EL KILÓMETRO 24 DE LA TF-5 Y EL ELEMENTO PERDIDO .
QUICOPURRIÑOS
Es a esa altura justo, de nuestra popular Autopista del Norte, donde se alza esa hermosa casona de estilo canario, con ermita incluida, con su campana que podía llamar a misa y todo, rodeada de bonitos jardines y huertas para plantar. Perteneció, durante décadas ,a la familia de tanto arraigo en la isla, los Guimerá Ravina, numerosa como tantas otras de la época. Los vástagos, nacidos mitad y mitad entre Tenerife y la Isla de enfrente, a consecuencia de los cambios de destino del pater-familia, notario para más señas, daban para formar un equipo de fútbol, en el que padre y madre actuarían como cuerpo técnico.
No es de extrañar entonces, que con tanto descendiente, no
fuera yo a coincidir con más de uno. Tino, Angel Luis, Tota, o Boti, por
edad,los más cercanos, pero entre ellos, es Tino el protagonista de mi
historia, por compartir colegio en una
época , el dirigido por esos que además de sotana llevaban baberito y porque su
pasión le llevó a fundar un grupo scout a cuyo fin logró que los curas le
cedieron unos cartuchos en el patio de arriba , justo debajo de donde el
recordado hermano Augusto, que antes que fraile dicen que fuera boxeador, tenía
instalado su peculiar negocio de alquiler de colorines y balones, lo que le
generaría algún que otro beneficio, digo
yo que el suficiente para alimentar a su inseparable pastor alemán, de nombre " campeón " si la memoria
no me falla. Y fue en ese local donde se gestó el grupo "Echeyde",
como el volcán, integrado por dos patrullas, castores y halcones, que
congregaba a siete mocosos cada una, "pietiernos " en lenguaje
esculta . Y Tino ya era nuestro jefe cuando la década de los sesenta tocaba a
su fin. Han pasado años, más de cincuenta, y el recuerdo sigue vivo. Aquello
de, Scout una vez Scout para siempre, debe ser verdad porque aún hoy ,cada vez
que hablamos, ahora por wsap, parece que
estamos quedando para una nueva caminata o acampada por nuestros bosques y es ,
quizás por ello , que cada vez que
enfilo la Tf-5 después de sobrepasar el desvío de El Sauzal, reduzco la
velocidad y miro a la derecha, donde se levanta
con la humildad de los grandes, la casa que tantos recuerdos me trae de
mi infancia y juventud, esa que se
reconoce por la centenaria Araucaria que la distingue . Cuando llevábamos
pantalón corto nos la mostró Tino por primera vez. Allí, después de la merienda
de rigor, nos descubría cada sala,estancia o habitación de lo que hoy llamaríamos un
casoplón, pero él contándonos su historia,sus orígenes, la procedencia o
identidad de cada cuadro que colgaba de sus paredes, la razón de ser de aquella
pequeña ermita,dejando ver ya y desde entonces que su futuro profesional
estaría ligado a la historia, a la
enseñanza, a la universidad, a la
investigación histórica. De eso ya nos habíamos "dado de cuenta" pues
, cuando ni todavía estaba cursando
" Zorro Alegre" el preuniversitario de entonces y abusando de
su posición de Jefe del Grupo Scout que dirigiera, nos contaba una y otra vez
la historia del desembarco de Nelson en las Playas de Añaza, la pérdida del
brazo del almirante inglés y la generosidad, astucia y grandeza del General
Gutiérrez.
Me contó alguien
que esa casa, la de alguna que otra merienda de mi juventud,
ha pasado a otras
manos, tras acordarse la venta por sus herederos. Y entonces me pregunto, acaso la venta incluyó a ese "elemento
perdido o extraviado "que refugio encontrara en los jardines de la casa
con Araucaria y Ermita del km 24 de la Tf-5, ese mismo "elemento "que
diera nombre a un emblemático rincón de la ciudad que quisiera abordar Sir
Horacio Nelson, o quizá alguno de los herederos le ofreció cobijo en otro lugar?
quicopurriños
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