SANGRE REAL
JOSU AIZPURUA
Si atendemos a las
confesiones de la reina María Luisa de Parma (1751-1819) ninguno de sus hijos
fue concebido con su marido-rey Carlos IV Borbón, por lo que la estirpe real
fue interrumpida por plebeyos borboneando sin genes ni sangre real.
Carlos IV, Felipe
VII, Isabel II, Alfonso XII y Alfonso XIII, son reyes que, al parecer de María
Luisa de Parma, carecen de la legitimidad genética por su falta de sangre real.
Alfonso XIII, derrocado por el voto republicano el 14 de abril, huye al exilio y abdica del trono español. Ya no tenía ni la legitimidad sanguínea ni la oficial del cargo. Por ello, su “reabdicación” de 1941 a favor de su hijo Juan, es un asunto interno familiar y sin sentido político pues no se puede dar lo que no se posee.
La supuesta realeza
de Juan Carlos I, le viene por la designación de Franco y la instauración de
una nueva monarquía del Movimiento y de las JONS, heredera del Caudillo, que
como tal actúo en la Dictadura ante los fusilamientos de los 5 jóvenes
antifranquistas en 1975. Sin una palabra de arrepentimiento, ni
argumento punible democrático. Crimen de Estado bajo su presencia.
Su condición de
nieto de Alfonso XIII, no le da carácter de realeza, pues fue cuestionado por
María Luisa de Parma, reina legal, y tuvo abdicación por voluntad popular
republicana.
Pero ¿Cómo es
posible que sigamos hablando de estas necedades en pleno siglo XXI? La
Jefatura de un Estado no puede ser “hereditaria”; eso es contra natura.
La Modernidad exige
olvidarse de los genes y pensar solo en la voluntad popular, el voto que da y
quita, y que garantiza elegir bien o equivocarse, pero para ello tiene
soluciones que no obligan a cargar con el coste de una saga, las más de las
veces onerosa.
La República, igual
de constitucional que esta monarquía, le aventaja en todo lo que dé democrática
contiene y carece de las pompas estúpidas que últimamente siguen a los
modelitos de la (me da vergüenza llamarla reina). Y Leonorcita viene por la
misma senda, aunque es peor lo de las hermanas griegas que se apuntan a todo
sarao y chupan del bote real todo lo que pueden. Ya las echaron de su País,
pero de este; ni con agua hirviendo.
La griega, es una
vergüenza para las nuevas mujeres empoderadas de 2021, por su consentimiento a
la humillación de infidelidad, y por su negativa a divorciarse con ánimo
crematístico.
No hay una sola
razón para mantener una monarquía en el Estado español; ni hereditaria, ni
razonable, ni moderna, y mucho menos por el prestigio familiar. Venga ya un
currito-a contrastado a presidir una República y con lo que nos ahorramos
saquemos de las calles a los sintecho, y ayudemos a las madres solteras. ¡Y
muchas más cosas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario