CARROÑEROS
"Comprar
niños está mal. Moralmente es algo repudiable, pero es mucho peor cuando en
España es ilegal y buscas favorecerte de la miseria y vulnerabilidad de
personas de países con menos recursos".
ANTONIO MAESTRE
Niños enfermos y sus madres, refugiados
en los sótanos
del hospital Okhmadet de Kiev | AP
Las guerras siempre sacan lo peor de cada ser humano. Aunque después de leer a Agota Kristof aprendes a empatizar incluso con quien se comporta como un malnacido en una guerra cuando la crueldad nace de la supervivencia. Si algo queda en el lector de Claus y Lucas es la comprensión del comportamiento inhumano de los dos gemelos que solo han aprendido a sobrevivir por encima de cualquier otra consideración. Son unos niños que solo han conocido el dolor de la guerra y con la tripa arañada entiendes cada acto de crueldad en un entorno de semejante barbarie.
Nunca me he
atrevido a juzgar con los ojos presentistas de un entorno apacible ningún
comportamiento civil en medio de un conflicto bélico consciente de que la
situación y el contexto determinan de tal manera que no me veo capaz de saber
qué tipo de persona sería si una guerra cae sobre mi cómoda existencia. Todos
queremos creer que seríamos el héroe que salva a quien lo necesita y ninguno seríamos
el criminal de guerra o el que saquea a quien no puede defenderse. Para
nosotros el conflicto en Ucrania no es una guerra, solo es un espectáculo
televisado que nos proporciona cierta desazón mental y problemas económicos y
en estas circunstancias no excusas para no como personas decentes en vez de
como carroñeros.
No todo el mundo es
capaz de sujetar su pulsión impúdica a la hora de comentar algo que no es capaz
de comprender y usa un bombardeo en Donetsk mientras se calla ante uno en Kiev
porque cree que eso le sirve para tener razón en una batalla bastarda que se
juega en redes sociales y usa las muertes de civiles a mil kilómetros de
nuestras fronteras para arrojársela a quien tiene opiniones divergentes. Pero
aún peores son aquellos que aprovechan para mostrar su indecencia de forma
concreta y material.
Comprar niños está
mal. Moralmente es algo repudiable, pero es mucho peor cuando en España es
ilegal y buscas favorecerte de la miseria y vulnerabilidad de personas de
países con menos recursos. Un matrimonio de Almería se quejaba amargamente
porque estaba en Lviv con un niño comprado y el gobierno de España no les
ayudaba a sacar una niña de manera ilegal de un país en guerra, su idea es
dejar a la madre en medio de los bombardeos y quitarle el bebé que ha llevado
durante nueve meses en su interior y que además la embajada española les
facilite hacerlo.
Asistir a semejante
ejercicio de crueldad hace pensar que las personas que compran un niño crean un
sistema de deshumanización de la mujer que gesta a su encargo para no sentir
ningún tipo de remordimiento por el hecho de arrebatarle el bebé y dejarla a
merced de la guerra. Puede que lo logren, puede que al final consigan sacar a
ese niño de Ucrania, pero dentro de unos años tendrán que contarle que su
madre, la de verdad, y no la que lo compró, fue abandonada en medio de
bombardeos, crueldad, hambre y muerte. La guerra saca lo peor del ser humano,
pero no se aprovechen para mostrar sus miserias, que nosotros solo la vemos en
las noticias.
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