LA FRUTA DE OROS
GUILLEM
MARTÍNEZ
-RESUMEN DE LO PUBLICADO. Sánchez ha practicado una ruptura cultural –lo que no es, a priori, bueno o malo, sino exótico; sucedió lo mismo en su día, por ejemplo, con el bikini; o con todo lo contrario, la rebequita–. A saber: establecer un cordón sanitario con el PP. Tirar cables a sus votantes, pero ubicar al PP fuera del trademark democracia. Se acaba –veremos si realmente, o solo oficialmente– el cuento del consenso constante más allá de la muerte y la unión de todos los demócratas que bla-bla-bla. Queda seriamente inutilizada una forma de hablar de la derecha desde los 90. Además, Sánchez hizo todo eso –con singular gracejo, se debe señalar– tratando a Feijóo como si fuera una sobreactuación, una anécdota. Como si fuera, vamos, el representante de El Salvador en la OTI con el tema Sueños. Mientras eso sucedía, Ayuso formulaba la época en la zona VIP del hemiciclo. Escupiendo por el colmillo mientras exclamaba para sí, dos puntos, hijo-de-puta, en lo que es un serio indicio de que Ayuso, la gran intelectual del PP, carece de la capacidad para el monólogo interior.
Algo, por
otra parte, muy extendido por aquí abajo, donde en un cenorrio es habitual que
la marquesa se levante y, para excusar un periplo al excusado, exclame: me voy
que me estoy XXXXXXX por la pata abajo. Por lo demás, el programa de PSOE-Sumar
parece girar sobre cuatro ejes: a) derechos e igualdad, b) algo –no
necesariamente estructural, que no hay mayorías para ello; no se pierdan, en
todo caso, el punto 1389– en lo territorial, c) cosas en la economía y en el
bienestar, aprovechando la ola que viene de Estados Unidos, y que tiende a
visualizar el fin de la globalización y, con ello, cierta recuperación del
Estado, de manera que el Estado interviene en el mercado para salvarle la vida
–más, por cierto, que en la sociedad, para salvarle la vida también–, y d) algo
que apure, si bien no supere, las directrices de la Comisión –no siempre
chachis o/y pirulis, por otra parte–, al menos, hasta verano de 2024, momento
en el que la nueva extrema derecha puede, o no, acceder a la pomada y a la
Comisión, y Sánchez, sus circunstancias, y hasta el gato, pueden acceder, con
ello, al aceite de ricino del siglo XXI, que vete a saber lo que es, pero que
espero que tenga gusto a menta. La pregunta es: ¿a), b), c) y d) es suficiente
para frenar a la extrema derecha, ese llenapistas europeo, americano y
asiático? Pinta que no. Estamos, no obstante, en territorio inexplorado, como
cada día desde la crisis del 2008.
-DECÍAMOS AYER.
Ayer también, por cierto, Sánchez intercambió turnos de palabra con dos
nacionalismos incluidos en el Pacto por la Sanchezidad. Lo que es importante,
pues Sánchez no aludió en su programa de Gobierno a lo pactado previamente con
grupos nacionalistas. Sinopsis. ERC/Rufián estuvo preocupado, en su actuación
televisiva, por marcar distancias sofisticadas, para iniciados, con el PSOE y,
más aún, con Junts. En lo que es una metáfora del pitote epistemológico de esta
izquierda indepe más vinculada a la propaganda que a un itinerario claro,
defendió ante el PP que Esp no se rompe nunca jamás. Lo que tiene guasa. Una
función de ERC en MAD es, por cierto, dar para el pelo a Comuns –lo que hace
muy bien, ya puestos–, a quien interpreta como su competidor directo en el
mercado electoral cat. Ayer, en todo caso, lo hizo, indirectamente y por la vía
del mutis, cuando desde el pack Pablo Iglesias se empezó a establecer, vía un
programa de radio en BCN, la ruptura entre Podemos y Sumar. Veremos antes de
las elecciones europeas las dimensiones del chiste o del naufragio que todo
ello supone. Junts estuvo preocupado, en su actuación televisiva, por marcar
distancias sofisticadas, para iniciados, con el PSOE y, más aún, con ERC. No
obstante, se le fue la bola con la simulación de su enfrentamiento calderoniano
con el PSOE. La razón: Junts está luchando por la interpretación de su pacto
con PSOE –ojo, no pugna para nada por el texto de la amnistía, una asunción de
la CE78 à gogó, por otra parte–. Un pacto en el que no se ofrece mucho, salvo
la posibilidad de interpretarlo para emitir propaganda victoriosa. Lo que está
haciendo, de hecho, desde la firma del pacto. El PSOE, a su vez, está siendo
inapelable en ello. No para de emitir notas al respecto, explicando, por ejemplo,
que las comisiones de las que habla el pacto no son parlamentarias, como
sugiere Junts, sino de broma. Ayer, por ejemplo, Junts chuleó al PSOE, amenazó
con abstenerse en la votación de hoy si no participaba de su propaganda. Si no
sustituía el palabro diálogo por el palabro negociación, si no aludía a la
amnistía no como perdón, sino como un fenómeno universal que debería guardarse
en el Área 51. La crisis se solucionó rapidito con un cambio de matices en
Sánchez –tan matizados que, de hecho, a mí se me escaparon–.
El próximo pleno de
la Eurocámara abordará la amnistía, esto puede quedar en un espectáculo
propagandístico de una extrema derecha que puede reinar
-AMNISTÍA, ESA
FRUTA. Antes de empezar con lo de hoy –que será rapidito–, un inciso. Sobre la amnistía.
Si bien estamos en territorio inexplorado, como cada día desde la crisis del
2008, etc, también es cierto que, como les decía en mi articulete del 14 del
11, la amnistía y su contexto hacen prever una azarosa aplicación. Además de lo
especificado, es una amnistía muy ajustada, muy hecha a medida. Por lo que un
juez esp –siempre celoso de la aplicación de la ley, siempre consagrado al
arduo trabajo, siempre en una orgía de independencia judicial, etc.– puede
modificar los actuales cargos de una causa, y enviar, con ello, la amnistía al
garete para su caso concreto, por ejemplo. Verbigracia: la aparición de los
cargos de terrorismo en una causa, zas, hace una escasa semana, puede haber
expulsado de la amnistía a los usuarios de la causa Tsunami, y a todos los CDRs
ubicados en la operación Judas. Veremos. En Europa –donde, todo apunta a ello,
se solucionará, o no, la cosa en última instancia, si bien no se sabe cuándo–,
se están despejando nubes, se diría. Didier Reynders, el comisario del ramo que
adoptó momentáneamente las preocupantes formas de la extrema derecha esp –pidió
el texto de la amnistía al Ejecutivo, y no al Legislativo, y todo eso antes de
que el texto existiera–, parece haber abandonado esa vía dramática. Joaquín
Almunia, excomisiarette, ha sembrado indicios de que la Comisión no tendría
problemas con la amnistía. A ver si también sucede lo mismo con el TJUE. El
pleno de la próxima semana, en el que la Eurocámara –esto es, nada, nadie–
abordará la amnistía, se puede quedar en un espectáculo propagandístico de una
extrema derecha que, en 2024, puede reinar. Y, en esta dinámica de vuelta de
los Estados, participar, potenciar determinados partidos en los Estados. Algo
que ya está sucediendo, de alguna manera, con otros partidos, esta mañana a
primera hora.
-EN EL DÍA DE HOY.
Vamos que nos vamos. Bildu/Aizpurua ha aludido a abrir el debate plurinacional
y el modelo territorial europeo, uniendo eso a un combo económico y social, a
la “transformación social”, a una “democratización del Estado” y a una lucha
contra el Deep State, esa cosa hoy más superficial que deep. Alusiones a
Palestina, ese acceso a la autoformulación de las izquierdas peninsulares. PNV,
más incómodo que Bildu con este pacto, y en franca y dramática competencia
electoral con Bildu, emite desde la ausencia de fe respecto de sus pactos con
PSOE, si bien remitiéndose a ellos. Parece añorar otro PP. Pero, como no hay
ese otro PP, se chotea del actual. BNG/Rego. Palestina y precalentamiento para
elecciones gallegas. UPN/Catalán llora ante el mundo el chantaje non-stop de
los indepes, que ya ha matado a varios gatitos. En lo que es una prueba de que
no existe la Internacional Carlista, arremete contra la amnistía y Puigdemont.
Antes que UPN ha hablado CC/Valido. Lo que nos lleva al punto 1389.
-1389. La portavoz
de Coalición Canaria suena como el PNV en un spot de plátanos. Se pronuncia
contra la amnistía. Pero también dialoga con Sánchez sobre la crisis migratoria
canaria. Importante: con esta crisis la extrema derecha esp debería haber hecho
su agosto. Y no lo ha hecho. Esto es, no ha podido hacerlo. Lo que habla de
cierta planificación y coordinación estatal y autonómica frente a la crisis
humanitaria. Y, más aún, del estado actual, de absoluta incapacitación, del
pack PP-Vox, que no pueden rematar pelotas fáciles al vuelo. Lo que ilustra
también, más aún, lo que ha pasado en este Parlamento desde ayer. Otro asunto
importante, tal vez un indicio importantísimo: Valido aludió a la asunción de
la plurinacionalidad –como Bildu, como todos los grupos nacionalistas, de una
forma u otra–. Y, como Sánchez ayer, pareció que unía esa posibilidad al marco
europeo, no al esp. Quizás el intento, si se produce, pasará por una exhibición
constante de la plurinacionalidad en la UE, a través, por ejemplo, del uso de
lenguas cooficiales –que ya veremos; no se animen mucho al respecto, me dicen–,
pero también a través de la presencia de delegaciones de las naciones
peninsulares, junto al Estado, en temas de su interés y competencia. Sí, es un
procecismo. Es imposible, con las mayorías actuales, que sea lo contrario, una
reforma constitucional. Sería, así, algo sin papeles, sin plasmación legal.
Pero igual, y según cómo, puede adquirir oficialidad, la solidez de la
costumbre o, al menos, del precedente. O no. Veremos.
A las 13:14 Sánchez
es proclamado presi. Con 179 votos a favor, con mayoría absoluta, ese objeto de
otra época
-OVACIÓN Y CIERRE.
Votaciones. A las 13:14 –hora española; a las 20:19 en Ulán Bator– Sánchez es
proclamado presi. Con 179 votos a favor, con mayoría absoluta, ese objeto de
otra época, no nos engañemos. Significará muy poco en esta legislatura, con dos
o tres partidos de guerra cultural, esa inestabilidad fluctuante, comunicando
por un tubo todo el día. Son, en total, ocho partidos pactándose encima, lo que
confiere a este pacto la dimensión de un pacto en la II República, ese objeto
rechazado, y evitado con la ley electoral, antes, incluso, del 78. Se trata de
los votos de 12,6 millones de personas. Pas mal. Feijóo se acerca a Sánchez y
le afea su error. Si le hubiera besado en el morro esto sería El Padrino II. La
pregunta es: ¿a), b), c) y d) es suficiente para frenar a la extrema derecha,
ese llenapistas europeo, americano y asiático? Una vez expulsado el primer
partido de la democracia, ¿qué se hace? Si se plantea implícitamente el Deep
State, ¿qué se hace para paliarlo? ¿Cómo se reforma la Justicia, esa cosa que
no ha aparecido en el debate de investidura? Territorio inexplorado. Crisis del
2008. Cada día.
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