JM AIZPURUA
Nos vieron
desbordantes por Benidorm, saturando el IMSERSO, sufriendo la edad de los
metales (plata, oro y plomo; y dejo a la perspicacia del lector localizarlos)
pero con un gran ánimo y confianza, armados con la pastillita azul. Fuego a la
pensión y leña a los ahorros. ¡Qué gran futuro se acercaba!
Pero nos llegó la
crisis, con los recortes, y las necesidades familiares nos comieron pensiones y
ahorros, y las panteras grises nos convertimos en gatitos falderos. Pero
aquello no fue nada. El maldito bicho del coronavirus nos dio la puntilla.
Nunca nos
imaginamos confinados, mal enterrados y abandonados a una franja, donde nos
aislaban olvidando que donde hoy estoy yo, mañana estarás tú. Tempus fugit,
muchacho.
¿Y que nos queda?
¿Se acabó el teatro? ¿Se acabaron las concentraciones de masas? ¿Ya no habrá
manifas ni protesta? ¿Ni iremos a la final?
Casi que no me
interesa mucho lo que viene.
Hoy sí que el mundo
del ayer murió, querido Stefan. Y el que viene es desconocido, pero viendo sus
arquitectos, no se hace atractivo. Y entre nosotros los panteras grises que
sobrevivan al bicho ya no encontraremos sitio en la nueva normalidad. Nos
refugiaremos en el “síndrome de la cabaña”.
Yo ya estaba harto
de que me dijeran que peligraba mi pensión y no la de Campechano, ni la de
curas y militares con graduación o las medallas de Billy. Tantos chupando del
bote y los viejos contra las cuerdas de una miseria mensual descendente a la
que además hacen retenciones fiscales. Ahora murieron miles de pensionistas,
pero el ahorro no será para el resto si no para fastos de infantas o misiles
que no sabrán usar. ¡Qué mundo!
Lo más jodido es
que no hay otro y lo dé; “que lo paren que me bajo”, ya ni hace gracia.
Por eso hay que
seguir luchando, con la cachaba o los que podemos con la pluma, no somos
pacíficos abuelitos de Heidi, somos los jóvenes que salieron a las calles en
los 60, que plantaron cara al fascismo, que arrancaron la Democracia a la que
se subieron muchos que tenían merecido el paredón. Que se sepa.
A todos no se nos
llevará el bicho por delante, seguro, y los que queden seguirán cachaba en mano
gritando su descontento por la farsa en que se convirtió el 78 y la mejora de
las condiciones de vida y de trabajo por las que lucharon, seccionadas ante la
tolerancia de supuestos representantes de las clases marginadas.
A unos se los llevó
la vida, a otros el bicho, pero los que quedan harán imposible la mentira facha
y nacional, reivindicando la Libertad de sus naciones y la dignidad de sus
marginados, sin que nadie con canas pueda presentar razones para justificar la
vuelta a las miserias del pasado paseando por Núñez de Balboa. Antes paseasteis
con abrigo loden verde y los nudillos de acero en el bolsillo, y dabais miedo.
Hoy dais risa.
Nosotros lo vivimos
y así os lo contamos. Viva Canarias y Gora Euzkadi.
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