SEÑORES X
ANA PARDO DE VERA
Cada trama de corrupción política tiene su X, su autorizador, su responsable máximo, su mayor beneficiado/a pero también, el más perjudicado si se llegara hasta el final de las investigaciones o de las responsabilidades políticas... En España, en la alta política (un decir), tenemos varios. El más popular de nuestros señores X fue el del primer Gobierno socialista del postfranquismo, cuando se prácticó el terrorismo de Estado para acabar con ETA mediante la creación de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL).
Otro señor X muy
afamado es el de la trama Gürtel, ese complejo entramado de corrupción en el
seno del Partido Popular tejido gracias a un empresario llamado Francisco
Correa, hoy en la cárcel, y sus contactos al máximo nivel en el PP. Sobornos,
mordidas, autorizaciones ilegales, eventos, viajes pagados a cargos
públicos..., todo lo conseguían Correa y su equipo gracias a corrompidos
políticos del PP, principalmente, de la Comunidad de Madrid y el País Valencià.
Correa y su principal socio Álvaro Pérez se encargaban también de la
organización de los actos electorales del PP y otros particulares de políticos
de este partido, como Ana Mato y Jesús Sepúlveda, ambos integrantes del clan de
Valladolid que impulsó a José María Aznar a la Presidencia del Gobierno.
Correa, Pérez, Mato y Sepúlveda, entre otros muchos, estuvieron en la boda de
la hija menor del citado Aznar, un evento con ínfulas de boda regia y en el que
Correa fue testigo del novio, Alejandro Agag, que a su vez, ejerció de asesor
presidencial en La Moncloa. Todo queda en casa.
De la Gürtel surgió
el caso Bárcenas, que comparten el mismo señor X, aunque todo apunta a que se
solapó con un segundo señor X y tal vez un tercero (sí, el poder en España ha
sido esencialmente masculino, salvo contadas excepciones), que se limitaron a
actuar conforme a una corrupción estructural que está datada, al menos, de los
tiempos de Alianza Popular (hoy, PP) en Galicia, cuando el contrabando y el
narcotráfico pagaban a políticos y funcionarios para que hicieran la vista
gorda ante sus delitos. Lean y/o vean Fariña (Libros de K.O.), de Nacho
Carretero. El caso Bárcenas ha revelado un sistema de financiación opaco en el
Partido Popular que, según alguno de sus responsables encarcelados, viene de
muy lejos.
Estos días ocupa
las portadas de los periódicos la trama Kitchen. Como en todos los casos
anteriormente mencionados, el Cocina (en castellano) tiene a su señor X, que
seguramente -y como en los hechos delictivos anteriores- se vaya de rositas,
penalmente hablando, porque políticamente ya habría pagado con la pérdida del
poder, como le ocurrió a sus antecesores, por cierto. Unos antes y otros,
después; unos más y otros menos, sin pedir perdón ni arrepentirse, negando todo
hasta el último momento, los señores X se acabaron yendo por la puerta pequeña.
Casado debe
responder por Kitchen
Casado debe
responder por Kitchen
La trama Kitchen,
contaba la semana pasada Carmen Morodo en La Razón, tiene "un muro"
que impedirá pasar de la imputación de Dolores de Cospedal, que fue secretaria
general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, a la imputación de Mariano
Rajoy, expresidente del Gobierno y del Partido Popular. El periódico que dirige
Francisco Marhuenda da detalles que ponen los pelos de punta -o deberían- sobre
los razonamientos que circulan en la dirección del PP para confiar en que la
investigación del juez Manuel García-Castellón no llegue a Rajoy:
"Rajoy
«todavía tiene sus estructuras de poder e influencia, que llegan hasta el
ámbito judicial», o así confían dentro de la dirección popular. El escudo para
evitar que el ex presidente del Gobierno pueda verse en la misma situación que
Cospedal. En la nueva dirección del partido creen que «no habrá pruebas» para
sostener la implicación de Rajoy ante un juzgado, pero también creen que «todo
depende de que funcionen bien los muros de contención»".
Así, a pelo, las
siempre excelentes fuentes de Morodo nos vienen a decir que seguramente Rajoy
conserve la suficiente influencia en el Poder Judicial (en funciones desde hace
dos años y medio por el bloqueo del PP y con un presidente del CGPJ y del
Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, descaradamente afín a este partido) para no
ser imputado, lo que llevaría al actual líder del partido, Pablo Casado, a una
situación límite. Nada nuevo en la calle Génova, por tanto, salvo que sus
ocupantes van a reactivar la gestión del traslado. De señor X en señor X,
tribunales de por medio.
El PP no expedienta
a Cospedal porque no era cargo público cuando se produjeron los hechos por los
que está imputada
El PP no expedienta
a Cospedal porque no era cargo público cuando se produjeron los hechos por los
que está imputada
Desde la sede
nacional del PP, que pronto dejará de serlo, tres señores X, al menos, nos
contemplan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario