MOTIVOS DE LA “PAUSA” DE BIDEN DENTRO
DE UNA ESTRATEGIA CRIMINAL
La masacre que ahora se ejecuta en Gaza
es parte de un genocidio prolongado y colosal.
La autoría corresponde a Israel y EEUU…
dos conspicuos componentes del ultra terrorismo de Estado desplegado por el
capitalismo imperialista en esta fase de su decadencia agresiva.
El número total de muertos en estos 27
días de bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza supera los 9.000.
Desde Gaza, Fadi Abu Shammalah, de la organización Just Vision. describe la situación que está viviendo su familia y muchas otras en estos momentos en los que el territorio sitiado se está quedando sin agua, alimentos y combustible: “Solo tenemos en claro una cosa: que nos están matando”, afirmó y pidió a los estadounidenses que “continúen” con las manifestaciones por los derechos de los palestinos, destacando que: “sus impuestos se están usando para matarnos”.
Hay muchos componentes del llamado
progresismo estatal mundial que se indignan y denuncian el horroroso genocidio,
y eso es positivo y a la vez insuficiente, en tanto insuficiente sigan creyendo
en la posibilidad de que el capitalismo-imperialismo occidental pueda
despojarse de su naturaleza criminal, de su carácter delincuente y guerrerista,
de la voracidad de sus corporaciones, de lo que está haciendo la OTAN en el
mundo
La guerra es un gran negocio de
importantes sectores de las elites mega capitalistas, que controlan Estados
poderosos; y, además, un medio de conquista y reconquista de hegemonía a través
del uso del poderío militar, sin reparar en grados de crueldad, pueden llegar a
lo nuclear.
Ese es ese imperialismo, y no tiene
intención de recular y no es suficiente lo que se ha hecho… se requiere un
levantamiento mundial que lo acorrale y derrote políticamente dentro y fuera de
sus países.
El actual sistema de dominación es
incompatible con la paz, la justicia y la sostenibilidad ambiental… le cierra
el paso a otro mundo posible, justo y solidario.
Ese sistema no cede en lo esencial, que
más bien cambia frecuentemente para peor dentro de una estrategia de mediano y
largo plazo esencialmente destructiva, motivada por la reconquista de hegemonía
absoluta y por la apropiación de recurso vitales para prolongar su modelo
consumista y dispendioso en interés de garantizar cada vez más súper-ganancia
para quienes se creen dueños del mundo.
En ocasiones, EEUU, como potencia
suprema de ese sistema (consumada la subordinación de Europa Occidental),
saturado su gobierno de turno de intensas y crecientes críticas y protestas
internas y externas -como acontece ahora- recurre a ciertas maniobras políticas
y mediáticas para reducir temporalmente las presiones en su contra.
Es el caso de la
actual sugerencia de Biden, mostrándose partidario de una “pausa” en los
bombardeos y de la instrumentación de corredores para la ayuda humanitaria;
mientras Israel no cesa de bombardear. El amo “flexible” y su engendro endurecido,
pero la pausa no incluye el retiro de los portaviones, ni del subsidio
estadounidense a Israel
Y no es para menos en la difícil
situación de la Casa Blanca. Es que lo que ha acontecido con la explosión de la
cruel caldera de Gaza marca un viraje contra la impunidad de la brutal
dominación del capitalismo imperialismo que ha ejercido el poder capitalista
mundial durante varios siglos y ha engendrado una civilización burguesa,
patriarcal y racista en franca descomposición
Cambio en la coyuntura
y en la correlación de fuerzas
La explosión de la caldera de Gaza,
apuntando hacia el exterior de la “Valla Inteligente”, como detonante de un
genocidio colosal ejecutado por el poderoso y criminal ejercito sionista con
fuerte apoyo estadounidense, ha provocado precisamente lo que hacía falta:
1. La indignación mundial
contra el régimen fascista de Israel y el imperialismo estadounidense.
2. La determinación
confrontativa de Irán y su Guardia Revolucionaria contra el genocidio sionista.
3. La activación de fuerzas
militares de otros Estados vecinos, defensores de Palestina.
4. Las acciones ofensivas
de otras organizaciones político-militares islámicas.
5. La creciente
indignación de una parte de la población judía a escala nacional y mundial, y
enormes movilizaciones de migrantes del Medio Oriente, África y del “tercer
mundo” en las capitales europeas y norteamericanas.
Estas son claras señales de que la
horrorosa y brutal respuesta del Estado terrorista de Israel, escoltada por los
portaaviones estadounidenses, está revirtiéndose a sus autores de una manera
inesperada.
La reacción mundial contra el holocausto
palestino, la enérgica condena de pueblos y Estados –incluidas poblaciones
judías- está acorralando a Israel, EEUU y sus aliados.
Y esto revela que la tendencia
predominante, pese la progresiva destrucción de Gaza y el avance del genocidio,
sigue siendo –y cada vez en forma más acelerada- la perdida de hegemonía del
sistema imperialista occidental y la agudización de la crisis de legitimidad de
sus Estados Terroristas.
Gran oportunidad para sumar más fuerzas
militares y civiles, más estados y más pueblos, para acorralar a los
estados-verdugos en mayor grado y levantar sus propios pueblos contra su guerra
global desatada contra la humanidad a principio de siglo.
Este es un propósito inmediato de
extraordinario valor coyuntural, que debería enlazarse con el desarrollo de la
conciencia, organización y unidad de las diversas vanguardias capaces de asumir
una estrategia definidamente anti-capitalista y una propuesta alternativa
profundamente transformadora, socialista y liberadora de todas las opresiones y
discriminaciones.
Los crueles designios del imperialismo
occidental sólo pueden ser contrarrestados, debilitados y finalmente
derrotados, con una GRAN CONFLUENCIA MUNDIAL de Estados, gobiernos, movimientos
políticos y sociales, y pueblos en lucha; cada uno con sus roles y sus
particularidades, todos unidos respetando la diversidad multicultural e
ideológica. MARCHANDO Y GOLPEANDO JUNTOS EN TODO LO QUE SE PUEDA, O GOLPEANDO
JUNTOS Y MARCHANDO SEPARADOS EN LO QUE NO.
Es imprescindible un gran polo
multicolor contra el imperialismo occidental y sus guerras para defender la
autodeterminación, la vida, la libertad y los derechos de la humanidad y de la
Madre Tierra; amenazados también por el calentamiento global y por todas las
depredaciones al patrimonio natural de la humanidad, que demuestran que el
capitalismo es un sistema ambiental y humanamente insostenible.
Es trascendente conformar fuerzas
político-sociales anti-sistémicas, transformadoras, consecuentemente
antiimperialistas y anticapitalistas.
La unidad en amplitud, con fuerte
contenido contra la guerra y por la paz, y la recomposición de las fuerzas
políticas conductoras, de nuevas vanguardias revolucionarias, son exigencias
del tipo de crisis, de la guerra impuesta por EEUU y sus aliados, y de la
dominación actual.
Es una exigencia para alcanzar la
victoria contra los crueles designios de la OTAN y de los Estados terroristas
de EEUU e Israel, asumiendo a la vez metas y transformaciones superiores: la
lucha por un mundo solidario y sociedades justas, sembrando persistentemente
cada vez más nueva democracia y nuevo socialismo.
Por Narciso Isa Conde
* Imagen: Joe Biden. Autor Gage Skidmore. Licencia genérica Creative
Commons Attribution-Share Alike 2.0
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