NOVIEMBRE
DUNIA SANCHEZ
Está ahí, esa
maleta donde los viajes son esencia humana. El asombro disemina cada existencia
en una sola y nos repartimos entre tierras donde las mareas azotan. Nos da
miedo…si, hay miedo cuando cruzamos y colgamos las sogas que nos tiran hasta
agotarnos más allá de esa frontera que es el océano. Somos islas, como tales
somos nómadas en la sombra de las raíces de esta tierra, de otras tierras. Está
ahí , esa maleta naranja donde los viajes se consumaron hasta la desmemoria.
Ahora, me asomo y distante , con los hombros caídos y los ojos cerrados admiro
las maravillas de esta madre tierra tan pequeña que de un soplo se pierde en el
cosmos ¡Qué majestuosos monumentos¡ Que capacidad de embellecer lo que se ha
ido , ahora, en nuestros recuerdos del ayer. Considero que no es una perdida de
tiempo ¿qué es el tiempo? Un espacio ramificado a nuestro antojo, a nuestras
necesidades. Es noviembre y hace calor. Cada viaje, cada paseo esta contenida
en el abrazo de la experiencia. Y vamos envejeciendo o más bien madurando y nos
hacemos más observadores. Observar la dimensión humana en este apartado lugar
del Universo. Qué habrá más allá. Una amplitud difusa de contener en nuestros
pensamientos, en nuestros estudios. Quizás más allá de nosotros suspire de la
misma manera . Quizás alguien sueñe nuestro sueño con pinceladas reales de lo
que puede ser. Está ahí, esa maleta que me acompaña, esa maleta naranja. Ha
visto mundo donde entorna en la misma hoguera. Seamos conscientes, apartémonos
del egocentrismo y seamos sensato. De la misma forma seamos honestos con
nosotros mismos, con nuestra fuerza, con nuestra voluntad, con nuestros pesares
y andemos donde las miradas florecen.
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