jueves, 16 de diciembre de 2021

SANGRE REAL

SANGRE REAL

JOSU AIZPURUA

Si atendemos a las confesiones de la reina María Luisa de Parma (1751-1819) ninguno de sus hijos fue concebido con su marido-rey Carlos IV Borbón, por lo que la estirpe real fue interrumpida por plebeyos borboneando sin genes ni sangre real.

Carlos IV, Felipe VII, Isabel II, Alfonso XII y Alfonso XIII, son reyes que, al parecer de María Luisa de Parma, carecen de la legitimidad genética por su falta de sangre real.

Alfonso XIII, derrocado por el voto republicano el 14 de abril, huye al exilio y abdica del trono español. Ya no tenía ni la legitimidad sanguínea ni la oficial del cargo. Por ello, su “reabdicación” de 1941 a favor de su hijo Juan, es un asunto interno familiar y sin sentido político pues no se puede dar lo que no se posee.

La supuesta realeza de Juan Carlos I, le viene por la designación de Franco y la instauración de una nueva monarquía del Movimiento y de las JONS, heredera del Caudillo, que como tal actúo en la Dictadura ante los fusilamientos de los 5 jóvenes antifranquistas en 1975. Sin una palabra de arrepentimiento, ni argumento punible democrático. Crimen de Estado bajo su presencia.

Su condición de nieto de Alfonso XIII, no le da carácter de realeza, pues fue cuestionado por María Luisa de Parma, reina legal, y tuvo abdicación por voluntad popular republicana.

Pero ¿Cómo es posible que sigamos hablando de estas necedades en pleno siglo XXI? La Jefatura de un Estado no puede ser “hereditaria”; eso es contra natura.

La Modernidad exige olvidarse de los genes y pensar solo en la voluntad popular, el voto que da y quita, y que garantiza elegir bien o equivocarse, pero para ello tiene soluciones que no obligan a cargar con el coste de una saga, las más de las veces onerosa.

La República, igual de constitucional que esta monarquía, le aventaja en todo lo que dé democrática contiene y carece de las pompas estúpidas que últimamente siguen a los modelitos de la (me da vergüenza llamarla reina). Y Leonorcita viene por la misma senda, aunque es peor lo de las hermanas griegas que se apuntan a todo sarao y chupan del bote real todo lo que pueden. Ya las echaron de su País, pero de este; ni con agua hirviendo.

La griega, es una vergüenza para las nuevas mujeres empoderadas de 2021, por su consentimiento a la humillación de infidelidad, y por su negativa a divorciarse con ánimo crematístico.

No hay una sola razón para mantener una monarquía en el Estado español; ni hereditaria, ni razonable, ni moderna, y mucho menos por el prestigio familiar. Venga ya un currito-a contrastado a presidir una República y con lo que nos ahorramos saquemos de las calles a los sintecho, y ayudemos a las madres solteras. ¡Y muchas más cosas!

 

 

 

 

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