¿PROVOCARÁ LA ESCASEZ DE PETRÓLEO
UNA HAMBRUNA MUNDIAL?
GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ
La escalada brutal
de los precios energéticos y carburantes podría acabar lastrando la incipiente
y frágil recuperación económica mundial y desembocar en escenarios de
estancamiento económico secular (secular stangnation), ya que el fenómeno de la
globalización económica ha conseguido que todos los elementos racionales de la
economía estén interrelacionados entre sí debido a la consolidación de los
oligopolios, la convergencia tecnológica y los acuerdos tácitos corporativos.
Declive de la producción de crudo convencional (Peak Oil)
Según la Asociación
para el Estudio del Petróleo y el Gas, (ASPO), la producción mundial de crudo
convencional habría iniciado ya su declive, fenómeno que se explica por medio
de los métodos de análisis del geólogo King Hubbert sobre la producción de
petróleo de los Estados Unidos, método conocido como la «curva de Hubbert»
quien calculó en 1956 con extraordinaria precisión, la fecha en que los Estados
Unidos no podrían producir más petróleo de forma convencional aunque se perforaran
más pozos. Así, la producción de petróleo de forma convencional en EEUU alcanzó
su máximo nivel en 1970 y después comenzó a declinar teniendo que importar en
el 2005 casi el doble del total de crudo producido en dicho país hasta la
aparición de la revolucionaria y controvertida técnica del fracking, hija del
ingeniero George Mitchell.
Dicha técnica
consiste en la extracción de gas natural no convencional mediante la
fracturación de la roca madre (pizarras y esquistos) para la extracción de gas
de esquisto (shale gas) y de petróleo ligero (shale oil), técnica en la que
EEUU sería pionero en su aplicación, descollando Texas, Oklahoma, Dakota del
Norte,Nuevo México, California, Colorado y Montana. Sin embargo, el abrupto
desplome del precio del crudo hasta los 50 $, imposibilitó a las compañías
explotadoras conseguir precios competitivos (rondando los 80 $) que permitirían
la necesaria inversión en infraestructuras energéticas y búsqueda de nuevas
explotaciones lo que aunado con el decidido impulso de la Administración Biden
a las energías renovables, ha provocado que muchas de dichas empresas se
encuentren en la bancarrota y dado que el consumo doméstico de EEUU se movería
en la horquilla de los 16 a los 20 millones de barriles diarios, seguirá siendo
importador neto de crudo hasta el 2035.
Por otra parte, la
producción actual de petróleo proviene en más de un 60% de campos maduros,(que
tienen más de 25 años de ser explotados de manera intensiva) por lo que las
nuevas prospecciones se realizan en regiones más remotas (Ártico, Amazonas),
con mayor coste productivo (120 $) y menor rentabilidad, amenazando en muchas
ocasiones a reservas y parques naturales (Ártico, Alaska, Amazonas). Asimismo,
el desfase entre el consumo mundial y los descubrimientos de nuevas explotaciones
sería abismal (en una proporción de 4 a 1) y el tiempo necesario para poner en
marcha a pleno rendimiento un yacimiento es de alrededor de 6 años. Así, el 90%
de la producción de crudo saudí procede de tan sólo cinco campos maduros y
hasta el 60% procedería del megacampo de Ghawar y dado que los nuevos proyectos
de infraestructura petrolera de extracción de crudo considerados como
«grandes,» (aquellos de más de 500 millones de barriles).en Arabia Saudí para
el 2022 son prácticamente inexistentes y que es previsible un sostenido
incremento de la producción de crudo saudí para suplir la endémica escasez de
oferta de crudo mundial estimada en 1 millón de barriles diarios, provocará una
sensible reducción de sus reservas ociosas.
Riesgo de hambruna mundial
Según Edgar Ocampo,
cada año, el mundo fagocita la mitad de las reservas de un país petrolero
importante (México) y dado que las energías alternativas todavía necesitan
enormes subsidios como para ser viables en los países en vías de desarrollo, la
práctica del fracking ( especie de panacea universal que resolverá los
problemas energéticos de la Humanidad) es todavía incipiente y suscita recelos
medioambientales y la inercia de los activos petroleros no permitirá que las
grandes compañías abandones sus equipos e infraestructura actuales, se deduce
que la economía mundial seguirá gravitando sobre la dependencia del petróleo en
la próxima década.
Sin embargo, la
Agencia Internacional de la Energía (AIE), en un reciente informe titulado
“Perspectivas mundiales de inversión en energía”, advierte que será necesario
invertir 48 Billones $ hasta el 2035 para cubrir las crecientes necesidades
energéticas mundiales pero el abrupto desplome del precio del crudo hasta los
50 $, imposibilitó a los países productores conseguir precios competitivos
(rondando los 80 $) que permitirían la necesaria inversión en infraestructuras
energéticas y búsqueda de nuevas explotaciones, por lo que no sería descartable
la escasez de petróleo en el próximo Quinquenio al concatenarse los recortes en
la producción de crudo con el veto impuesto por EEUU y la UE a la compra de
petróleo ruso y derivados que representaría el 8 % del total mundial.
Todo ello,originará
presumiblemente una psicosis de desabastecimiento y el incremento espectacular
del precio del crudo hasta niveles del 2008 (rondando los 150 $) que tendrá su
reflejo en un salvaje encarecimiento de los fletes de transporte y de los
fertilizantes agrícolas, lo que aunado con la actual guerra entre dos de los
tradicionales graneros mundiales (Rusia y Ucrania) y la consecuente aplicación
de restricciones a la exportación de commodities de dichos países para asegurar
su autoabastecimiento, terminará por producir el desabastecimiento de los
mercados mundiales, el incremento de los precios hasta niveles estratosféricos
y la consecuente crisis alimentaria mundial. La hambruna afectará especialmente
a las Antillas, México, América Central, Colombia, Venezuela, Bolivia,
Egipto,Cuerno de África, Mongolia, Corea del Norte, India, China, Bangladesh y
Sudeste Asiático, ensañándose con especial virulencia con el África
Subsahariana.
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