PROHIBIDO HABLAR DEL PUEBLO SAHARAUI
20/12/2021FiSahara Madrid homenajeó este año a Pilar Bardem, que
ha recibido la nacionalidad saharaui a título póstumo.- D.B.
"Hablar de la Memoria Histórica es incómodo, hablar del pueblo saharaui está prohibido". Son palabras del actor Pepe Viyuela durante el estreno en FiSahara Madrid del último documental que protagoniza, Un viaje hacia nosotros, dirigido por Luis Cintora. Las palabras en sí son de una extrema gravedad pero, si además se contextualizan, son un auténtico escándalo. Según relató Viyuela, los hechos sucedieron cuando buscaba financiación para este proyecto, que hace un recorrido por los refugiados del pasado (tras la Guerra Civil) y el presente (el pueblo saharaui). Tras denegarle apoyo económico, el funcionario público le regaló un consejo: "mejor saca la parte del Sáhara Occidental si quieres financiación". Como digo, un escándalo.
La
anécdota pone con los pies en la tierra a quien, por mucho que lo vengamos
avisando, no nos cree cuando advertimos que existe un muro de silencio
sobre el Sáhara Occidental. Existe, claro que existe y por este
motivo el lema de FiSahara este año, tanto de la edición especial en la capital que
se clausuró anoche como de la
XVI edición celebrada a finales de noviembre en los
campamentos de población refugiada, ha sido Rompamos el Silencio.
Thank you for watching
Esta
situación no sólo ha propiciado que el pueblo saharaui lleve expulsado de su
tierra, abandonado en el desierto del Sáhara, durante casi medio siglo, sino
que incluso se trate de eliminar. El director nacional de Cine y Teatro de la
RASD y codirector de FiSahara, Tiba Chagaf, fue muy claro durante el coloquio
posterior a la premier, afirmando que "padecemos el síndrome del mapa, porque cada vez que
conocemos a alguien tenemos que dar una lección de Geografía e Historia".
A pesar de ello, añadía, "en ese intento por hacernos desaparecer, nos han
fortalecido".
El lobby de Marruecos es
muy poderoso. Sus tentáculos tienen cogidos por el cuello a
los indignos que, lamentablemente, llevan años manejando los hilos de la
política y y la economía en nuestro país. Vendidos por un
puñado de dirhams, estos indignos consiguen silenciar un conflicto que ha convertido a España en el país con el conflicto de
refugiados más antiguo del mundo: el del pueblo saharaui.
Sin
embargo, ese muro de silencio tiene brechas, muchas. Festivales como FiSahara,
personas como Pilar Bardem -a la que el sábado se rindió un sentido homenaje y
se le concedió al nacionalidad saharaui a título póstumo- o
iniciativas como Western Sahara Resource Watch (WSRW)
resquebrajan ese paredón que ya muestra signos de colapso. El noruego Erik
Hagen, miembro del WSRW, así lo evidenciaba el primer día de festival, cuando
relató los billones de euros procedentes del expolio de recursos naturales que
ya se han cortado de raíz. Hagen fue rotundo al afirmar que "las empresas son mucho más vulnerables y se les puede
convencer de otros muchos modos que a un político". En su
opinión, "las empresas tienen una reputación, unos empleados, unos
clientes, unos sindicatos..."con los que presionarlas y,
precisamente por ello, hizo un llamamiento para actuar y presionar a las compañías a través de las asociaciones de usuarios
y consumidores. Pedir explicaciones sobre la trazabilidad de
los productos que comercializan las empresas expoliadoras y dejar de
consumirlos es un buen punto de partida, amplificando la onda expansiva de sus
malas prácticas.
Cuantas
más personas se sumen, más profundas se harán esas fisuras, que llevan años
encontrando el respaldo de los tribunales europeos, aunque los Gobiernos de
España y la Unión Europea se saltan a la torera todas las sentencias. Es
importante tomar conciencia de ello, porque el pueblo saharaui es hermano
del español, forma parte inseparable de nuestro pasado, nuestro presente y
ojalá que de nuestro futuro, pues nos enriquece. Como muy bien dijo
Viyuela ayer, "cuando lo ignoramos, nos acanallamos y hacemos un mundo
peor".
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