MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ ESCALERA.
IN MEMORIAM
FRANCISCO JAVIER GONZALEZ
MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ ESCALERA. AR TIMLILIT
GMA N AMDDAKUR
Ya el romano Virgilio, unos cuantos años antes de Cristo, en su poema “Geórgicas”, en medio de consejos sobre cultivos, plantas y animales nos advierte de que “fugit irreperabile tempus”. Decimos que el tiempo se nos va irremediablemente y sin posible retroceso pero eso no es cierto. El tiempo no se va a ningún lado. Los que nos vamos somos nosotros, criaturas esencialmente fugaces. El existir nos va dejando huellas indelebles y muchas cosas, antes importantes, dejan de tener sentido pero hay algo que se mantiene: los sentimientos, el amor, el cariño…y el recuerdo de los que ya han traspasado la barrera de ese tempus fugit al que todos nos encaminamos inexorablemente.
El cuerpo se
encallece, pierde vitalidad, pero lo que entendemos por alma sigue acumulando
recuerdos capaces de prolongar en nuestra memoria la existencia de los seres
queridos, familias y amigos. Desde luego que es doloroso incorporar nuevos
habitantes de nuestra memoria a los que solo veremos en el recuerdo, pero es
inevitable.
Reflexionamos sobre
esto para lograr vencer la amargura que sufrimos por estas separaciones pero
necesitamos sacar a la luz nuestros recuerdos porque es la forma de que los que
han partido mantengan, para nosotros, su esencia. Por decirlo de alguna forma.
Su vida se prolonga en la nuestra. No se pierde totalmente. Nadie muere si se
le recuerda y ese recuerdo hay que sacarlo a la luz para disipar la amargura.
A mi memoria, en la
que habitan los seres con los que he tenido la fortuna de compartir vivencias y
afectos, se van uniendo rostros, nuevas personas que seguirán, mientras yo
mismo subsista, formando parte de mi mismo, de mi trayectoria vital. Abuelos,
padres, hijos, tíos, familias y amigos quedan dentro de nosotros hasta que nos
reunamos todos en la estrella verde que es la memoria de los que nos sucedan.
Ayer, otro querido
amigo y camarada de largas y esperanzadas luchas ha partido hacia el infinito.
Miguel Ángel González Escalera regresó de las Breñas palmeras a su Aguere natal para finalizar el fecundo
ciclo de su vida. Mañana, de nuevo, trasladarán su cuerpo a su querido pueblo
de San Pedro, donde tuvo su última morada, terminando así su paso por esta
tierra canaria que tanto ha amado y por la que ha luchado.
Cuando conocí a
“Escalera” –que es como familiarmente lo llamábamos- era todavía un pibe,
vital, enérgico y apasionado, a poco de salir de nuestro viejo Instituto de Canarias,
hoy “Cabrera Pinto”. Estudiante ya de Derecho en la ULL, con poco más de una
veintena de años, se embarcó en el
ilusionante momento político que vivíamos en Canarias: La lucha por la libertad
y la manumisión de las clases trabajadoras. Apareció, tras una manifestación,
por la entonces pujante y combativa Confederación Canaria de Trabajadores, la
histórica CCT de la segunda mitad de los años 70. Se integró en el equipo
jurídico que llevaba Miguel Ángel Díaz Palarea y desde allí ejerció funciones múltiples,
cada vez más complejas de la asesoría laboral, contribuyendo al éxito de
algunas de las manifestaciones más importantes de los trabajadores en esos
años, como la gran huelga de CESPASA (“la de la basura”) que obligó al
Ayuntamiento de Santa Cruz a la firma de un convenio colectivo con un 100% de
subida salarial, algo entonces nunca conseguido en ningún conflicto
sindical. Eran los días en que se
declaró la Huelga General –que derivó en una verdadera insurrección popular- a
fines de septiembre de 1976 por el alevoso asesinato de Bartolomé García
Lorenzo en Somosierra por la policía española donde tanto la CCT como el PTC,
en que militaba Escalera, fuimos convocantes y partícipes importantes. Eran
también los días en que fuimos uno de los convocantes de la Huelga General del
12 de diciembre de 1977 y partícipe de los graves sucesos que se suscitaron
tras el asesinato en la ULL de Javier Fernández Quesada por la Guardia Civil
española.
En ninguna lucha faltó el apoyo de Escalera.
Pasadas aquellas
etapas duras, terminada su licenciatura en Derecho, se trasladó a La Palma
donde ejerció como profesor integrándose totalmente en la sociedad palmera. Hoy
sé que su hijo Ruymán llora su marcha desde tierras gringas donde trabaja.
Nuestros
antepasados creían que las personas que, en vida, habían luchado y sacrificado por una idea, volvían después
de morir en forma de “Machiales” para alumbrarnos y guiarnos con su ejemplo y
recuerdo. Desde esta noche un nuevo Machial volverá a estas islas y una bella
bandera tricolor con sus siete verdes estrellas se izará a media asta en su
honor
Amigo, compañero y
hermano Escalera. Gracias y hasta la vista.
Amidi, amddakul n
gma Escalera. Tanemmirt n ar timlilit
Francisco Javier
González
Gomera a 30 de
enero de 2023
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