ANTIBIÓTICOS DE AMPLIO ESPECTRO PARA LA POLICÍA NACIONAL
DAVID BOLLERO
La comisaria
provincial de Pontevedra, María Estíbaliz Palma Varona, en su nombramiento como
Dama Azor del Ejército de Tierra Español (6 de octubre de 2020). - Twitter
oficial de la Policía Nacional
Entre la actual coyuntura económica, la guerra de Ucrania o la determinación del Gobierno de España de violar el Derecho Internacional en el Sáhara Occidental, se cuelan noticias a las que deberíamos prestar mucha atención. Es el caso del cese de la comisaria Estíbaliz Palma en Pontevedra, un hecho que sin duda contribuye a la más que necesaria depuración del Cuerpo Nacional de Policía. Según reveló días antes elDiario.es, Palma no dudó en afirmar que "ya les gustaría a algunas que las violara un UIP (antidisturbios)".
Lo cierto es que
jamás he conocido a ninguna mujer a la que le gustara ser violada. La
afirmación es tan atroz, tan impropia, no ya de una comisaria, sino de
cualquier persona decente, que ni siquiera es preciso hacer la consideración de
que Palma es mujer con todo lo que ello implica.
Tal barbaridad fue
compartida con sus compañeros durante el homenaje a un agente de la UIP que se
ha jubilado con 42 años como consecuencia de las lesiones producidas durante la
batalla campal en la que se convirtió el referéndum del procés el 1 de octubre
de 2017. Aquel día, en el que las imágenes de brutalidad policial dieron la
vuelta al mundo para vergüenza del Cuerpo, también se dieron hechos violentos
por parte de quienes querían votar. Es un hecho y las lesiones del agente
jubilado lo demuestran.
No puedo decir que
ignore qué le pasaba por la cabeza a Palma para caer tan bajo, me puedo hacer
una idea perfectamente a la luz del resto de su plática. Ya sea porque necesita
hacer declaraciones tan odiosas como esas para sentirse parte de un grupo
humano que, en realidad, lidera, o porque realmente está convencida -vaya a
saber usted por qué- de que ser violada por un antidisturbios puede producir
algún tipo de satisfacción a la víctima, evidencia la salud del Cuerpo. Y no es
buena, está gravemente enfermo, precisando antibióticos de amplio espectro.
Ni es la primera ni
lamentablemente será la última vez que vemos a agentes de diferente rango
cometer hechos y verbalizar pensamientos contrarios a los derechos civiles más
esenciales. Y eso, cuando se da en un
Cuerpo cuya esencia y deber es protegernos, es absolutamente intolerable...
pero se tolera, como demuestra el hecho de que Palma no ha sido destituida
hasta que su deleznable actuación no saltó a los medios. Existe demasiado
palmero troglodita en el Cuerpo que ante tamañas barbaridades no denuncia
directamente, no contribuye a hacer mejor a la Policía, más bien al contrario.
De las grabaciones
filtradas se desprende también otro hecho preocupante, aunque tampoco
sorprende. El modo en que describe a diferentes localidades como "zona
nacional, no republicana", utilizando así el lenguaje 'guerracivilista'
con tintes fascistoides, es despreciable. Como sucede en el resto de la
sociedad, el auge de Vox en las instituciones parece haber dado alas a ciertos
personajes antes acomplejados por ser minoría
y saberse sin lugar en una democracia plena. Sin embargo, han creado
ahora su espacio.
Como personas, los
agentes tienen su ideología política; lo que no debería estar permitido es que
dicha ideología sea incompatible con las libertades civiles. Desde que Vox
comenzara su ascenso en Andalucía hace más de tres años, he conocido a varios
policías nacionales simpatizando o, incluso, militando en el partido de
extrema-derecha, yendo incluso en listas al Senado. Se trataba de agentes que en
redes sociales vertían opiniones que inquietaban, más aún sabiéndoles armados y
con una ley claramente de su lado y no de la víctima del abuso policial. Y esas
opiniones, como sucedía con Palma en la grabación cuando soltaba sus
exabruptos, eran jaleados por una ruidosa hinchada. Ni es divertido, ni es
tolerable.
Aunque haya sido
necesario que un medio lo sacara a la luz, debemos felicitarnos por el cese de
Palma, para la que confío que no sea la única sanción que se le imponga, pues
merece más, incluida una degradación porque, todo sea dicho de paso, su cargo
de Comisaria es de libre designación, lo que comúnmente se denomina cargo de
confianza. Contar con unas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ejemplares
es básico para seguir construyendo esta democracia plena y, en ese sentido,
queda un larguísimo camino por recorrer. Cuanto antes lo asuman los agentes
-incluidos los de las risotadas machistas-, mejor les irá, mejor nos irá.
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