jueves, 9 de noviembre de 2023

DOS MIL EUROS Y UNA FELACIÓN

 

DOS MIL EUROS Y UNA FELACIÓN

POR ANA PARDO DE VERA

El nivel de la (ultra)derecha para sortear una condena explícita de la violencia que se ha vivido en Madrid estos días, en un intento antidemocrático de abortar la posibilidad de que se reedite la coalición de Gobierno progresista -que éste y no otro es el motivo de los violentos y sus instigadores: saltarse las normas básicas del parlamentarismo porque solo pueden gobernar los suyos, PP y Vox- ha alcanzado cotas clamorosas de humor surrealista.

 

El “yo condeno, pero…” de los dirigentes del partido de Alberto Núñez Feijóo, él incluido, nos lleva estos días a la mítica frase de Tarradellas: “En política es pot fer tot, menys el ridícul”, ya saben, “En política se puede hacer de todo menos el ridículo”. Efectivamente, tras los tuits del presidente del PP y de su equipo culpando al protagonista contra el que iban las concentraciones, Pedro Sánchez, de ser violento consigo mismo (en idioma machirulo, como lo de “llevabas la falda tan corta que te violaron”), la presidenta de la Comunidad de Madrid llegó y mandó callar con una condena contundente en la Asamblea a los altercados y una crítica igualmente dura contra separatistas-etarras-bolivarianos- socialcomunistas-satánicos. Isabel Díaz Ayuso, no sabemos -aunque sospechamos- si por fastidiar a Feijóo o porque realmente estaba preocupada, dejó a su líder y su séquito del “condenamos, pero…” a la altura del ridícul.

 

Faltaban, no obstante, los prebostes del despropósito para culminar unas jornadas lamentables para la democracia, que han sacado de sus cavernas a los neandertales franquistas, nazis y otras especies nauseabundas, liderados y espoleados por Vox y, escondido detrás de Abascal, también por el PP. El alcalde de Madrid, que en su “condeno, pero…” quiso meter otro clásico, el “y tú más”, se hizo las neuronas un lío y propuso comparar los altercados en Madrid con los de Barcelona ocurridos tras dictar el Supremo la sentencia contra el procés. A Almeida solo se le ocurrió decir esto: “En Madrid somos (¡!) bastante más civilizados que eso que pasó en Barcelona en 2019, mientras cuantificaba los destrozos de los ultras en tres contenedores y cinco cubos de basura. “Son 2.000 euros y serán repuestos hoy”. ¿Qué pensarán los agentes heridos, los civiles ídem, los dueños y dueñas de motos carbonizadas, de coches apaleados…? ¿Habrán votado a Almeida en mayo? ¿Lo seguirán haciendo? Mi curiosidad respecto a esto es tan infinita como mi ignorancia sobre qué puede pasar por la cabeza del alcalde cuando se le ocurren estas cosas.

 

Dejo para el final la parte zafia del asunto, que viene de Vox, por supuesto, porque siempre se superan: cuando creemos que ya no pueden ser más miserables, vuelven con otra peor que la anterior. El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, un habitual de estas páginas, tuvo a bien insultar a dos procuradoras de las Cortes del PSOE autonómico haciéndoles el gesto de una felación mientras hablaban. Juan García-Gallardo dice que hacía el gesto de llorar, porque los del PSOE “son unos llorones” y porque todo el mundo sabe que la forma en que se simula una mamada es la misma que aquella con la que se retrata al llanto de los ojos. Poco lloran, desde luego, los socialistas por tener que debatir a diario con semejante insulto a la inteligencia de todas. Mi admiración la tienen, qué paciencia…

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