deportiva todo ha sido normal y se ha consentido. Se empezó la temporada con un
entrenador nuevo y sin experiencia, que tuvo que salir por patas en cuanto vio
el corral donde se había metido. Después se trae a un entrenador con record de
derrotas consecutivas en Primera División. Esto solo pasa en un equipo
presidido por Ramírez. Este hombre esta haciendo mucho daño al deporte y a la
sociedad canaria, pero ciertos políticos le ríen las gracias, los jueces
parecen tenerle miedo, se permite grabarlos y hacer públicas sus grabaciones.
El numerito de Barcelona, jugando a puerta cerrada y manchando su equipaje con
una bandera extraña, solo lo puede permitir un personaje como el de esta
historia. Mucho criticar al Barcelona por politizar el deporte, pero Las Palmas
-sin venir a cuento- les paga con la misma moneda.
Ahora
viene Paco Jemez y se encuentra con un solar con arenas movedizas y sobre este
terreno es difícil, por decir que imposible construir. Lo de la Unión Deportiva
se viene fraguando desde hace tiempo, no es cosa de hace dos días, pero aquí
todos han callado, todos han consentido que "el indultado" ejerce de
dictador y haga lo que le da la gana. ¿Si no es capaz de solucionar los problema
de
sus empresas va a solucionar el del equipo de fútbol? Dice que hay milagros. Yo
no creo en ellos. De momento la Unión Deportiva Las Palmas se hunde y estas
cosas no ocurren por generación espontánea. Y arreglen el problema de la gente
que esta sin cobrar. ¡No sean cabrones!
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