NOS ESTÁN DILAPIDANDO
EL ESTADO
ROSA MARÍA ARTAL
La cúpula del PP reunida en la calle Génova EFE
Decía
Rajoy en 2012, su primer año de mandato, que planeaba lograr “ el Estado más
barato de Europa Occidental” y, desde luego, se ha dedicado con fruición a la
tarea. Alguien como él, tan aficionado a
los dichos y refranes, debería saber que lo barato es caro. Y no solo para el
bien público sino para la pura marcha económica. De ahí que grandes soportes
del poder financiero y mediático estén empezando a advertirle que por ese
camino están agostando el futuro de nuestro país y nuestra sociedad. Así lo decía el editorial de El País del
lunes, aun con toda su mirada neoliberal. Hablan de medidas de ajuste
equivocadas, cuando no fue tanto “la crisis” –eterna excusa – como la decidida
voluntad de recortar lo público. Causas distintas para un diagnóstico que comparto:
Están dejando el Estado bajo mínimos y es peligroso. El paciente puede morir de
inanición.
El
Banco de España vuelve a reflejar que el descenso continuo de la inversión
pública en España situó a 2017 en el mínimo de los últimos 50 años. Ha sido el
1,9% del PIB, la más baja proporción desde 1970 y la menor de toda Europa.
Salvo Portugal que –con un gobierno de izquierdas – anda reponiéndose con sus
propias recetas y con éxito. Aquí, Rajoy sigue encantado de su labor. Dando una
versión desbordadamente triunfalista de su gestión. El PP ha reducido en un 60%
la inversión en infraestructuras. Un 50% las educativas y un 37% las
sanitarias. Abultado porcentaje, aún
descontando la previsible corrupción de aquellas obras. IVIV, la Fundación del BBVA, también alerta
de los riesgos de tan enorme recorte.
El
caos de la nevada, ejemplo del recorte en servicios públicos
El
escándalo desatado por la nevada del día de Reyes guarda estrecha relación con
haber minimizado el Estado. Con las privatizaciones. Muchos ciudadanos que no
siguen la actualidad se habrán enterado de que depende de por dónde circulen
para que el Estado se responsabilice de su seguridad.
Hemos
llegado a la alucinante situación de ver al Director General de Tráfico culpar
a los conductores de haberse quedado –por miles – tirados en la nieve durante
horas, hasta 18 horas. En carreteras a su cargo y en una autopista, la AP-6,
Villalba-Adanero, abierta, no cerrada en su acceso, que se cortaba en un punto,
abandonando a los viajeros a su suerte. La
diatriba entre a quién correspondía activar los quitanieves y distintos
recursos quedará probablemente en nada o en poco. No puede decirse que el PP
apriete a las concesionarias de autopistas que rescató con nuestro dinero.
Obligados por los dadivosos contratos que suscribieron previamente sus
administraciones.
La
España tabernia y cuñada lo tiene claro: los conductores son culpables… porque lo dice la autoridad ante la que solo
cabe sumisión. En el siglo XXI existen medios para no tener que quedarse en
casa a esperar que escampe, como en el XIX, si se van a utilizar carreteras
nacionales.
El
caos de la nevada es el ejemplo más gráfico de lo que está sucediendo en todos
los sectores a los que el PP ha venido aplicando el rigor de su tijera cuando
no su guadaña. Porque hay más. La inversión en carreteras ha caído a niveles de
los años ochenta. Se preguntan por qué ha vuelto a crecer el número de víctimas
de accidentes de tráfico. El deterioro de la red viaria influye decisivamente.
Y la antigüedad del parque automovilístico que ha alcanzado la peligrosa media
de 14 años. Solo el 35% tiene menos de 10 años que es lo aconsejable. El “pese
a la recuperación” les queda muy lejos a buena parte de la sociedad. Abrir los
ojos a mucha más.
Sanidad
y educación, los otros dos grandes paganos
Hablamos
también de recortes drásticos en las infraestructuras de Sanidad. No tienen más
que ver el estado en el que se encuentran las
urgencias del Hospital de La Paz de Madrid que era un centro de
referencia. Como ejemplo de muchos otros. Y el descenso en las valoraciones
internacionales de nuestro Sistema Público de Salud considerado, hasta la
llegada del PP, uno de los más eficientes del mundo. O en educación.
Recordemos
que el recorte del monto global de estos ministerios fue el primer gran decreto
del PP junto con la reforma laboral. Tres grandes pilares, tres grandes
bocados. Los dejó temblando. Pero, oiga, si es usted un buen ultraliberal,
ahorrando se puede pagar en EEUU un tratamiento
, por ejemplo, para evitar la ceguera por degeneración de la retina. Quién no
tiene a mano 850.000 dólares para dedicarlos a ese fin. Además, el laboratorio
lo vende a plazos.
Invertir
en deseducación
Se
preocupan de cómo afectará la falta de inversión en infraestructuras en nuestro
futuro. Aún más nos dañará como sociedad la implacable apuesta por la
deseducación, cuando no por un puro fomento de la burricie. Ha encontrado un
campo fértil. Les salen cuatro charlatanes en la tele salpicando datos en una
pizarra y hablando de lo malo y antiguo que es Papá Estado y lo compran. No
cuentan entretanto que a Papá Estado lo tenemos a cuerpo de rey con nuestros
impuestos y Papá Estado nos devuelve migajas. Pagamos más dinero por menos
servicios y encima quienes pagamos, porque también hay privilegiados para el
ministerio de Montoro.
Deuda
pública en máximos
El
gobierno de Rajoy ha logrado unos niveles de inversión en los ciudadanos
mínimos y, paradójicamente, tiene la Deuda Pública en máximos. Más de dos
tercios de la deuda pública española procede de gestores del PP, municipales,
autonómicos y estatales. Medio billón de euros de los 753.000 millones que ha
crecido el endeudamiento institucional en la última década. Los presupuestos de
2017 asignaron casi un 10% del total (un 9,4%) a pagar los intereses. 32.171 millones, solo en intereses, además de
la amortización.
Pero
no son temas que, como otros, colonicen los medios. Presumir de esta gestión y
que se la aplaudan es un buen índice de la España de hoy. El FMI acaba de alertar al gobierno del
peligro que representa la descomunal deuda de España. Les recomiendo ver
los gráficos de su evolución comparada y
así podrán admirar el garbo de esa flecha casi vertical al techo desde que
manda Rajoy.
Crear
un agujero en el sistema de pensiones de 100.000 millones de euros –no es un
error: 100.000 millones de euros- es otro de los grandes logros de la gestión
de este PP que ha llevado la inversión pública en España a mínimos. Zapatero dejó la hucha con superávit: de
66.815 millones de euros.
¿Por
qué intentan imponer que no es sostenible ya el Estado del Bienestar?
Ignacio
Escolar escribía en Actúa, uno de los libros que compartimos: “Si la Europa
arruinada de la posguerra fue capaz de construir el Estado del bienestar, ¿por
qué la Europa próspera del siglo XXI va a ser incapaz de mantenerlo?”. Es hora de responder que porque volvió a
cruzarse en nuestro camino la codicia de unos pocos, la desinformación, y el
miedo y credulidad de una mayoría suficiente de ciudadanos.
Anticorrupción
tiene bajo su foco a los cuatro políticos del PP que han presidido la Comunidad
de Madrid: Gallardón, Aguirre, González y Cifuentes. Solo este dato, enorme,
aunque gota de agua en el océano de la corrupción en España, da idea de lo que
para las arcas del Estado supone el saqueo al que vienen siendo sometidas. No
hay pan para tanto chorizo. No lo había, y sigue sin haberlo. Pero cada vez
parece haber, también, menos ciudadanos hambrientos de dignidad. Y alguna
trápala más se cuece en la sombra cuando contemplamos el silencio y la
colaboración de partidos y personas en teoría progresistas. De quien comparte al 100% la ideología del PP
poco hay que esperar.
Se
está aplicando con tan sistemática eficacia la destrucción del Estado que
apenas va a quedar ya remedio. Con grandes complicidades. Nunca pagamos tanto a cambio de tan poco.
¿Para qué sirven ahora nuestros impuestos? Se diría que, básicamente, para
mantener los gobiernos varios, las oposiciones varias, la Monarquía y las
fuerzas de seguridad. Recordemos que en este momento de inversión mínima en
gasto social, el ministerio de Defensa se ha comprometido con la OTAN a
aumentar el gasto militar en un 80% hasta 2024.
El
recorte en educación, se paga. El PP y sus socios han sabido encumbrar a la
España oscura que tiene su razón de ser solo en símbolos y tradiciones
inamovibles. Esta etapa ha potenciado la caspa, la ha hecho emerger en sectores
que ya la escondían por pudor. Lo cual es una condena para el conjunto si no
adopta una actitud activa. Algo incumbe a la propia sociedad, dado que no toda
ni mucho menos muestra carencias cognitivas y éticas que cada vez se airean más
y con mayor orgullo. Se la culpa se quedarse atrancada en la nieve desoyendo
que no hay gobierno serio que la ampare. Pero todavía es más grave que lo
acepte y que dóciles colaboracionistas lo aplaudan.
Lo
más grave es esta sociedad que se está dejando quitar las bases de un Estado
social a cambio de nada, porque se ha dejado convencer de que este estatus de
corrupción e ineficacia es a lo mejor que puede aspirar.
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