INDESTRUCTIBLE AVE FÉNIX
Rafael ZAMORA MÉNDEZ.-.**
Insistencia es la
virtud de las almas grandes y vivir es ampliarse a todos los horizontes y en
todas las direcciones.
¿A qué no lejanos
panoramas y a qué no remotos derroteros
han dejado de llegar los acoplados bordoneos familiares en las siempre
resucitadas voces de este incombustible y perennemente retornado “TRÍO DE LOS
PANCHOS”, fundado en la ciudad de Nueva York en el año 1944, por GIL-AVILÉS y
NAVARRO?
Por los diferentes
y recónditos designios de la pura casualidad, han sido ya dos las veces que me
ha tocado entrar compacto en la movida existencia de algunos de sus renombrados
componentes.
Una madrugada,
sobre las dos de la misma, apiñados, como ahumadas sardinas en lata, fríamente
abatidos en el renombrado “CALLEJÓN DEL COMBATE”, a la desorbitada espera de
poder obtener la difícil renovación del imprescindible DOCUMENTO NACIONAL DE
IDENTIDAD, a mi lado, estaba uno de los componentes del mencionado trío, que...
no se me identificó, pero que me hizo pasar una muy larga espera, bastante entretenida, distraída
y animada.
Me notificaba de
los éxitos obtenidos en Cuba y que, una noche, el mismo Cónsul español en la
Isla, un canario de pura cepa, les invitaran a cenar en su propio habitáculo,
donde se atiborraron de negros frijoles, arroz blanco, carne y plátano frito,
con espirituoso rocíos de Valdepeñas, y entre expresiones de mayúsculos elogios
por sus grandes representaciones, fueron
introducidos en un garboso salón, atestado de amigables visitantes, en
donde protagonizaron lo más destacado de su espacioso repertorio, cuando de
improviso, el benévolo anfitrión, con nubladas
secreciones en los ojos, les pidiera el inmenso favor de que les interpretaran, “ISAS-FOLIAS, o
MALAGUEÑAS”, autóctonas tonadas a las que ellos no estaban acostumbrados a
llevar a cabo pero...era tanto el inverosímil oído, la alucinante veloz
prontitud y vehemente improvisación que, al máximo, arrancado con el pasodoble
“ISLAS CANARIAS”, atisbaron de qué forma se puso a bailotear el acomodado
peticionario, que casi no le detienen, logrando así, satisfactoriamente,
cumplir con sus atávicos anhelos.
Buena parte de toda
esta anécdota, sucedió un 20 de noviembre de 1975 y ya se rumoreaba el deceso
de FRANCISCO FRANCO, para nosotros, por tal circunstancia, sintiendo más el que nos bloquearan
la Oficina, que la propia desesperación del recalcitrante Caudillo.
El otro encuentro,
fue algo más hogareño y personal:
Una estival
jornada, en EL HIERRO, durante el mes de julio del 2003, con un amplio
grupo de allegada familia, nos fuimos a
pasar el día en LA MACETA, a disfrutar de la fresca temperatura, de sus
originarias piscinas y a saborear los productos que, con tiempo, habíamos asado en
las distribuidas parrillas, existentes
en el visitado lugar.
En esparcidas y
toscas, pero... prácticas mesas, nos disponíamos ya a manducar, cuando,de
pronto, aparece un alto desconocido señor, portando en la mano un enorme
estuche negro, en el que, de inmediato, yo mismo colegí, portaba una guitarra:
-.- ¿NO ES USTED DE
“LOS PANCHOS”?
.-. ¡EFECTIVAMENTE
SU ACTUAL REQUINTO, JOSÉ LUIS SÁNCHEZ CAMACHO!!
¡Para que fue
aquello!Dios Santo!
De inmediato, le
invitamos a que tomara parte activa en
nuestro abundante yantar, asegurándoles que, con él, disfrutamos de unas
bienaventuradas horas que, ni siquiera
en sueños, habíamos esperado.
-.- ¡QUÉ DESEAN
ESCUCHAR?
.-.- ¡”CONTIGO”!
-.- ¡YA SABÍA YO
QUE ESA ERA LA CANCIÓN, COMPUESTA POR CLAUDIO ESTRADA BAEZ, LA MÁS POPULARMENTE
SOLICITADA, PREFERIDA Y ESPERADA POR
NUESTROS FERVIENTES SIMPATIZANTES!
Ignoro si
serían por los deleitables efectos de el bilioso vinito de “EL TESORO”, que
había llevado el memorable primo, ENRIQUE SÁNCHEZ MÉNDEZ, o por los
inverosímiles requinteos que de aquellas esotéricas cuerdas desde sus manos
surgían que a su lado, fuertemente, me
puse a entonar las acústicas notas de la tan cautivadora tonada.
-.-”TUS BESOS SE
LLEGARON A RECREAR, AQUÍ, EN MI BOCA…."
-.-HOMBRE.¿CONOCÍA
USTED EL DON QUE TIENE, POSEYENDO TAN BUENA VOZ?
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Yo, lo inefable
que sé, así se los puedo asegurar, es
que, con mis años y, hasta la fecha, Dios me ha concedido una buena y abundante
memoria, gracias a cual, he podido
trasladar a NACIÓN CANARIA, estos vividos acontecimientos, a todas luces,
dignos de haberles efectuado sus
correspondientes referencias.
¡Este
"TRÍO DE LOS PANCHOS”,
tiene la enorme
virtud,
de que a pesar de
los años,
siempre se van
renovando,
con notas de
juventud!
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