domingo, 24 de noviembre de 2019

ANTE LA "TRANSFORMACION" DE "LA PIEDRA DEL CAMINO., RELATO DE VÍCTOR RAMÍREZ


ANTE LA "TRANSFORMACION" DE "LA PIEDRA DEL 
CAMINO., RELATO DE VÍCTOR RAMÍREZ
POR EUGENIO PADORNO
La primera versión impresa de "La piedra del camino" responde al formato de folleto: 48 páginas. El texto que la misma Editorial Benchomo, con idéntico título, ha publicado excede de las 100 páginas.

         Quiere decir esto que entre una y otra entrega Víctor Ramírez volvió, insatisfecho, a su obra e hizo del protorrelato una novela corta.
Se conserva la mismidad, pero la transformación fue profunda: como la que media entre el gusano y la mariposa. La línea recta fue sustituida por la espiral; lo explícito por lo sugerido; lo plano por lo hondo.
         El estudio pormenorizado de una y otra edición, motivo excelente para un trabajo de tesina, mostraría la evolución del saber expositivo adquirido por Víctor Ramírez en esos quince años de feraz aprendizaje, durante los cuales el autor ha venido condicionando, con sus temas y originalísimas fórmulas expresivas, el desarrollo de la más joven narrativa escrita en Canarias.

         Las líneas que siguen son el resultado de la ordenación de unas notas de lectura del texto reconstruido o recompuesto, y, consiguientemente, en ellas se ha orillado la interesante labor de cotejo a que aludí arriba.
ESTRUCTURA Y TECNICAS NARRATIVAS.
Tres secciones componen esta novela corta: a un "Epílogo para empezar" sigue un secuencia de diez breves capítulos y, finalmente, un "Prólogo para terminar".
         En el "Epílogo para empezar" alguien confiesa, en primera persona, y a un "usted", la razón de su angustia: al día siguiente será enjuiciado a propósito de algo más que un incidente de circulación ocurrido seis meses antes; se le acusa de maniobra intencionada con su automóvil, y de insulto y desacato a la autoridad, con escándalo público.

En los diez capítulos se narra el incidente mismo originado por un malentendido y sus consecuencias inmediatas; aquí se conjugan dos planos: el del que llamaré "narrador particular", aquel "alguien" que seguirá refiriendo su experiencia personal del suceso, y el del que llamaré "narrador transcriptivo", que -lo aclararé enseguida- irá proporcionando los aspectos descriptivos de la historia.
         Para este "narrador transcriptivo", aquel protagonista "alguien" es siempre "el hombre joven"; será en uno de esos capítulos donde sabremos que el "usted" -es decir, el receptor y transcriptor de la historia- se llama "Víctor" y, de no ser casualidad, sospechamos que se apellidará Ramírez, y que se trata, por tanto, del autor mismo.
         Es imposible, dicho esto, no evocar aquí la técnica del autor de LAZARILLO DE TORMES, la problematización unamuniana de ficción y realidad y también -¿por qué no?- el absurdo y determinismo de Kafka, sin que estas no probadas reminiscencias mermen, por supuesto, la originalidad del prosista canario.

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