JM AIZPURUA
¿O sí? Los más
jóvenes de los que votaron la Constitución78; hoy ya tienen mas de 60 años,
están prejubilados en su mayoría. Si les preguntáis, os dirán que no tenían ni
idea de lo que votaron y que ni siquiera se leyeron aquella constitución que se
presentaba con el pollo moreno en su inicio y con el rey de Franco en su trono.
El 155 pasó absolutamente desapercibido y pretender hoy que “eso” es lo que
“nos dotamos entre todos” es la mayor falacia que el falaz Regimen78 está
cometiendo.
“El Espíritu de la
Transición”, que sí existió, salvo en un irredento grupo militarista de la
izquierda patriótica vasca, no cuajó en la Constitución78 realizada de encargo
por el Poder Fáctico, y teatralizada por unos “padres” que nadie eligió
democráticamente y entre los que no había un vasco que matizara la
plurinacionalidad y un canario el colonialismo.
Se desarmó la
oposición, menos ETA, se desarmaron las calles, y los que no “pillaron cacho”
se volvieron a su oficio. La casta se asombró de lo fácil que resultó el
invento.
Por ello no se
siguió con lo esperado, el Nuevo Estado incluyente y democrático. Los
“opositores” ya empoltronados, perdieron afición y como Isidoro tragaron hasta
el GAL. Nuevamente el Estado volvía a la diferencia europea, al si, pero no, y
a las posiciones de las Dos Españas.
Hoy día con las
necedades de la Calvo que dice que la “norma” está por encima de la democracia,
se incumple con la Democracia, que es el origen de la norma.
El proceso
democrático, siempre tras negociación entre diferentes, y no como en nuestro
caso con propuesta de parte, la tutelada por la casta, hace llegar a los
acuerdos que están necesitados de respaldo popular en referendo, y es después
de una suficiente aprobación cuando pueden pasar a ser “normas” que pueden ser
revocadas por procesos similares. Las Tablas de la Ley; no existen pues el
eterno devenir las cuestiona por la movilidad social de usos y costumbres.
Y en 2019, la
renegociación de las normas, empezando por la Constitución78, es algo que el
sociólogo japonés aconsejaría de inmediato.
No hay base de
Estado suficiente para tirar alegremente para adelante, con una monarquía
impuesta y de origen franquista, con las nacionalidades sin encajar, con la
colonia canaria empobrecida y desconsiderada, y lo peor de todo, con una deuda
estatal mayor que el PIB. Este Estado quebró, por todas sus partes, pero la
casta insiste en que son sus pensionistas los culpables.
Un Estado que no es
capad de respetar a sus ancianos, es un Estado fallido.
Es a los que
luchamos por la democracia (y a los otros) y los que trabajamos con duras
condiciones y pluriempleos a los que nos quieren quitar las míseras pensiones,
y no a los políticos inoperantes en parlamentitos, diputaciones, y cabildos.
Si tan buena es
esta Constitución78, ¿Qué pasa en Cataluña?
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