LOS DIOSES HAN MUERTO, NOS QUEDA LA TELEVISIÓN
POR MAITÉ CAMPILLO
No, comisario –dijo pacientemente Daniel-, usted sólo ha demostrado que la realidad es siempre más amarga de lo que tenemos derecho a suponer- (Rodolfo Walsh, periodista argentino asesinado). Se trata hoy sin lugar a dudas de impulsar la unidad consecuente con la articulación popular real, y no con la conscientemente predispuesta, a la deriva de sumar ‘tantos’ en nombre de la función que nombra su misión: suicidar la articulación de nuestra liberación. Algo que siempre desde mi militancia divulgadora de la verdad tuve muy claro en la APEP <<es que periodismo no son relaciones públicas>> es arriesgarse en la vida para poder avanzar en ella, es publicar lo que alguien no quiere que publiques, es más, mucho más allá. Pero como diría el periodista mexicano Carlos Monsiváis Aceves (No se trata de decir la verdad, porque ese es un terreno al que pocos tienen acceso), el concepto ‘clásico del periodismo’ lo desplaza actualmente el de ”noticias que hacen historia”: exclusiva mata a buena prosa y discurso crítico.
¡Asume! mass media
que es más elegante reprimir con las ideas que con las manos
Caras y caretas
dentro del sistema demócrata opresor sobradas de dignidad, tan sobradas, que
paga con ella su propia subordinación. Nada dicen de los mundos que nos
describen, de los latidos que se dejan entrever, de la ironía, del sufrimiento,
y también de la alegría o desesperación que se pueden atisbar en ella. Nada
dicen de ese rigor profundo en que se ha de encuadrar la verdad que ocultan, de
ese rigor científico de la ciencia de la información, porque su campo
informativo de guerra no es informar ni impedir, que se repitan bombardeos
atómicos nucleares, como en el caso de Hiroshima y Nagasaki, ni que salte una
gran parte del planeta por los aires… siempre que el que pulse la bomba sea
EEUU / su Pentágono / o su OTAN inseparable de la Unión Europa; pues como dice
el dicho: ‘Barcelona es bona si la bossa sona, sea Euskadi, Andalusí, Galiza, o
Guadalajara, faltaría más! La potencia informativa creada sobre todo por encima
de las dos últimas décadas, digamos a groso modo, que nada tiene que envidiar
al papel desarrollado militar-policial en la sociedad, es decir, que cuanto más
tropa más atropellos, más corrupción, más delincuencia, más, siempre más, y la
espada de Damocles se te viene en cima, cerrada como un mundo en sus manos
represivo, sin salida, en lo que Carlos Monsiváis diría: ”Lo más caro del mundo
es ser pobre… si nadie te garantiza el mañana el hoy se vuelve inmenso, somos
el lenguaje de quienes nos gobiernan”. Miles de miles y más miles de
periodistas existen hoy en el mundo, y no por casualidad, hasta de forma
improvisada sin formación alguna. Una gran parte de él, pertenece de forma
sorprendente y hasta apabullante e irreal al Estado español. hay muchas formas
de matar, física, psíquica, anémicamente y hasta de asco, para el poder
monetario absoluto que predomina alimentando la gusanera y el parasitismo
utilizado como útil; y, los crímenes son los que otros cometen -no quienes les
pagan a ellos- en derechos de libertad e independencia. Por lo que una, y esa
soy yo, se pregunta si es, o no es, su responsabilidad periodística cobrar
“salario” por decir lo que el gran criminal y empresario paga y ordena, o
sencilla y humanamente, decir la verdad resaltando la mentira, es decir la
farsa, sobre la noticia. La manipulación mediática es una bomba bélica hoy en
primer grado -¿Cómo contar la verdad para hacer justicia y que en ello no te
vaya la vida?.
Mucho escribió
Manuel Vázquez Montalbán, y qué poco queda de algunas de sus clases
magistrales, cuando abría la boca y decía: <<Aguantó Carvalho la mirada
del profesor, por si traducía la sorna posible en aquellas palabras, pero era
una mirada franca y entregada, experta en suscitar confianza… Llegará un día en
que podamos impedir los imperios. Grecia era otro país que no había hecho en su
momento la Revolución industrial y, como España, todavía dependía de los
coroneles y de los popes, de los cantantes y de los exiliados que exhibían en
París la desnudez morada y tumefacta de la Grecia aplazada o torturada (…) Cada
vez que la televisión comentaba la victoria socialista rugía tan delicada dama,
con esa mala educación de clase y de historia que nuestra oligarquía ha
adquirido bajo el franquismo, ese instinto de prepotencia e impunidad que les
dio la victoria, ese derecho de conquista que se ejerce sobre un territorio o
sobre un saloncito de televisión donde no te importa qué puedan pensar los
demás. Los jóvenes de la oposición que se subieron al carro de la transición
política poco han tenido que ver. Se han comportado más bien como una pandilla
de insensatos, como si continuaran actuando en una asamblea de facultad. Si aún
queda una cierta capacidad de fijar criterios progresistas en la educación, que
se aplique a introducir la enseñanza obligatoria de la descodificación
mediática. No hay verdades únicas, ni luchas finales, pero aún es posible
orientarnos mediante las verdades posibles contra las no verdades evidentes y
luchar contra ellas. Para el liberalismo, extirpar la memoria histórica
significa dejar la Historia más contemporánea sin culpables, sin causas. Admita
que es más elegante reprimir con las ideas que con las manos… El 11-S les
conduce a crear el diseño del enemigo nuevo, que antes era el comunista y ahora
sería el terrorismo (Sobre los atentados de 2001 y cómo la maquinaria de EEUU
utilizó eso para conformar una nueva dialéctica política a escala
mundial)>>.
Esta nota pretende
un homenaje a periodistas que como Rodolfo Walsh, han creído en el derecho no
sólo periodístico, de cualquier ciudadano a divulgar la verdad que conoce, por
peligrosa que sea. Y en ese peligroso camino lleno de obstáculos, se han
encontrado periodistas y cámaras de una gran valía profesional de las que hoy
se carece, por abrumadora mayoría; caso de los galegos Pepe Rey (en Euskadi) y
José Couso (en Iraq), como el canarión Jose Luis Morales (de Interviú), entre
otros, por haber contado los hechos sin prostituirse ni adulterar el
significado de las palabras, por llevar a cabo un periodismo de ciencia informativa
sobre la investigación, sencillamente, por haber contado la verdad con la
crudeza vivida y ese toque de ingenuidad humana pura, limpia y transparente
frente bandas fascistas y comandos militares ajustando cuentas en el Estado
español, como en México, por lo que se han jugado la vida. Por todos ellos y
ellas asesinados estos días atrás y a lo largo de su historia, tanto
periodistas, como defensores de derechos: “El caso de Digna es emblemático por
varias razones, no sólo porque su crimen fue cometido contra una defensora y
mujer, sino por el papel de las autoridades” (Karla Salas, abogada defensora en
el caso de Digna Ochoa). El absolutismo político de querer dominar hasta el
pensamiento crítico más suave y burgués <<prohibido opinar y menos criticar>>
no es de ahora. Basta una mirada atrás al 1924, del licenciado en derecho,
escritor y periodista Josep Pla (y no era ningún izquierdista), a causa de un
artículo crítico con la política militar en el Protectorado español de
Marruecos; se le hizo un proceso militar que le impidió regresar al E. español;
tuvo años de exiliado, que no le impidieron y hasta con mayor firmeza
intelectual seguir denunciando junto a otros principales opositores
catalanistas a la dictadura de Primo de Rivera.
Ejércitos de
“periodistas” al servicio del Pentágono (OTAN) llegan al punto de mira desde
todos los rincones del planeta. Están en todos los lados pero no están, en
verdad no están, nadie les espera porque no están. No están en El Sahara, no
están en Palestina, no están en Yemen ¿Alguna vez estuvieron en Libia para ver
y filmar como degollaban a Gadafi, y en Iraq para ver y filmar como ahorcaban a
Sadam Husein?. Ellos son la nueva potencia mundial más desgarradora bélica
(“informativa”) del siglo XXI. Forman parte de las columnas con lengua de
serpiente, pero ladran perrunos, defendiendo la casa del amo del mundo para que
nadie entre en ella; para que nadie conozca la vedad, que solo unos pocos
tienen acceso a ella. Así viven, así los crean, y enriquecen, gustosos de
sentirse importantes coqueteando como dioses distinguidos dentro de la
sociedad. Viven de ocultar y mentir sin aliento, caminando sobre la historia
farsantes del lado imperial como tirar en otros tiempos, contra un libro de
Gorki, ensangrentando, ultrajando, reprimiendo y finalmente quemando; pero la
‘Madre de Gorki’, es valiente y logra escapar del asedio de los monstruos de la
pantalla, de las hordas y ondas del pensamiento único, que te machacan a todas
horas para que no lo olvides, para que comas, bebas, mires, y no mires, oigas,
y no oigas, ni hables, y estés en silencio… Es su esencia “educativa” de la
información matada, degollada, hecha trizas por los que siempre han mentido sin
rubor y sin mirada de frente, escondiendo la piedra para al menor descuido
lanzar a sus víctimas. Son los belicistas de la pluma, estimulando la entrada
al punto de mira donde desarrollar su farsa, los de no a la guerra, impulsando
la PAZ criminal en mandato único. Son los terroristas de la información, porque
terrorismo es mentir; es ocultar en tiempos de guerra, y sí, también lo hacen
en tiempos de paz. Son bellacos, mercenarios al servicio de la industria de las
armas, de los oligarcas de las multinacionales que potencian y utilizan el
fascismo, para crear terror entre una población saturada de mentiras, ya que de
eso se trata, de repetir mil veces la misma mentira y así incrementar sus
beneficios, insaciables, y dominar la economía mundial para mejor sujetar y
explotar las capas sociales de la miseria.
Siempre han
mentido, mintieron cuando la invasión y destrucción de Yugoslavia, Iraq, Libia,
de Siria con la falsa oposición, los cascos blancos y la guerra química; con
Yemen, están mintiendo y ocultando el genocidio; con Euskal Herria, mintieron,
y hasta con los atentados a los trenes recuérdese las portadas de los
periódicos ¡¡Ha sido ETA!!; con los fusilados de la calle Amistad, de Bilbao,
según ellos también lo fueron. Esos gobiernos y periodistas occidentales tan
democráticos, cuando la guerra contra el fascismo internacional, mentían contra
la República del Estado español; mintieron, cuando el bombardeo de los nazis a
Gernika; y mintieron, cuando los sucesos de Casas Viejas; vergonzosamente
mintieron cuando la revolución de Octubre en Asturies; y también mintieron,
cuando la matanza de Rio Tinto en Huelva. ¡HAN MENTIDO SIEMPRE! (Y no sienten
rubor alguno). Lo siguen haciendo, en siglo XXI, y no se debería ocultar tamaña
evidencia sobre el verdadero vencedor contra los nazis en la II Guerra Mundial,
que indudablemente lo fue la Unión Soviética. En Ucrania están mintiendo, hasta
de la naturaleza nazi de su gobierno títere; mienten, de sus batallones
militares, de esos voluntarios que llegan para combatir a los rusos (fascistas
mercenarios de varios países). Mienten y ocultan las masacres de los batallones
nazis contra los civiles de Donbass; ocultan la represión contra sectores
opositores de la población, detenciones, torturas, fusilamientos… Mienten y
ocultan que éste gobierno que tanto apoyan está ilegalizando partidos, tres de
ellos socialistas ¡A los comunistas ya los ilegalizaron en 2014 cuando el golpe
fascista! Ocultan, todo, y más; no informan que están utilizando a civiles como
escudos humanos, algunos desnudos atados a postes y farolas de la misma manera
(que el colono europeo y yanqui cortó cabezas en Argelia, Haití, Asia, África,
América…).
PD.
No olvides que
utilizan la información para crear terror.
Maité Campillo
(actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)
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