PEDRO SÁNCHEZ VENDE ARMAS A ISRAEL
SARA
SERRANO
Según un artículo
de investigación de Pablo Elorduy en El Salto, se trataría de un contrato del
Ministerio de Defensa con la empresa Pap Tecnos, filial de la empresa israelí
de armamento Rafael Advanced Defense Systems, por el que se compromete a
comprar 1.680 misiles Spike LR2 valorados en casi 290 millones de euros
“La matanza indiscriminada de civiles inocentes, incluidos miles de niños y niñas, es completamente inaceptable. La violencia solo conducirá a más violencia. Tenemos que reemplazarla por esperanza y paz”. El mismo día que Pedro Sánchez pronunciaba estas palabras en el paso de Rafah, entre Egipto y Gaza, y que todas las plumas de la progresía mediática elogiaban su valentía y determinación en la defensa de los derechos humanos, trascendía que el Gobierno de España estaba ultimando la compra de más de un millar de misiles a Israel.
Según un artículo
de investigación de Pablo Elorduy en El Salto, se trataría de un contrato del
Ministerio de Defensa con la empresa Pap Tecnos, filial de la empresa israelí
de armamento Rafael Advanced Defense Systems, por el que se compromete a
comprar 1.680 misiles Spike LR2 valorados en casi 290 millones de euros.
“Armas testadas en
combate”. El material militar israelí tiene la ventaja competitiva de haber
sido probado sobre el campo de batalla contra la población palestina de los
territorios ocupados. Este es el caso de los misiles Spike que serán vendidos a
España. O el de la bomba Iron Sting, un nuevo tipo de munición de mortero
fabricada por Elbit Systems, que el Ministerio de Defensa israelí ha elogiado
por su precisión “quirúrgica”. El genocidio en Gaza de los últimos meses se ha
convertido en un gran escaparate para publicitar el uso de esta bomba y otro material
militar a costa de muchas víctimas civiles. Sin ir más lejos, sólo en el último
mes, Israel ya ha asesinado a más de 15.000 palestinos, un 40% de los cuáles
son niños y niñas. Un número de muertos que supera ya la cifra de la Nakba, la
gran catástrofe de 1948. A esto hay que añadir el bombardeo de hospitales,
escuelas, campos de refugiados, ambulancias, convoyes humanitarios y el
asesinato de periodistas y cooperantes internacionales.
Pero esta no es la
primera vez que Israel prueba su armamento en combate. Otro ejemplo es lo
ocurrido en 2008 durante la Operación Plomo Fundido en la que más de 1.300
palestinos fueron asesinados. Entonces, la operación militar sirvió para
promocionar el dron Heron que posteriormente fue comprado por más de 20 países,
entre ellos la India y Turquía. Este dron fue publicitado por su fabricante, la
Israel Aerospace Industries, como un arma “probada en combate”.
Otro ejemplo de
armas “testadas sobre el terreno”, es decir, a costa de vidas humanas en los
territorios ocupados, son los drones Hermes 450 y 900, fabricados por Elbit.
Estos vehículos aéreos no tripulados fueron desplegados en la campaña contra
Gaza de 2014, en la que recordemos hubo en torno a 2.500 víctimas mortales. Tal
y como cuenta Elorduy, desde entonces Elbit ha firmado más de 120 contratos de
venta de estos drones con países como Azerbaiyán, que los ha utilizado en
Nagorno Karabaj.
Elbit Systems, es
la principal empresa de armamento de Israel y una de las diez empresas más
importantes del mundo en el desarrollo de la conocida como “tecnología de las
fronteras”, es decir, en la construcción de muros. Basándose en su experiencia
en la construcción y el mantenimiento del muro de Cisjordania, Elbit ha
exportado su tecnología a otros países. Por ejemplo, a Estados Unidos, donde el
Departamento de Seguridad Nacional de la administración Obama le encargó la
construcción del sistema fronterizo entre México y Arizona, por un valor de 145
millones dólares.
Volviendo a España
las relaciones militares entre nuestro país e Israel se han desarrollado en
paralelo a sus relaciones diplomáticas. El 16 de enero de 1986, España firmó el
acuerdo de relaciones entre ambos países en La Haya, poniendo fin, en palabras
del entonces ministro de exteriores de Felipe González, Francisco Fernández
Ordóñez, a una “anomalía histórica”. Dos años después, la principal compañía
armamentística de Israel, la Israel Aircraft Industries, estableció una oficina
permanente en nuestro país para facilitar la cooperación militar entre España e
Israel.
A finales de los
años 90, se firmaron los primeros acuerdos militares con Israel que estuvieron
centradas en la modernización de vehículos de combate, simuladores de vuelo y
el intercambio de otro material aeronáutico. Desde entonces las relaciones entre
ambos países no han dejado de avanzar. Entre 1998 y 2014, España exportó
«material de Defensa» y armas cortas a Israel valoradas en más de 25 millones
de euros, además de otros 8,6 millones en material de doble uso civil-militar.
Y en el último año, las ventas totales de material militar de España a Israel
ascendieron a los 9,29 millones de euros, que correspondieron a aeronaves,
cámaras, equipos sensores de imágenes por radar, bombas, torpedos, cohetes y
misiles.
Según el Centre
Delàs estas exportaciones violarían la normativa comunitaria. Los firmantes de
este estudio señalan que se estarían violando hasta ocho criterios de la
Posición Común 2008/944 por la que se definen las normas que rigen el control
de las exportaciones de tecnología y equipos militares. En concreto, el
“respeto de los compromisos y obligaciones internacionales de los Estados
miembros”; el “respeto de los derechos humanos en el país de destino final”; la
“situación interna del país de destino final, en relación con la existencia de
tensiones o conflictos armados”; el “mantenimiento de la paz, la seguridad y la
estabilidad regionales”, o el “comportamiento del país comprador frente a la
comunidad internacional, en especial por lo que se refiere a su actitud frente
al terrorismo, la naturaleza de sus alianzas y el respeto del Derecho
internacional”.
Sin embargo, tal y
como apuntan desde el Centre Delàs, para Israel es mucho más importante lo que
vende que lo que compra. Y para España, Israel es su noveno suministrador de
material militar. Según datos del Ministerio de Defensa, sólo en 2017, las
importaciones de armas provenientes de Israel ascendieron a los 29,15 millones
de euros. Y algo que contribuye enormemente a la opacidad de las relaciones
entre ambos países es que las deliberaciones sobre las autorizaciones de
exportaciones de material militar son catalogadas como secreto de Estado. El
secreto en el comercio de armas impide que este sea conocido por la opinión
pública y que sea sometido a debate parlamentario. Además, tal y como indica el
Centre Delàs, jurídicamente, esta clasificación de secreto vulnera la Ley sobre
Secretos Oficiales, que sólo permite declarar como secreta aquella información
cuyo conocimiento público “pueda dañar o poner en riesgo la seguridad y defensa
del Estado”.
Cuando Pedro
Sánchez viaja a Tel Aviv y habla del “derecho de Israel a defenderse” está
legitimando los negocios de la industria militar israelí. Una política
realmente valiente pasaría por llevar a Netanyahu a la Corte Penal
Internacional por crímenes de guerra; romper las relaciones diplomáticas con
Israel; establecer sanciones económicas contra su cúpula; o implementar de
forma inmediata un embargo de armas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario