ECHO DE MENOS LOS BULOS SOBRE PABLO IGLESIAS
ANÍBAL MALVAR
"La bolsa de la compra sube un 15% y Yolanda Díaz acusa a las empresas de forrarse". Más todavía: "La vicepresidenta aprovecha la escalada descontrolada del precio de los alimentos, la mayor desde 1994, para agitar el fantasma de la intervención". Es la portada de nuestro querido y patriótico ABC, que como ya va agotando los bulos que divierten a la población se ve obligado a titular con sartas de obviedades. La noticia no nos aporta nada, pues de todos es sabido que la cesta de la compra se ha encarecido una barbaridad, y que las empresas se están forrando con precios abusivos e injustificados. Del lawfare vamos pasando al mercafare, pues nuestros jueces no están aun para golpes de Estado: bastante tienen con buscar los modos de librar de la cárcel a los más eximios corruptos del PP. María Dolores de Cospedal sigue silbando por sus cigarrales toledanos a pesar de los audios que la embarran y mierdalizan en las cloacas del Estado. Jorge Fernández Díaz, el que afinaba fiscalías cual orquestas sinfónicas, escribe articulillos en la prensa carpetovetónica dando lecciones de moral. Eduardo Zaplana, que como en el verso de Miguel Hernández se nos muere de casto y de sencillo, es el eterno moribundo excarcelado que más pisos compra en España, solo en rivalidad con el honradísimo socialista José Bono. Rajoy bosteza mientras los gramáticos judiciales buscan por las alfombras de la Audiencia una eme y un punto. Esperanza Aguirre continúa sin ser juzgada, pues se ha quedado patidifusa desde el día que descubrió que tenía un Goya en el pasillo y, en el espejo, la mayor rana de Madrid. Y todo en este plan.
Desde que Pablo
Iglesias se retiró de la política, nuestro lawfare se ha debilitado muchísimo,
y los lectores de la prensa de derechas lo echamos mucho de menos. Esto de que
Yolanda Díaz pueda quizá estar maquinando una intervención del mercado de
alimentos nos suena soso, aburrido y poco siniestro. Si al menos tuviera un
asesor venezolano, coño, que es lo mínimo, podríamos acusarla de injerencias
chavistas en su pensamiento, que tan claramente vislumbran nuestros gurús del
facherío mediático, tan adictos a meterse en el cerebro de la izquierda. Pero
resulta que el chavismo, Nicolás Maduro, es un amigo desde que Europa y EEUU
necesitan el petróleo venezolano más que las amapolas la lluvia de primavera.
Así que ni siquiera un asesor venezolano sería ya motivo de escándalo en esa
posible intervención del precio de los alimentos que dice ABC que riega las
neuronas de Yolanda Díaz.
El facherío,
siempre perfumadísimo y contumaz, ya no encuentra inspiración para abrir sus
portadas. La huida de Pablo Iglesias les ha dejado sin argumentos ni fantasías,
y es que con Pablo lo teníamos todo medio resuelto, pues por alguna ignota
razón a Iglesias se le podía achacar de todo sin que nadie se escandalizara.
Con Yolanda parece ser que no les sale, y se tienen que inventar los
pensamientos íntimos de la vice, como lo de la intervención de los precios de
los supermercados, cual si fueran Sigmund Freud descerebrado estudiando el
cerebro de otras gentes.
A mí me encantaría
que este bulo fuera cierto, y que nuestro gobierno bilduetarra, chavista y
pecador aplicara la Constitución y regulara los precios para que todos los
españoles tuviéramos acceso a lo más básico. Pero este bulo de ABC de hoy es
como todos, para desgracia del obrero y del poeta. Humo barato. Yo casi
prefería cuando nos contaban que un inexistente ministerio venezolano
financiaba a Podemos en una imaginaria cuenta del imaginativo Panamá. Esos sí
que eran bulos admirables y constructivos. Lo de los pensamientos íntimos de
Yolanda Díaz se le ocurre a cualquiera. El bulo necesita una estética, como el
asesinato y todas las bellas artes. Un poco de imaginación, o sea, porfa, tíos.
Aunque no hayáis leído a Thomas de Quincey.
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