«EL PKI, ENEMIGO A BATIR POR EEUU»
MAITÉ CAMPILLO.
El asesino Suharto paseando con Kenedy
Dos días después de que Japón reconociera su derrota en la IIª Guerra Mundial, nace un nuevo estado de una colonia holandesa en el sudeste asiático, una sencilla ceremonia de independencia se celebra el mismo agosto de 1945, se iza una bandera rojiblanca y se canta un himno en la casa de Sukarno, el que habría de dirigir Indonesia durante dos décadas. Las grandes multinacionales petroleras de EEUU aceleran objetivos, proporcionan financiación, tecnología y ayuda logística a Pertamina -compañía petrolera controlada por el ejército indonesio- con el objetivo de fortalecer el papel de las Fuerzas Armadas, como un centro autónomo capaz de ser utilizado para acabar con el antihegemonista poder político de Sukarno que ganaba elección tras elección, y de un PKI, que no dejaba de multiplicar sus fuerzas y su influencia año tras año: <<Tras el golpe, todos los presidentes norteamericanos mantuvieron una relación privilegiada con Suharto>>. A Sukarno la CIA le impone un aislamiento bajo arresto domiciliario hasta su muerte sucedida en Yakarta el 21 de junio de 1970.
Una marioneta títere del
imperio en manos de la CIA
Asume el papel
principal artífice de la masacre encarnizada en Indonesia año
1965-1966. Entre
dos y tres millones de militantes comunistas fueron asesinados, perseguidos
simpatizantes y familiares torturados y muchos encarcelados tras el golpe del
General Suharto en octubre de 1965, planificado y dirigido por la CIA contra el
gigante de la región, Indonesia, con más de 200 millones de habitantes,
alrededor de 17.000 islas y el control del estratégico estrecho de Malaca que
se había convertido en una de las cabezas claves del nuevo Movimiento de Países
No Alineados; una alianza, una unión antiimperialista se estaba forjando. Las
matanzas tuvieron lugar en Yakarta, Bali y posteriormente otras islas contra
grupos de izquierda y minoría china aunque su elección fue directa al corazón
del PKI. El General genocida fue ascendido como ‘el humorista de la CIA’ a
delegar el poder que impone como Presidente (similar al títere puesto en
Ucrania). La represión que enarboló a través de su marioneta de turno continuó
impune e ininterrumpida en los años posteriores cuyas matanzas prosiguieron en
algunas partes del país hasta 1967. Pero las encarnizadas tropas no consiguen
erradicar las guerrillas indonesias, permanentemente activas sobre todo en el
campo, ni mucho menos erradicar su apoyo popular. Tampoco los diplomáticos
neerlandeses ‘pudieron justificar ante la comunidad internacional su
insistencia’ en conservar un aparato colonial en pleno siglo XX ¡Oh!, pero sí
en siglo XXI, en Puerto Rico, Palestina, Sáhara, Gibraltar, Las Malvinas… [¿Y
qué es lo que padece hoy día Iraq? ¿Y Colombia con nueve bases militares del
imperio? ¿Acaso el E. español no es una colonia en realidad de EEUU? ¿Y la
Unión Europea, es o no es, ejemplo evidente de colonialismo yanqui?]. Indonesia
nunca se había regido de manera consensuada y al parecer fracasa la primera
fórmula política ensayada tras el período revolucionario. Pareciera que en 1920
tras la fundación del Partai Komunis de Indonesia (PKI), dentro de un marco
lleno de contradicciones y dominio colonialista de semiesclavitud enmarcado en
el más puro feudalismo, despertara a la luz la ira de insumisión y refriegas
contra el régimen y es que en medio de dicho hervidero surge el orgullo, de
encauzar causa y conciencia de clase, con el ánimo de derrocar la tiranía
impuesta. Los Países Bajos tras años de lucha intermitente pareciera que
sucumben impotentes, cuyo prolongado y sangriento camino hacia el autogobierno
tuvo consecuencias agresivamente nefastas, con un enriquecimiento descomunal
del colono dejando en total miseria el país con una economía drásticamente
saqueada, dicho marco de contradicciones, significó a su vez una fuente de
desarrollo interna de identidad y cultura, dando certeras alternativas,
marcando estrategias aceptables para un gran número nada desechable de la
sociedad.
El PKI surge en el
momento y necesidad de dar una respuesta organizada, no como alternativa
burocrática ni montaje de cuatro locos ni en respuesta de liderar intereses oscuros
ni personalistas ni aportando mediocres intelectuales de la burguesía jugando
al obrerismo, sino resolviendo en el momento adecuado y oportuno las
contradicciones secundarias priorizando los principios e irrumpiendo como
respuesta contundente de lucha, como una gran fuerza motriz de aglutinamiento y
presión político-ideológica, sumando una militancia vanguardista de gran
influencia incluso entre las capas más rezagadas que se van sumando. Tras siete
años de ser fundado y legalizado por el gobierno colonialista de las Indias
Orientales Holandesas, su activa participación proyectada en una arrolladora
organización estructurada y consolidada en los levantamientos, fundamentalmente
en Banten y oeste de Sumatra, le obliga a pasar a la clandestinidad en 1927.
Tras la capitulación japonesa en 1945, vuelve a retomar su destacamento activo
en la lucha por la independencia de Indonesia, dicha claridad de ideas,
análisis y arrojo logra en 1948 -veintiocho años después de su fundación-
influir y sumar posiciones dentro del sector más crítico y combativo del
Partido Socialista de Indonesia, sector más consciente y radicalizado que pasa
a engrosar filas. Partido que radicalizó posiciones, en este caso nacionalistas
bajo la dirección de su dirigente Dipa Nusantara Aidit, apoyando las políticas
anticolonialistas del gobierno del presidente Sukarno, duramente atacado desde
Occidente una vez más y paralelo a dicho continente particularmente por su gran
aliado histórico, EEUU, situación similar al contexto internacional en Ucrania;
el capitalismo une sus intereses dando paso siempre al imperialismo, que
consigue todo lo que quiere de los medios más influyentes, para hacer de la
mentira su aplastante verdad. En 1950 una nueva Constitución de apariencia
menos presidencialista que la fundacional favorece un rebrote en cólera de las
disputas. El Partido Nacionalista Indonesio de Sukarno era la formación
mayoritaria, pero no podía gobernar sin el concurso del Partido Comunista local
y de las también poderosas agrupaciones musulmanas. Se sucedieron hasta seis
gabinetes en poco más de cinco años <era de inestabilidad parlamentaria>
era de un poder encapotado que impide afrontar los graves desafíos de la
pobreza generalizada de su país, situación drástica en suma de conflictos como los
atentados muyahidines y las rebeliones separatistas en Sumatra, las Célebes o
las Molucas. El fuerte apoyo con el que contaba el PKI, su influyente
militancia a nivel social y electoral cuarenta y cinco años después de su
fundación mostró ser uno de los partidos de mayor arraigo a escala
internacional. Dicha influencia no pasa desapercibida a Estados Unidos, no
están dispuesto a ello, son demasiados sus intereses sobre Indonesia para pasar
por alto el avance concienzudo de un pueblo bajo la influencia de una
vanguardia que les desafía. Y en septiembre de 1965 un número de oficiales
medios del Ejército lleva a cabo una trama genocida orquestada por la CIA; una
trama hermética militarizada bien calculada y detalladamente planificada
secuestrando y asesinando hacia la galería a seis altos Generales, argumentando
que trataban de impedir un golpe de Estado de carácter “derechista”. Maniobra
aprovechada por la potencia empresarial ‘informativa’ que pasa a culpabilizar y
acusar, directamente al PKI, de instigar un intento de golpe de estado lo que
facilitó un campo minado, para asentar el golpe de estado, según ellos en toda
regla cuya intervención, regó el país en una auténtica masacre asentando una
dependencia escalofriante de una crueldad extrema cayendo directamente sobre el
PKI, víctima de un exterminio genocida a lo largo de todo un año asesinando en
la absoluta impunidad, más de un millón de seres bajo la dirección y
planificación real de los servicios de inteligencia de EEUU que tras una
incesante investigación, acoso y persecución, recopila largas listas de
‘sospechosos’ a los militares golpistas (como pasó en el E. español, Chile,
Uruguay, Argentina, Brasil…).
A partir de 1964
coincidiendo con la escalada masiva de intervención miliar norteamericana en Vietnam,
la CIA remite incensantes informes al presidente Johnson y a su secretario de
Defensa alertando una y otra vez que los países de la península indochina
(Vietnam, Laos y Camboya) no son las únicas “pulgas” que están escapando del
dominio norteamericano en el sudeste asiático, pasando a ocupar el papel de
gendarme de la región relevando el histórico control de las viejas potencias
europeas, tras la IIª Guerra Mundial. Entre 1956 y 1965 Washington se había
encargado de entrenar y formar a más de 4.000 oficiales indonesios en bases y
escuelas militares de EEUU, a la vez que proporcionando vehículos, armas y
dinero a los grupos paramilitares y escuadrones de la muerte encargados de la
“limpieza más sucia” e incitar entre la población musulmana más radicalizada
una histeria anticomunista que espoleó las masacres. Simultáneamente, la CIA se
encargó de establecer una amplia red de de agentes y soplones en los sindicatos
donde el PKI tenía una gran influencia. En 1990 el periódico norteamericano The
Boston Globe publicó un amplio reportaje que demostraba cómo la estación CIA de
Yakarta, a través de la embajada estadounidense, proporciona a los militares
golpistas un listado de más de 5.000 dirigentes del PKI. En él figuraban los
líderes de los comités centrales, provinciales, metropolitanos y locales, así
como los líderes de las organizaciones de masas, la federación nacional de
trabajo y organizaciones de mujeres y jóvenes. En las primeras semanas del
golpe, la dirección del PKI fue despiadadamente diezmada, una escabechina que
una vez descabezada, da salida a una masacre sin precedentes a lo largo de dos
años. Relata el New York Times: <<En la Casa Blanca los miembros del
gobierno de Lyndon B. Johnson se mostraban “muy contentos por las noticias que
llegan de Indonesia” y los funcionarios no se recataban en afirmar
extraoficialmente que “se alegraban de que todo salió como esperaban”. El mismo
secretario de Estado, Dean Rusk, mandaba personalmente un telegrama a la
embajada en Yakarta donde conminaba a seguir “la campaña contra los comunistas”
porque el ejército “es la única fuerza que podrá crear orden en Indonesia”. A
continuación, el embajador yanqui acudió al palacio presidencial ocupado por
los militares golpistas para transmitir directamente a Suharto y sus generales
que “el gobierno estadounidense está básicamente de acuerdo y admira lo que
hace el ejército”. El encargado de asuntos políticos de la embajada, Robert J.
Martens, encargado de dirigir la elaboración del listado y entregarlo
personalmente a los militares, no tuvo ningún empachó en reconocer abiertamente
en el reportaje que el listado “fue una gran ayuda para el ejército.
Seguramente mataron a mucha gente y no cabe duda de que yo tengo las manos
manchadas de sangre, pero a fin de cuentas, eso no es del todo malo. En el
momento decisivo toca dar un golpe contundente”>>.
Así fue como a
mediados de los años sesenta un golpe militar evidenció el naufragio, la
intentona dijeron era para defender a Sukarno (de un presunto complot gestado
por la facción anticomunista del Ejército) hecho insólito que condujo a la
eliminación virulenta de la segunda fuerza política del país. Durante unos dos
años el antiguo hombre fuerte, fue cediendo competencias al nuevo el mayor
General Suharto “que había aplastado la intentona”. Este último asumió la
presidencia en 1968, la nación en adelante, estrechó lazos con Occidente y
combatió cualquier asomo de comunismo. Era, así se llamó, un Nuevo Orden, que
les resultó muy positivo en el plano económico: Indonesia creció a un ritmo
anual del 7% hasta los años noventa por las inversiones extranjeras, la masiva
llegada de multinacionales, los préstamos del Banco Mundial y la privatización
de recursos naturales. Ni que decir tiene que una gran parte de estos ingresos
fueron a parar a los bolsillos de Suharto y sus lacayos, ocupando uno de los
primeros puestos en el ranking histórico de gobernantes corruptos embolsado
según informes públicos (porque de los ‘no públicos’ nada se sabe) unos 18.000
millones de euros por sus servicios a la patria en manos del yanqui y la CIA.
Sobre todo, por encima de todo, el costo humano del Nuevo Orden, fue de un
elevado escalofriante: <<En la línea de su predecesor, Suharto completó
la absorción de Nueva Guinea occidental y enfrentó las guerrillas surgidas a
causa de ello. Algo parecido ocurrió con Timor Oriental, igual de tajante con
la secesión reivindicada por regiones como Aceh, en el norte de Sumatra, o con
el fundamentalismo musulmán que se recrudeció desde los años ochenta>>.
Con la excusa de que la declaración de independencia de esta excolonia
portuguesa, era obra de un movimiento comunista, primero propició una guerra
civil y después invadió el territorio, que siguió luchando por su emancipación.
El nuevo líder de la CIA mantuvo el enfoque de Sukarno respecto al
desequilibrio demográfico de Indonesia, desarrolló el programa de la
transmigración un sistema de repoblamiento forzoso, ya usado por los
holandeses. Pero estos traslados de millones de personas, generaron menos
soluciones que conflictos no pocos armados, por diferencias étnicas y
religiosas que continuaron cobrándose vidas. Dando comienzo a una caída
vertiginosa debido a la economía, una crisis financiera que asoló Asia en 1997,
demostró la falsedad de los progresos conseguidos bajo su mandato; escasearon
los productos básicos, sobre una población sumida en la miseria por la
corrupción imperante, las protestas colectivas y luchas dirigidas ‘convencen’ a
Suharto y aliados de la hora de retirada.
NOTA
Medio siglo después
del genocidio, supervivientes y antiguos presos políticos se enfrentan a una
realidad no menos cruel señalados, atacados y amenazados de forma constante. El
PKI sigue ilegalizado, sus antiguos militantes tienen prohibido el acceso a la
administración pública, perseguidos por matones respaldados por el ejército,
prohíben y asaltan reuniones y hasta en las escuelas los textos de estudio
oficiales enseñan ‘que el exterminio de los comunistas’ fue tan necesario como
heroico, y que el Estado, se debe ocupar de controlar a las familias de las
víctimas por la ‘deslealtad’ que, según el gobierno y el ejército, siguen
ejerciendo sobre el país. Nunca se sabrá los millones exactos de asesinados,
detenidos, torturados durante los años que siguieron al golpe, lo que si
sabemos es que el PKI se convertía en el tercer partido comunista más grande
del mundo por detrás del PCUS (URSS) y del PCCh (China). En 1965 tres millones
de militantes engrosan las filas de combate, encontrándose presente en la
gobernación de numerosos territorios, su popularidad iba en aumento. Cuando el
presidente Sukarno ofrece al PKI entrar en el gobierno central del país la
máquina de guerra imperialista se puso en marcha, y la CIA al frente de las
operaciones sembrando la mayor matanza de militantes comunistas conocida en la
historia, reflejada en un film rodado en 1982, posteriormente a éste el
director cinematográfico independiente Joshua Oppenheimer (estadounidense)
premiado en 2012 en el Festival de
Venecia por su película-documental “The Act of Killing” (El acto de matar),
nominado en 2014 al Óscar por “The Look of silence” (La mirada del silencio),
ambas sobre las masacres a manos de un Ejército patético pelele del colono cuyo
papel protagonista erigió en un guardián excesivamente influyente entre jefes
tribales, reyes del absolutismo, potencias colonizadoras, y un pueblo
humillado, abandonado a la marginación carente de toda consideración. La
fanfarronería de militares en el film recreando en el rodaje las torturas y
asesinatos que cometieron da una muestra de su sadismo criminal. Y es que en la
actualidad desde el propio poder los aberrantes asesinos de ayer, se unen a los
de hoy, y así sobre el eslabón es que siguen siendo tratados de una y otra
forma como ‘líderes y héroes nacionales’ y no criminales y degradados corruptos
que es lo que son. En el curso del rodaje el director Oppenheimer, pide a uno
de los asesinos que recree las torturas y crímenes que habían cometido en su
vida real, feliz de dar gusto y rienda suelta a su instinto presto a la
escenificación se desfogó con la mejor disposición cuya experiencia
cinematográfica le permite explayar el relieve paranoico de demencia que nos
rodea, gobierna y dirige el mundo de bandas asesinas de los auténticos
carniceros, como El Carnicero de Málaga en el E. español, o Queipo de Llano
arrasando la desbandá sobre la carretera de Málaga a Almería o la escalofriante
escabechina en ríos de sangre en Extremadura, el bombardeo de Gernika… acabando
con un millón sino más de personas propagándose más allá de la desaparición del
General de generales dictadores asesinos como Suharto. La revista Time describe
la situación en la edición del 17 de diciembre de 1965: <<La matanza ha
creado un grave problema de salubridad en Java Oriental y el norte de Sumatra,
donde el aire húmedo huele a muerte. Los que viajan a esas zonas hablan de ríos
y quebradas atascados de cadáveres>>. ‘The Act of Killing’ de Joshua
Oppenheimer, es tan solo un reflejo del demente delirio de crueldad criminal de
quienes seguían en la impunidad considerados por el mundo de las ‘democracias’
héroes de la patria.
PD.
Fragmento de
historia de un mentiroso d’ las mil caras, la impunidad de Francisco Paesa
Sánchez, ex-agente considerado el más polivalente espía de los servicios
secretos españoles que abandona los estudios de ingeniero agrónomo en el primer
curso para dedicarse <a los negocios> dando a luz una cadena de
heladerías en la costa mediterránea que según él fracasa, y los negocios, se
amplían por antonomasia. A la edad de 35 años el mentado ‘fracasado’ empieza
una nueva carrera de matrimonios por el dominio de las arcas, su primer eslabón
comienza con la francesa Françoise Dubois. Se toma unas vacaciones hasta el
siguiente matrimonio olfateando el mercado; y en 1968, forja la unión con el
exdictador dirigente de Guinea Ecuatorial, se trata de construir un Banco Central
monetario en el país africano (recién abrazado a la independencia) pero la
operación sigue el rol del fracasado, y fracasa; Paesa huye a Ginebra donde le
acreditan fama de playboy subiéndole peldaños al espectáculo de su carrera
favorita, de los romances, saliendo airoso en todas las pruebas y exámenes en
este caso con la empresaria Danielle Tulli (a la que el fracasado arruina), y
especialmente con la viuda del presidente indonesio Dewi Sukarno, de gran
ostentación económica, con la que anuncia públicamente su boda. Es pues en la
-Capital Bancaria Mundial- donde dicen comienza a entablar relaciones ‘clave’
para su aventura macabra como espía entablando contacto con grandes traficantes
de armas y a colaborar con el SECED -antecesor del CESID- y a servir en los
servicios secretos franceses en labores de contraespionaje convirtiéndose en un
destacado nacionalista español, muy español, tan democrático como los gobiernos
d’ La No intervención, tan fusionado al No pasarán como el presidente de
Ucrania y tan espía neonazi como el inter-NAZionalismo de la OTAN. Insiste en
el entretenimiento y constituye el Alpha Bank, en contra de la legislación
bancaria suiza que no permite que dicha entidad esté en manos de un extranjero;
entre distracciones y romances la Interpol lo detiene en Bélgica y es
encarcelado en Suiza por estafa (Miles de emigrantes del E. español residentes
en Ginebra pierden todos sus ahorros pasan a engrosar la cuenta de Paesa, a
través de una sociedad instrumental constituida en las islas Caimán). Estuvo en
la cárcel 15 meses al ‘parecer’ si como guarida espantando sombras, si como
tapadera de espera si como hotel de cinco estrellas antes de que la ‘Sukarno’
depositara una fianza de 20.000 francos suizos: »Yo había estado casada con un
hombre muy importante, con el padre de la nación. Mi sueño era volver a
contraer matrimonio con alguien de mi edad para construir una vida juntos.
Escogí a Francisco porque carecía de posición. Quise ayudarle. Compramos un
pequeño banco privado, planeamos nuestra boda…», y como con el fracasado todo
fracasa de esa manera tan mágica los piropos se revierten: »Era un hombre
fascinante. ¿Sigue oculto?». La Sukarno le sirvió de escuela de nuevos
proyectos y, después de cumplir condena, en 1986, se hizo pasar por traficante
de armas que dicen vendió, dos misiles antiaéreos a ETA (que llevaban se dijo
sensores de localización ya que su proveedor colaboraba con el servicio secreto
español, y que gracias a la Guardia Civil, además de detenciones de la cúpula
pudo encontrar por primera vez un zulo en el que ETA, dicen almacenaba un
arsenal de cantidad de armamento y documentación cuya operación supuso un
importante punto de inflexión: El 1 de diciembre de 1988, el populista juez
Baltasar Garzón, dicta una orden de búsqueda y captura de Francisco Paesa
<por colaboración con ETA>, y uso de identidad falsa como secundario.
Implicado el nota en el Caso Roldán, se dice que engañó al por entonces
director general de la Guardia Civil (Luis Roldán “asombrantemente” del PSOE),
y se queda con el dinero que éste había robado aprovechándose del dicho d’ el
que robar a un ladrón…. Además de, había delatado su paradero a la Justicia
-española- por el precio de un millón de libras esterlinas, es decir, más de
244 millones de pesetillas de la época. En 1998 fingió su fallecimiento por
paro cardíaco en Tailandia, donde estuvo implicada toda su familia; se publican
esquelas, se falsifica un certificado de defunción y encargan treinta misas
gregorianas en su nombre como respuesta del ingenio y figura hasta la
sepultura. Y en 2004, su nombre, vuelve airearse y chupar tinta los medios le
vinculan como organizador de una operación mediante la cual un Ejército de
mercenarios “iba a derrocar a Teodoro Obiang”, su socio dictador de Guinea
Ecuatorial. Unos dicen que Francisco Paesa fue localizado por una agencia de
detectives en Barcelona; otros que en Francia y otros que en Luxemburgo
coincidiendo en que lo hacía amparado por un pasaporte argentino con nombre de
Francisco Pando Sánchez. En 2005 se dice que Interviú le ‘sorprendió en París’
donde fue entrevistado por Manuel Cerdán, ya con 68 años, su figura, era
impecable. La ‘figura impecable’ explicó que <<su muerte>> había
sido un error de interpretación; se había divulgado que él era una de las tres
personas que murieron en un tiroteo en Bangkok; seis años más tarde vuelve a
ser visto en el aeropuerto de Lungi (Sierra Leona), y en 2016 concede una
entrevista en exclusiva a la revista Vanity Fair en París, donde pide que no se
muestre su rostro para no interferir en las 15 o 20 operaciones que decía tener
pero como Suharto ‘el humorista de la CIA’ salió por arte de magia en portada
una vez más ‘impecable y sonriente’ en lujo de vidorra, crimen y corrupción
impune. Su carrera de romances quedó suspendida por una asignatura, ni la
película en su honor, ni ninguna de sus amantes incluida Sukarno y la Lucie
Henriette Sarf, le han brindado tantos encantos, tapaderas y glorias en vida
sino su sobrina, Beatriz García Paesa: »Ella es su todo. La persona que protege
sus secretos».
Maité Campillo
(actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)
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