PUÑO EN ALTO` CRÉEME
POR MAITÉ CAMPILLO
<<Soy de un lugar donde cuecen el
pan a la orilla de un sueño que lucha el amor. Soy de donde soy, aunque me
encuentre donde esté, aunque la noche cubra el cielo. Soy de donde soy, de
donde habita el corazón>>.
Así surgió la revolución desde las altas
cimas de donde habita el corazón
Escrito en ¡26!, julio del 2020, en homenaje al entrañable trovador lo dije entonces y también hoy lo que inteligentemente resumió en voz de otro destacado trovador, Xavier Pintanel: ”Cuando junto con Hannes Salo
¿Quién es Vicente Feliú? (Este fue su
testigo y legado inmortal más representativo):
Créeme, cuando te diga que el amor me
espanta Que me derrumbo ante un te quiero dulce Que soy feliz abriendo una
trinchera. Créeme, cuando te diga que me voy al viento Dé una razón que no
permite espera Cuando te diga no soy primavera
Sino una tabla sobre un mar violento. ¿Cuál es su historia, cómo irrumpió entre
nosotros su ‘Créeme’? Espero no equivocarme al afirmar que en los primeros
meses de 1975, desde la Televisión Universitaria uno de sus directores amigo
común, le pide a Silvio una canción por el aniversario 40 de la caída en
combate de Antonio Guiteras y el venezolano Carlos Aponte, al que Silvio
respondió que con mucho gusto, pero que mejor, la hiciera Vicente Feliú dado
los vínculos casi familiares con ellos <<Mi familia paterna era de
Matanzas y Carlos Alfaras, esposo de una hermana de mi padre y miembro de la
Joven Cuba, organización creada por Guiteras, estuvo entre los combatientes de
El Morrillo. Aponte y Paulino Pérez Blanco se escondieron en la casa de mi
familia el 7 de mayo de 1935, y esa noche mi abuela paterna Ignacia López
Pineda, junto a Mario Argenter, eminente músico matancero y amigo de la
familia, tocaron para Aponte, a petición suya, La Polonesa de Chopin,
brindaron, y mi abuelo, el juez Santiago Feliú Silvestre, le regaló su revólver
a Aponte, con el que caería combatiendo al día siguiente>>: Créeme, si no
me ves y no te digo nada
Si un día me pierdo y no regreso nunca. Créeme, que quiero ser machete en plena
zafra Bala feroz al centro del combate. ¿Cómo se reafirma, y consolida, dentro
de la nueva sociedad? Militando como ser nuevo, combatiendo capitalismo e
imperialismo como los que le precedieron desarrollando el internacionalismo y
la amistad entre los pueblos. Compuso música para obras de teatro, televisión y
espectáculos, ha colaborado en programas culturales como asistente de dirección
y director musical, fue asesor de música de radio y televisión cubana,
guionista, locutor y director de radio. Dirigió el Centro Cultural ‘Canto de
Todos’ promoviendo encuentros e intercambios desde la canción, en todos los
países de latinoamérica, premios y reconocimientos. Llevó su isla y revolución
a más de 20 países de América, Europa y África, compartió escenarios con Isabel
Parra e Inti Illimani, Daniel Viglietti y Alfredo Zitarrosa, León Gieco y
Mercedes Sosa, Luis Enrique y Carlos Mejía Godoy, Silvio Rodríguez y L. Eduardo
Aute, Caco Senante y Pete Seeger… Nuestro personaje se sumó a la gran cadena de
ese eslabón ejemplar de cubanía que fue entroncándose cediéndose unos a otros
por el mundo el testigo.
Nada como la luz define las sombras,
porque delante de la sombra, está la luz; sin duda alguna Vicente Feliu,
es –fue– además de comprometido con su pueblo y su
revolución, uno de los grandes trovadores en remolino de versos en combate de
una razón que no permite espera (De gran labor artística, escuela y cantera de
continuidad en que se desenvolvió en otro tiempo Carlos Puebla). Ese es –fue– al
que pretendo seguir disfrutando como estrella roja que se acerca entre líneas a
mi nota escrita como un mensaje extremo, al borde de la noche en la que reina
el cielo hasta llegar el día, y se multiplican las batallas espaciadas sobre el
curso de los ríos ramificados en tierra bajo cielo raso, y el arado espera pues
como el ocaso elijo la luz de algunas de sus canciones maestras, y uniéndome a
los vientos portadores de semillas de libertad me lanzo a la odisea, y para
seguir sembrando curto primaveras arando con bueyes la tierra de versos, y ese
es desde mi espera el canto de todos con todo, con él, Feliú, hablando
metafóricamente de su esencia incondicional en cultura propia, y como ser de
otro mundo posible camino con el guerrillero aireando junto a él la vida
enfrentada a la rapiña imperial (que en ausencia de tu materia) atraparte espera.
Las generaciones nos vamos curtiendo unos a otras como hombres, mujeres, y de
la esencia de ambos, nutriendo y desarrollando partiendo de la savia más
antigua de nuestros próceres hasta nuestros días. Escribo esta nota con la
música de fondo que editó en homenaje a Che de título ‘Guevarianas’ –me
inspiró en el homenaje hecho en ¡26! del año pasado y en este que pretende su
memoria inmortal– Creo es uno de los discos más completos de la
música cubana, cada canción es un pedazo de historia, y su vida, vida de
Guevara el guerrillero que está entre nosotros para anunciarnos un nuevo día de
lucha que Feliu sintetiza de esta manera <<Los héroes nos reclaman
su sangre. Al pasado hubo que hundirlo a balazos. El cansancio hay que romperlo
a martillazos. Este país, que decidió vivir así requiere hombres y mujeres que
se midan diariamente bajo este sol que nos calienta los principios>>. El
concierto ofrecido en el Centro Hispanoamericano de la Cultura de La Habana,
interpretó a grandes poetas y cantautores; impresiona por su sensibilidad y
calidez de voz, de la que brota Celaya, Miguel Hernández… incluye una de las
mejores versiones que se haya cantado en vivo de Aute ‘Al alba’, por su
percepción, acción e identidad al igual que la versión de Comandante Carlos Fonseca
(Concierto premiado con el especial Cubadisco 2017).
¿Es pues Vicente Feliú lo que es –fue– siente
y padece? Hagamos que el propio trovador, nos responda de singular manera en
lección de trinchera y elección firme de principios, sirva pues, su despedida
como ejemplo de su obra en formato de vida: ”Hoy ¿por qué cantamos? por lo mismo que
la vida. Hoy la despedida aglutina a los marranos. Me he despedido de un amor,
me he despedido de mi tierra, me he despedido en son de guerra, en son de
padre, en son de flor. Me he despedido del candor, me he despedido de la
piedra, me he despedido de la hiedra, de la mierda y del favor. Hoy encuentro
el verso y Benedetti me sonríe. Hoy mi viejo ríe y desde lejos lanza un
beso. Hoy yo sé que canta con el corazón del alma. Benedetti, en calma, sabe que
la muerte es falsa”. ¿Qué recuerdos de infancia y juventud, en el seno de qué
familia, y entorno, se desarrolla? <<Yo nací el 11 de noviembre de
1947 en La Habana -en Centro Habana- de familia de clase media profesional, destacada
en la lucha revolucionaria, desde los años 30 (Joven Cuba, A la Izquierda
Estudiantil, los insurreccionalistas Auténticos de Carlos Prío Socarrás, 26 de
Julio, y más atrás, hacia finales del siglo XIX en Matanzas apoyando a los
mambises, y luego integrada de lleno al proceso revolucionario de 1959). Fui el
primer hijo, de una familia descendiente de catalans, galegos y
canarios>> —Aunque el más joven, Santi siempre fue el mayor de los
hermanos. Rony y yo solo somos los más viejos. Fíjate quién era Santi que a los
siete años compuso una canción para los niños vietnamitas. Le dijo a papá que
se la acompañara, mientras él la cantaba y en un momento, Santi lo para y le
dice: «Papito, ese acorde no es». Contrario a lo que muchos piensan, Santi
nunca fue zurdo, por lo que suponemos que aprendió la guitarra de vista, como
en un espejo. Me comentó alguna vez que la encordó para zurdos, pero como no
tenía guitarra y todos sus amigos eran derechos, decidió aprender así. Lo
increíble es lo bien y lo limpio que tocaba, teniendo todo al revés. Brillante
y lúcido, su poética (poesía y ética), difícil por demás, llegó a muchísima
gente en todas partes y ha dejado huellas que se verán en la medida en que el
tiempo pase. <<Aún me cuesta hablar de él. Se nos quedaron demasiadas
cosas pendientes que ya no podrán ser, como grabar las canciones de papá, de
las cuales más de la mitad solo él se las sabía>>.
Aunque soy de las que defienden los
homenajes a los seres más queridos en vida, un impulso me arrolla a lanzarme al
viento sobre un corazón que no permite espera, al conocer la noticia, pues me
obliga a recordarte y nunca olvidar aquél 2014 en que murió Santi, tu
hermano “pequeño”, el entrañable cantautor Santiago Feliu, de un infarto a los
51 años y, hoy tu: 17/12/2021 a los 74 años. Créeme, y aunque tu no te hayas
dado apenitas cuenta, un infarto más se ha vuelto a imponer en vuestras vidas
arrolladoras, un infarto clavado como de la rosa la espina que tiene de arco
iris, lo que tus manos de canciones finas, que Aurora de los Andes testimonia
de esta bravura manera ta sencilla y profunda como
desgarradora <<Estaba en un escenario. Empezaba a cantar La
Bayamesa. Se fue en toda su estatura y con el corazón más grande que el pecho.
Te amo, papá. Te amo!!!>>. El mejor lugar para yacer un creador, un
músico, además de cantautor. Feliu en esencia era música y puro amor, un
trabajador ingeniero del verso y obrero infatigable al pie de su cañón de
futuro, dejando su semilla en el Museo de la Música inseparable a su inmortal
‘Créeme’, por donde brotan Guevarianas al paso, Auroras, lealtad sobre escena y
revolución en su voz y profunda mirada, en carga de empatía optimista y
desafío. Contigo como militante trovador revolucionado aleteo alas al viento de
los inmortales, en recuerdo de todos, que como vos habéis empujado décadas de
historia escrita, en tu memoria de corazón gigante, y en el de todos los que
nos habéis dejado ese legado brillante en obras de gran entrega, como tu
hermano Santi, Carlos Puebla, Violeta y Nicanor Parra que entre hermanos e
hijos media la gran escuela chilena que Víctor Jara resaltó (antes de ser
asesinado como legado de estela intachable), Viglietti, Leonar Cohen,
Labordeta, Mikel Laboa, Luis Eduardo Aute, Carlos Cano, Ferlosio, Adalberto
Álvarez, Alí Primera… y ahora tu. Flor de flor en remolino de viento a favor
sirva el recuerdo sobre escenario de tus setenta que entrañable resumió ‘La
Jiribilla’ <<Celebrar los 70 años de vida de un trovador constituye
un elemental acto de cortesía por parte de sus seguidores, pero a la vez, este
se puede convertir en un acontecimiento al desbordar el universo de todo un
historial de entrega al prójimo desde la sensible matriz de sus
canciones… >>. Vicente Feliú abogó por la satisfacción de
hacernos compartir el estamento ético de un juglar de sentir profundo marcado
por la convicción y la voluntad de cantar necesarias verdades <<Si
un día muero irremediablemente, sin terminarlo todo, o al menos lo que me
corresponde, quisiera que lo poco que tenga se utilizara al máximo. A quien
no entendió mi forma de estar recomiendo mirar hacia el fondo de sí. Mire bien,
pues quizás hubo alguna que otra presencia que no se advirtió por temor. Que
nadie se calle todo lo que fui, lo hermoso y lo triste… >>.
A menos de cuatro meses después del 1º
de enero de 1959, un 28 de abril, se crea la Casa de las Américas en medio de
campañas mediáticas difamatorias, amenazas del presidente Eisenhower,
secuestros de aviones y atentados terroristas. La Revolución se defendía y daba
los primeros pasos en su proyecto emancipador. Convertía en ciudad escolar la
fortaleza de Columbia, entregaba la propiedad de sus tierras a más de
trescientos campesinos, fundaba el ICAIC (Instituto Cubano de Arte e Industria
Cinematográfico) y la Imprenta Nacional. Pronto EEUU usaría su poder para
aislar a Cuba “su mal ejemplo” de soberanía y justicia social. Lograron
excluirla de ciertos foros y romper vínculos diplomáticos, acuerdos, pero no
les fue posible quebrar otros lazos asociados al instinto y a las raíces de los
pueblos más allá de su poder imperial basado en el despotismo feudomilitar. No
me queda otra personalmente hablando que el orgullo de haber trabajado en ella
aportando a su memoria y a sus sueños lo que en el fondo más profundo siento y
el arado espera. Casa de las Américas se fundó guiada por una personalidad tan
luminosa como Haydee Santamaría, junto a un equipo comprometido y leal,
contribuyó de manera decisiva a que Cuba no fuera desgarrada, desentroncada del
conjunto de Latinoamérica. Indudablemente Feliu forma parte de los cantores de
esa casta, de los trovadores de la revolución que nacieron del movimiento 26 de
julio, porque la lucha, también es cultura:
Créeme que mis palomas tienen de
arcoiris
Lo que mis manos de canciones finas.
Créeme. Créeme
Porque así soy
Y así no soy de nadie.
Aurora de los Andes (hija) y Vicente
Feliú (‘Créeme’)
https://www.youtube.com/watch?v=5awyaJS4F_k
Maité Campillo (actriz
y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey
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