VOX Y SU NUEVO NUMERITO DE CIRCO MEDIÁTICO
MARTA NEBOT
García Gallardo y Mañueco, en una imagen de archivo. EFE
Lo de Castilla y León con las mujeres que deciden abortar se ha convertido en un que sí, que no, que caiga un chaparrón, aunque ahora ya, hagan lo que hagan, todos han quedado chorreados. Por mucho que el PP juegue al escondite, por mucho que cambie de idea y no haga lo que anunció que iba a hacer, tod@s recordaremos que acordó con Vox volver al pleistoceno puteando a las mujeres que toman la decisión de interrumpir su embarazo.
Y lo llamo putear
porque no se me ocurre un verbo mejor para describir que tu médico, el
profesional que te va a practicar la intervención, te ofrezca escuchar el
latido del feto, ver una ecografía 4D y/o ayuda psicológica. Los dos primeros
ofrecimientos los considero directamente tortura; el tercero también y, además,
un insulto a la inteligencia de todas esas mujeres que deciden algo difícil y
trascendente para sus vidas. Porque, ¿qué insinuación hay implícita en estos
ofrecimientos? ¿Qué pretenden con ellos? El mensaje es: lo que has decidido
está mal decidido y tomas esta decisión porque no estás bien de la cabeza, con
la ayuda del sentimentalismo o de un psicólogo ya verás como lo ves distinto,
justo como nosotros queremos que lo veas.
Y, dicho todo esto,
que es tan serio, la verdad es que la danza de sí pero no del PP desde que el
vicepresidente de la Junta de Castilla y León (CyL) de Vox, Juan
García–Gallardo, soltó esta bomba atómica es para echarse unas risas por cómo
ha sido y porque todavía es posible que acabe en nada.
El jueves, Gallardo
anuncia en rueda de prensa este paquete de "medidas de fomento de la
natalidad y apoyo a las familias" sentadito al lado del portavoz del
Gobierno de CyL, Carlos Hernández Carriedo, que no dijo ni mu; ni siquiera cuando el de Vox afirmó que en su
comunidad hay listas negras contra médicos objetores de conciencia.
Después, cuando se
montó el lío mediático, fuentes de la consejería de Sanidad en cuestión
salieron a decir que las ecografías solo se ofrecerían por prescripción médica
y que el ofrecimiento de estas "medidas" no sería obligatorio. ¿De
qué dependerá entonces: de que el médico que te toque quiera o no ponértelo más
difícil? ¿Será cuestión de suerte? ¿Putearán solo a algunas?
El consejero de
Presidencia, Jesús Julio Carnero, del PP, afirmó entonces que siempre sería con
absoluta "voluntariedad" para "embarazadas y
profesionales". Que ya estoy viendo la escena digna de Groucho Marx: ¿Usted quiere que yo le ofrezca lo que yo
quiero ofrecerle? O mejor, ¿usted quiere que yo le ofrezca lo que no quiero
ofrecerle, pero no sé si usted quiere que le sea ofrecido?
Gallardo, el vice
de Vox, más allá del galimatías que ofrecía Carnero, contraatacó insistiendo en
que por supuesto que las medidas que había anunciado estaban "obviamente
consensuadas" con el consejero de sanidad que es del PP, Alejandro
Vázquez.
Vázquez reaccionó
declarando en televisión que sus relaciones con Gallardo son
"excelentes" y que solo existen "unas pequeñas
matizaciones" sobre este asunto.
Gallardo le
respondió sosteniendo que las cosas se van a hacer como anunció: que los
médicos tendrán sí o sí que ofrecer su paquetito.
El PP de Génova
solo dijo que "no pueden valorar continuamente las decisiones de los
gobiernos autonómicos". Sin embargo, Borja Sémper, el nuevo portavoz del
partido para la campaña electoral que, en teoría, todavía no ha empezado,
declaró que su partido no está de acuerdo con esta propuesta de Vox y que no
están dispuestos a "tragar con cualquier cosa".
Así que a ver si el
recién repescado Borja llama al presidente de CyL y a su consejero de Sanidad y
se lo deja así de clarito porque ellos, según dicen, no lo ven tan cristalino.
Mañueco, el
presidente autonómico del PP al cargo de este lío, dijo este sábado, después de
tres días de silencio: "No voy a
entrar en lo que dijo o no dijo" y añadió: "En Castilla y León
defendemos a la mujer, garantizamos todos sus derechos y la libertad de
elección". Después ratificó lo de que sí pero no: que los médicos son
libres y las mujeres también de ofrecer o recibir el paquetito.
Así que ya veremos
lo que le toca tragar a Sémper, a Feijoo, al PP y, sobre todo, a los médicos y
a las mujeres de CyL que se vean salpicados por este nuevo protocolo que
presuntamente entra en vigor el próximo lunes. Y escribo presuntamente porque
creo probable que finalmente quede en nada, ya que la práctica se impone a las
palabras. En Castilla y León no hay ecógrafos 4D para hacer lo que les gustaría
–ni uno solo en Ávila y en Segovia–. En
España, a los profesionales que practican intervenciones voluntarias de
embarazos no se les puede obligar a ofrecer semejantes torturas, tipificadas
como delito en el Código Penal tras la última reforma de la ley del Aborto. Al
mismo tiempo, se da la circunstancia de que los que practican este tipo de
intervenciones suelen solidarizarse con sus pacientes y no tienen ganas de
torturarlas ni voluntaria ni involuntariamente. Además, la lista de espera de la salud mental de esa
comunidad es tan larga que no hay peligro de que ningún psicólogo llegue a ver
a ninguna embarazada.
Por lo tanto, menos
lobos, Caperucita. Es decir, menos lobos, Vox;
que, por ahora, solo tienes fuerza para proponer horrores hipotéticos.
Date por satisfecho con este nuevo numerito de circo mediático, esta vez misógino,
de una de las vicepresidencias autonómicas con cuentas más absurdas. Este área
de Gobierno, gestionada por la ultraderecha, no tiene casi competencias y sí un
presupuesto anual de cerca de un millón doscientos mil para gestionar poco más
de cien mil euros. Parece que en realidad su misión es conseguir titulares,
como los de esta semana, que jaleen a los suyos aunque no cambien nada. En ese sentido, si el objetivo era hacer
ruido y asustarnos: enhorabuena a ellos y a los jaleados. Lo han conseguido.
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