MI AMIGA SARA

 

MI AMIGA SARA

Eduardo Sanginetti, filósofo, poeta,

escritor y performer argentino

Mi entrañable amiga Sara, de boca enorme, mirada triste, aún cuando se reía, sacudiendo su cuerpo largo y huesudo cumpliría en unos días 90 años, no olvidemos que el tiempo es un niño que juega con cuentas.

Una mujer que era un camino, en carne viva y un asma que la acompañó toda su vida, fascinada con las palabras, despiadada consigo misma... Recuerdo cuándo una tarde en Caffé Greco en Via Condotti a pasos de Piazza Spagna, ella era corresponsal del diario La Nación en Italia, me comentó con cierto pudor. que se incluía entre las mejores... La he conocido en casa de mi tía abuela Ernestina R. de Cánepa (Fundadora de la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes), siendo un estudiante secundario, estaban Manuel Mujica Lainez, Silvina Bullrich y Jorge Romero Brest... La fascinación que me produjo ver a esta mujer, permanece grabada en mi y el tiempo logra simplemente darle connotaciones de los más diversos signos: señales tal vez... volví a verla en La

Cumbre a mediados de los /70, vivía en casa de Manucho, estaba yo en casa de Astrid De Ryder otra tía mía, casada con el "Negro " Sanguinetti... mantuvimos día a día diálogos entrañables sobre todo lo que se puede decir y callar... volvimos a encontrarnos en nuestro nomadismo en Roma, donde estaba dando unas conferencias y escapándome alegremente de Buenos Aires y de mi mujer de entonces, María Belén Peralta Ramos de Sanguinetti... la recuerdo hoy a la Divina Sara y me siento pleno de dicha de que se la recuerde en el aniversario de su nacimiento... nos une el signo bajo el cual nacimos: Capricornio y tantas cosas más.

“No importa, ya no importa, todo nace y después muere, pero nada importa (…) Nada es tanto… Todo viene y después está”, dice en un libro, y sigue en otro, distinto: “Porque no se puede volver atrás, el tiempo viene y todo crece, y después de crecer viene la muerte. Pero para atrás no se puede andar”. “Toda afición crece o muere”, graba en “Un secreto”. “En materia de recuerdos todo se equivale”, dice en su historia de los trenes “puestos a morir”. “La verdad está en los recuerdos intersticiales”, en su último libro.