LA PANDEMIA AFLORA LAS DESIGUALDADES DE GÉNERO EN EL DEPORTE
Valiéndose
de una normativa obsoleta que no reconoce como profesional ninguna competición
femenina en nuestro país, las autoridades han dado carpetazo a todas las ligas
sin estudiar posibles protocolos para su disputa
RICARDO URIBARRI
La pandemia que
atravesamos ha vuelto a sacar a la luz las dificultades añadidas que en
numerosas ocasiones sufren las mujeres deportistas respecto a sus homólogos
varones en España. Bajo el paraguas de una arcaica reglamentación, en vía de
ser sustituida pero aún vigente, que consagra como únicas competiciones
profesionales en nuestro país la Primera y Segunda división masculina de fútbol
y la Liga ACB de baloncesto, se ha justificado por parte de las respectivas
federaciones la cancelación prematura de las ligas femeninas de fútbol y
baloncesto en categoría absoluta. No importa si sus protagonistas tienen
prácticamente la misma dedicación que los chicos a la hora de ejercer esa
actividad. Ellas trabajan como profesionales, pero sus competiciones no lo son
jurídicamente. Si el fondo del asunto genera polémica, las formas utilizadas en
algunos casos son aún peor.
La FEF ha decidido
conceder el título de campeón al Barcelona y otorgar al Atlético de Madrid la otra
plaza para la próxima Liga de Campeones. Sin embargo, ha anulado los descensos
A ese ámbito van
dirigidas especialmente las quejas de varias futbolistas, que el pasado 16 de
enero escucharon a Luis Rubiales, presidente de la Federación Española, decir
que “el fútbol femenino es una de mis prioridades” y, sin embargo, ahora
comprueban cómo desde el organismo se toma la decisión de cancelar la
competición a falta tan sólo de ocho jornadas por disputar, sin mostrar el más
mínimo interés en intentar elaborar un protocolo para ver la viabilidad de que
se juegue hasta el final. Se habla del coste que supondría tener los test (en
Alemania se han sufragado con el dinero que han puesto los equipos masculinos
que compiten en Europa), pero esa partida la podía haber cubierto el ente
federativo con el dinero que le ha sacado a LaLiga tras el pacto de Viana, que
marcará la hoja de ruta del retorno del fútbol. Ni siquiera se ha tenido el
detalle de consultar a los clubes, que van a tener que hacer frente a 600.000 euros
de pérdidas en concepto de derechos audiovisuales, su disponibilidad o su
parecer sobre el tema. Una falta de tacto que hace más doloroso si cabe a las
deportistas este final precipitado de temporada y que las hace dudar del
interés real por su actividad del dirigente que más debería velar por ellas.
Una de las
futbolistas que ha expresado su contrariedad con la manera de proceder de
Rubiales es Priscila Borja, histórica de la Liga Femenina, actualmente jugadora
del Betis después de muchos años en el Atlético de Madrid y que ha sido
internacional con España. Comenta a CTXT que “estoy muy disconforme con lo que
se ha hecho. Ni siquiera se han molestado en realizar un protocolo de actuación
y ver si era factible reanudar la Liga. El principal malestar viene de la falta
de interés en comunicarse, no ya con nosotras, que somos simple trabajadoras,
sino con los clubes, que son los que soportan el mayor gasto de la competición.
No es que se tome una decisión u otra, es que por lo menos sea consensuada con
las partes implicadas. Esa actitud por parte de la Federación ha dejado en
evidencia el desinterés que tienen por el fútbol femenino”.
La decisión, que
supone equiparar en este ámbito a la máxima categoría del fútbol femenino
español con divisiones amateur, como el fútbol juvenil masculino, significa
para la futbolista sevillana una contradicción entre lo dicho por Rubiales y lo
realizado realmente. “Se suele decir que del dicho al hecho hay mucho trecho y
el tiempo pone a todas las instituciones en su lugar y demuestran cuáles son
sus intenciones reales. Me siento decepcionada porque las declaraciones que
habían hecho desde la Federación eran darle prioridad al fútbol femenino,
tratándolo como un deporte profesional, aunque por la ley tan antigua que
tenemos no pueda ser así. De todas formas, si nuestro contrato laboral es
profesional y la ficha federativa que el club paga a la Federación también lo
es, no nos tendrían que comparar con el fútbol amateur. No entiendo qué por esa
anomalía de la ley, la Federación siga sin considerarnos profesionales”.
La Federación
también ha decidido conceder el título de campeón al Barcelona y otorgar al
Atlético de Madrid, en su calidad de segundo clasificado, la otra plaza para la
próxima Liga de Campeones. Sin embargo, ha anulado los descensos, otro aspecto
por el que Priscila Borja cree que habría sido mejor que se reanudara la
competición. “Me parece injusto valorar los méritos y no los deméritos, pero al
mismo tiempo debe resultar muy difícil asumir que desciendes en esta situación.
Por eso, para mí lo más justo habría sido jugarlo en el campo. Nos quedaban
ocho jornadas y era muy viable acabar la Liga”.
Algo que llama la
atención es que la FEF suspenda las dos primeras categorías del fútbol femenino
español, pero permita jugar la fase de ascenso a la segunda categoría
A raíz de conocerse
la suspensión de la Liga femenina, el Grupo Parlamentario Popular en el
Congreso ha presentado una proposición no de ley en la que insta al Gobierno, a
través del Consejo Superior de Deportes (CSD), a que revoque la decisión de la
Federación Española, que fue tomada “sin tener en cuenta ni el criterio de la
Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (ACFF) ni de la Asociación de
Futbolistas Españoles (AFE)”, al mismo tiempo que solicita que se inicien los
trámites para declarar a la competición como liga profesional. La Federación
Española ha querido negar cualquier tipo de discriminación de género en la
decisión tomada y en un comunicado señala que “considera temerarios
planteamientos que pondrían en riesgo la salud de los/as futbolistas, queriendo
acabar como sea una competición completa cuando no se disponen ni de los medios
materiales ni económicos para garantizarla”. Priscila no tiene “ninguna
esperanza” de que se vaya a cambiar la postura adoptada. “Cuando un organismo
tiene competencias absolutas sin rendir cuentas a nadie, da igual lo que diga
el resto. No recuerdo ninguna decisión de la Federación que haya sido revocada
después de ser aprobada”.
Algo que llama la
atención a las jugadoras es que la Federación suspenda las dos primeras
categorías del fútbol femenino español en virtud de las indicaciones
gubernamentales, pero, sin embargo, permita jugar la fase de ascenso a la
segunda categoría, una disputa en la que está involucrado precisamente el
filial del Betis. Si es peligroso que entrenen y compitan las futbolistas del
primer equipo, ¿no sucede lo mismo con las del filial? Priscila no se lo
explica. “Es una circunstancia que nos chirría. Se paran las Ligas por motivo
de salud, que puede ser comprensible, y en cambio el filial puede competir.
¿Qué medidas de seguridad se van a tomar con esas jugadoras? Es una
incongruencia que no me explico”.
La jugadora del
Betis reconoce que tiene muy claro qué le diría al presidente de la Federación
Española, Luis Rubiales, si tuviera la oportunidad de reunirse con él: “Le
pediría que de verdad nos dijera las intenciones que tiene con el fútbol
femenino, que quieren hacer. Algo que dé un poco de luz a lo que tienen
previsto para el colectivo. Siempre he sido bastante distante con las
decisiones que ha tomado la Federación porque en pocas ocasiones han favorecido
al fútbol femenino. No sé si de verdad tienen ganas de que este deporte sea
profesional y nos hagan sentir así a las jugadoras. Me gustaría preguntarle
porque no consensua más con los clubes, que son los que han sustentado la
competición”.
En la Liga Femenina
de baloncesto se suspendió la competición cuando apenas quedaban cuatro
jornadas de la fase regular y los play-offs en la lucha por el título, que ha
quedado desierto. De hecho, en condiciones normales, ya se habría terminado la
temporada. Aquí sí que la Federación se reunió con los clubes y ambas partes
llegaron al acuerdo de dar por finalizada la competición. Muchas jugadoras que
participaban en la liga ya tenían compromisos contractuales con equipos
estadounidenses para participar a partir de mayo en las ligas de verano de la
WNBA (campeonato de baloncesto femenino de EE.UU.) y eso hacía casi inviable
retomar el torneo en junio o julio, porque las plantillas no serían las mismas.
“Habría sido un sinsentido”, admite a CTXT Silvia Domínguez, internacional y
jugadora de Perfumerías Avenida, que marchaba primero en la clasificación, que
sí que reivindica la necesidad “de que se considere profesional nuestra
competición, que es una lucha que tenemos desde hace muchos años. Aunque no se
la cataloga como tal, nosotras nos dedicamos profesionalmente a esto y
dedicamos las mismas horas que le pueda dedicar un jugador de la ACB.
Necesitamos que se nos tenga en cuenta para muchas cosas. No finalizar la
competición se hace complicado y es duro mentalmente, igual que pensar que nos
quedan por delante varios meses sin competir”.
Forzado por las
circunstancias y por la legislación, el deporte femenino por equipos echa el
cierre a la temporada con la sensación amarga en algunas disciplinas, como el
fútbol, de haber sufrido un frenazo después del impulso que había logrado en el
pasado reciente. Priscila Borja reconoce que “tendremos que volver a construir
desde los cimientos, prácticamente, como el resto del país, pero de todo se
aprende. Hay que sacar lo positivo de esta situación y mirar al futuro con
optimismo”. Los responsables políticos y deportivos tienen en su mano ayudarlas
en ese objetivo.
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