domingo, 10 de mayo de 2020

AVIZOR


AVIZOR
JM AIZPURUA
Creer que un paisano de Artenara y otro de Barcenaciones, deben estar pendientes de que Illa soluciones su problema de Covid-19, es padecer una españolitis aguda. La realidad es que a Torres y Revilla les toca esa tarea autonómica, por sentido común de pertenencia y sentido de Estado, pues eso mismo dice la Constitución78 y el Espíritu de la Transición, que yo viví y recibí los cantos de sirena que los políticos oficiales del franquismo nos hacían. Su “España Una”, se quebró y recuperamos la autonómica republicana a la que se hizo un maquillaje provisional, con 17 territorios deshilvanados, para con el tiempo acabar en un futuro federalismo más meditado y homologable a Europa.

La “Unidad de Destino Universal”, la “Democracia Orgánica”, quedaron obsoletas para siempre y con sus vergüenzas al aire.

Lágrimas y tiros realizaron los nostálgicos franquistas y fascistas, pero la calle ya era de los demócratas y sus esfuerzos murieron en los asesinatos de Atocha.
Pasó el tiempo y nuevas generaciones llegaron al siglo XXI y en su 2020, una nueva secta filo fascistas, de poco nivel y líderes incomparables a sus antiguos Piñar o Girón, intentan aprovecharse de la generación del botellón y la Play, poco leída y demasiado crédula y blandita.
La mediocridad de la política y los políticos del Régimen78, imbuidos en una degeneración preocupante, hace que la ciudadanía no esté interesada en ello y los agentes de la fachenda, bien sostenidos como siempre, avanzan ocupando terrenos que no les corresponden.
A los viejos que vivimos el 78 y sus orígenes nos toca reflejar la fundamental conquista de aquel tiempo y la ruta emprendida, que no es otra que la común europea que arrancó con la republicana de la revolución francesa: Libertad, Igualdad y Solidaridad. Por ese camino vamos bien. En otros nos esperan las dictaduras y la esclavitud de los salvapatrias.
Necesitamos vínculos potentes, salir del individualismo y el desapego de lo colectivo.
Nadie nos da derechos, ni la patria ni el Estado: los derechos nos los da el Género Humano, y son individuales los DDHH, y colectivos los que arrancan en la unión libre de pueblos y tierras.
El concepto sectario de las clases presididas por un rey, paso a la Historia y hoy es la República en forma de Estado la fórmula que lidera el siglo XXI. Por ahí deberemos transitar.
Los jóvenes deben asumir que por importante que sea su individualidad, somos seres colectivos y en la solidaridad se escribieron los mejores momentos de la Historia y todas sus conquistas. Deben cultivar su faceta social, unir identidades, colocarse en su lugar social sin ambiciones ni ansiedades y progresar en una vida digna. Hay que estar ojo avizor a los que tienen su orden establecido, en el que ellos dictan y dominan, e imponen sus criterios a los demás. Criterios duales, unos para ellos y otros para los demás.
Cualquier sociedad moderna, es lo suficientemente mixta, mestiza, para que no se puedan establecer unidades políticas, religiosas, raciales, y sobre todo económicas, y dentro del capitalismo existen insalvables brechas sociales en torno a la posesión del dinero. La derecha fascista, juega con estas realidades para asustar a los débiles e imponer un Régimen de clase en el que poder seguir usando privilegios para apoderarse de los recursos económicos y sociales de su entorno.
En los próximos años habrá un juego político sin contenido, pero los jóvenes no deben dejarse engañar por las derechas que ya pasaron su tiempo y deben centrarse en madurar una República que ponga fin a la injusta situación de marginación social, privilegios, e indigna consideración territorial de vencedores y vencidos.
Y ahora, con el 116, les han arrancado un pilar fundamental del nuevo Estado 78: la territorialidad autonómica, que es una forma de entender la subsidiariedad europea que indica que las cuestiones deben gestionarse en la proximidad, y contiene un mensaje subliminal para que los de Artenara o Barcenaciones, sepan que no necesitan un madrileño para su supervivencia.
Madrileño a tus madroños.


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