PLÁCIDO DOMINGO: EL TERROR BAJO EL TELÓN
ANITA BOWTIN
El tenor, Plácido Domingo, es homenajeado por ANCCE con el premio PRE
durante la celebración del Salón Internacional del Caballo (SICAB) en Palacio
de Congresos, a 17 de noviembre de 2022 en Sevilla (Andalucía, España).-
Joaquin Corchero / Europa Press
Lo de Plácido Domingo lo sabía todo el mundo, era un secreto a voces y sin embargo ha sido silenciado durante toda su carrera. Durante décadas, las mujeres que han tenido que subirse con él al escenario han vivido con miedo el tener que coincidir en el ascensor o el pánico a cuando bajara el telón y decidiera acercarse a besarlas sin su consentimiento. Todo el mundo sabía que Plácido era un acosador sexual, pero nadie podía decir nada porque le temían, "porque él era dios y ellas nada", porque él representaba el poder y por miedo a las represalias que podía haber hacia ellas.
Las supervivientes
de los abusos sexuales de Plácido Domingo vivieron años que, según relataban en
el programa de Salvados Plácido: un secreto a voces fueron de auténtico pavor.
Aguantaron abuso de poder, insinuaciones sexuales, llamadas insistentes,
tocamientos, besos no consentidos... un auténtico calvario. Sin embargo, no
podían denunciar por miedo a que se acabara su carrera profesional y, de hecho,
alguna de las que denunció haber sufrido esas represalias profesionales vio
como "se terminó tu carrera", como le dijo él, después de que ella
diera ese difícil paso de denunciar sus abusos.
Pero por fin llegó
el día en que se unieron decenas de mujeres supervivientes de las violencias
del cantante, dieron el paso al frente para contar lo que Plácido estaba
haciendo y denunciaron los abusos sexuales cometidos por el cantante durante
años. Algunas no han denunciado aún, por miedo a que se pusiera fin a sus
carreras, otras llegaron a cuestionarse si aguantar ese tipo de abusos sería el
precio que tenían que pagar para lograr sus sueños y mantener su puesto de
trabajo. Eso es algo que nunca tendrá que preguntarse un hombre, nunca un
hombre tendrá que soportar abusos sexuales para mantener su profesión, para
llegar a fin de mes, para llevar el pan
a sus hijos y por eso es tan importante hablar de violencia machista y
dejar bien claro que quienes la sufrimos somos nosotras.
A menudo se acusa a
las víctimas que no denunciaran en su momento, pero lo que no se tiene en
cuenta es el miedo que sufrían para poder hacerlo. En esa línea se encuentran
quienes no creen a las supervivientes y las tildan de aprovechadas o
exageradas, atrevidas, despechadas o que quieren buscar un minuto de gloria. Se cuestionan la palabra y las afirmaciones
de las mujeres porque ellos están en una situación de poder y se pueden
defender y a ellas se las pone en tela de juicio porque son un David contra un
Goliath intocable.
Por otro lado, se
encuentran quienes afirman que Domingo no fue condenado, por lo que entonces no
existiría el delito, sin embargo, el hecho de que no le encarcelara no le
absuelve de haber cometido acoso sexual durante décadas. Quienes cuestionan a
las víctimas y creen en la inocencia del cantante cuando fue él mismo quien
pidió perdón por los hechos deberían preguntarse por qué iba a pedir disculpas
de no haber cometido tales delitos.
En EEUU lo han
tenido claro, no así en nuestro país, y tomaron acciones contundentes. Desde
que se conocieron los hechos, no se le deja actuar como una manera de no ensalzar ni tener ningún
trato con las personas que hayan tenido ese tipo de comportamientos. Mientras,
en nuestro país un silencio lo impregna todo y se sigue aplaudiendo al verdugo.
Es paradigmático
que en nuestro país no haya salido ninguna denunciante, salvo la mujer que
apareció en el programa de Gonzo. Eso sí, tuvo que aparecer sin dar la cara y
con la voz distorsionada, porque tal y como ella aseguró, Plácido Domingo es
intocable y por eso la víctima tiene que declarar a oscuras. Sobre por qué
ocurre este fenómeno en España, tenemos ejemplos en el pasado sobre el miedo a
la condena pública, o cómo puede pasar factura a nivel profesional y personal,
como ocurrió en el caso de Nevenka Fernández, que denunció por acoso sexual al
cargo político del PP Ismael Álvarez.
La superviviente
que se atrevió a declarar en el programa pidió que existiera algún tipo de
figura en los teatros que vigilara o ayudara a las víctimas, y de esa manera se
sentirían mucho más tranquilas. Otra de las cosas que ayudaría la recuperación
de las supervivientes sería saber que el acosador jamás va a volver a subirse a
un escenario financiado o subvencionado con dinero público. Podíamos empezar
por ahí, si este país se tomara en serio eso de los abusos sexuales y la
reparación a las víctimas.
Sabemos también que
Plácido no es el único, que en muchas empresas hay un Plácido que utiliza su
estatus para aprovecharse de sus víctimas. Muchas hemos tenido que soportar las
garras de este tipo de acosadores para poder continuar con nuestros trabajos y
no ser despedidas, pero se acabó el chollo de los Plácidos, las mujeres nos
hemos unido y empoderado y no vamos a seguir soportando abusos de nuestros
verdugos. Solo queda que el resto de la sociedad nos acompañe y las
Instituciones públicas estén a la altura.
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