JM AIZPURUA
A Caperucita Roja
le salió una contrincante: Cacerolita Azul. Esta, no va a casa de su abuelita
si no a cargarse la Libertad y la Democracia, por que realmente es el lobo
feroz, pero ya un poco viejuno, sin dientes y gritando libertad para ver si
engaña a alguno de esos que llegaron tarde al reparto de cerebros.
Por que 1978, es un
punto final del Imperialismo español, del franquismo fascista, y de la lucha
cainita y maniquea, para dar una oportunidad a un nuevo Estado en el que todos
los votantes tuvieran la posibilidad de manifestar sus preferencias.
Naturalmente Don Blas Piñar cacerolista destacado, se opuso a esto pues,
libertad, era la suya y la de los demás: libertinaje.
Y vuelve la burra
al trigo; pero no con la valentía y claridad de Don Blas, o Tejero, si no
escondidos en la bandera constitucional, que no es la suya, pues su rojigualda
concepción no corta con el Imperio, la esclavitud, la monarquía clasista, el
genocidio americano, la toma de Canarias y tantos y tantos abusos que en nombre
de esa inexistente España se cometieron en contra de los DDHH y la Libertad de
Pueblos y Personas. No surge de 1978 y el espíritu de la Transición, si no del
espíritu de Regresión, del imperialismo fascista.
Buscan un hilo
conductor desde la Católica hasta ¿Letizia? Y yo he visto recientemente en un
museo de Cuba como se exhibían galeones castellanos con la bandera
¡constitucional! Hay muchos conspiradores implicados en el falseo de la
Historia.
No es algo
preocupante, aunque si molesto, pero sus posibilidades de involución son
mínimas en cuanto sus intenciones y posiciones sean desenmascaradas. Los que se
enfrentan a ellos por las calles a bofetadas son sus aliados pues les conducen
a la violencia, lugar en donde son fuertes y preparados como el capitán Smith
que hace prácticas de tiro. Su objetivo, sería una nueva Perejil, donde rendir
a los progres e imponer sus creencias en Una Grande y Libre (suya).
Si el toro en la
plaza se sentara tranquilo: se terminó la tauromaquia.
No olvidemos que el
intento de 1978 era por la democracia, y en ella, los fatxas tienen todo su
derecho igual que los demás y si les va la cacerola, que la toquen. No hay
problema.
Nuestro problema
está en que el orfeón de ministros no ha dado la talla, y las cacerolas sobrevuelan
con el apoyo de Míster X, por consiguiente. Las ilusiones de “la izquierda” si
es que existe, se pusieron en este Gobierno de Coalición, que iba a realizar
maravillas empezando por eliminar la Ley Mordaza y la Reforma Laboral.
En realidad, ha permitido
a los uniformados Ley Mordaza en ristre, avasallar a muchos ciudadanos que con
sus razones incumplían el confinamiento, pero las razones del uniformado de
turno se convertían en Ley. A mí, en un bajón de glucosa y sentado en un
pretil; me hicieron “circular” los expertos en confinamiento. Y circulando pase
junto al pajarraco de Franco en la avenida: ¿No es demencial?
A mi la Cacerolita
Azul, me la trae floja: ya la irán conociendo. Pero me asusta la incapacidad
del Gobierno para marcar la ruta progresista que la sociedad necesita y les
permitió. Si no logran acuerdos del PP sigan solos, pero no se plieguen a las
directrices de la casta, que ni con la Cacerolita Azul tienen votos suficientes
para la involución.
En Tenerife sin la
Ley Mordaza ni la estatua del pajarraco de Franco; estaríamos más tranquilos.
Al final, como con la tumba: tendrán que quitarla.
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