PRÓXIMO OBJETIVO DEL PICHE Y EL HORMIGÓN: EL PUERTITO DE ADEJE
NOINCINERACIONTENERIFE
Lo curioso de que el Gobierno de Canarias, de la mano de Valbuena, haya parado unas tres mil camas turísticas en Arico por no se qué de unos valores naturales en un entorno machacado por toda clase de impactos (lo más valioso del entorno que era el tránsito de la arena se respetaba más que lo que está ahora) no es que no puedan tener razón, que quizás ya está bueno de seguir hormigonándolo todo.
No, lo
verdaderamente sorprendente es que si se trata del marqués de Adeje ahí vale
todo, incluso la construcción en ladera, desviar barrancos (lo de el de Las
Torres ya verán ustedes el día que le dé por llover) o literalmente acabar con
la geomorfología de la zona como va a ocurrir en breve en toda la zona de El
Puertito de Adeje, espacio colindante con Sitio de Interés Científico de La
Caleta que, con sus playas impresionantes como la de Diego Hernández, se
convertirá en el principal atractivo de las urbanizaciones que vienen para
cerca de 4.000 nuevas camas.
En fin, este es el
panorama que se nos viene encima y que ya no tiene vuelta de hoja porque eso
tiene el visto bueno de todo el mundo, incluso de los vecinos a los que no les
va a afectar tampoco la Ley de Costa que tiró Chovito y todo eso. En Adeje no
pasan esas cosas porque allí está instalado el marqués que se rige algunas
veces, al menos eso parece, por un régimen jurídico distinto vaya usted a saber
por qué incluso dentro de las propias playas como pasó, hasta ahora
impunemente, con el ‘beach club’. Ni se respeta la costa ni se respetan las
montañas cuando de urbanizar se trata, que del suelo rústico por esa subida a
Taucho y demás mejor ni hablar.
En fin, que qué
sueño tan lindo sería el de contar con unos políticos que respetaran el interés
general por encima del interés de unos cuantos, que las leyes se aplicaran con
el mismo rasero para el rico como para el que no lo es tanto y que esta isla,
algún día que seguro no veremos, encamine sus pasos hacia proteger más que
hacia destruir. Proteger que no significa no hacer nada, significa darle valor
a lo tradicional como forma de mantener también una imagen turística que se
está perdiendo a marchas forzadas, las más de las veces debajo del hormigón y
el piche como es el caso del Puertito de Adeje que va a pasar del abandono
total a la urbanización masiva sin solución de continuidad de ningún tipo.
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