APAGÓN TOTAL
POR EDUARDO SANGUINETTI
Imbuido del estoicismo, que ha caracterizado mis prácticas de vida-sobrevida, pregunto: cuando hablamos de libertad de prensa, ¿a la libertad de quién nos referimos? No ignoramos que, para ejercer dominación, manipular a los ciudadanos, desde los medios de información de estructura totalitaria, se utilizan prácticas brutales y sutiles, para silenciar la voz de los héroes de la vida en libertad de expresión, sin la cual no podemos afirmar que vivimos en democracia.
La actitud de levedad con que una comunidad permanece en el caos y la anarquía, que ha sentado reales en Argentina, por la pandemia del Covid-19 y otras pestes, trae consigo frutos muy diversos: propugnan personalidades débiles, diluidas y permisivas, engendrando un sujeto errático y pasivo, cobarde y con síndrome de Estocolmo evidente...
Encuentro dos
fuentes afectivas diferentes en el origen del escepticismo y la desconfianza
que nos entregan los actos de gobiernos, poderes de multinacionales y cultura
escatológica, con innegables fines necróticos.
El escepticismo
sería una decepción relativa a la capacidad de las personas autorizadas para
explicar los hechos, como una reacción contra la omnisciencia y la omnipotencia
de la autoridad (padres, dioses, etc.), que la experiencia posterior no
confirma. Mientras la desconfianza, una decepción relativa a la disposición a
decir la verdad, como una reacción contra la confianza depositada en la
¿bondad? de la autoridad, presumida y después confirmada. Y la credulidad ciega
de los pueblos para con la autoridad se reemplaza con una ciega incredulidad.
"La protesta contra todo aquello que es" (Marcuse, 1964)
Un sistema social
injusto, no puede mantenerse sin estar apuntalado por la represión, y esta
viene travestida de orden, pulido por los medios corporacionistas de la
mentira. Orden y sistema injusto son dos elementos que se corresponden,
inseparables en sí, definen los objetivos de toda acción esclavizadora, que
percibimos quienes no nos dejamos engañar por publicidades de un "mundo
feliz", los que hemos construido en aprendizaje desde la decepción, un
ejercicio del "no".
Para lograr
preservar al régimen autoritario, la comunicación masiva corporacionista provee
un soporte invaluable, se convierte en fin primero y último de eliminar la
libertad de expresión de los disidentes, de quienes resisten y de quienes
simplemente permanecen congelados al pie de alguna página de la historia que no
ha sido. No por nada los dictadorzuelos de democracias simuladas y las multinacionales
todopoderosas, tienen el control de los medios de comunicación y accionan en
las redes de la web, de manera atroz, negando al usuario desprevenido, la
instancia de manifestarse libremente. El resultado es que reforzamos el poder
aterrador de la mafia empresarial, cual gobierno paralelo y sus controles
ocultos, perdiendo toda posibilidad de comunicación. Nos convertimos en seres
sin voz, ni capacidad de hacer uso de nuestro derecho de expresarnos.
Uno tiene
visibilidad ante el mundo, si tiene acceso a los medios y nuestra palabra, que
intenta, sin condicionamiento alguno, decir bien lo que desea expresar, obtener
el espacio en medios, logrando llegar a espectadores y oyentes, pues es un
derecho inalienable y humano. De no ser así, nos convertimos en marginados,
excluidos, en ser simplemente espectros silenciados por el poder omnímodo de
estos medios infectos, con la clara misión de desvirtuar la verdad de lo que
acontece en la vida de las comunidades, degradando la comunicación en las
democracias plutocráticas que cayeron como una red sobre la humanidad.
La protesta se ha
vuelto intrascendente y, ahora, se ha convertido en un aliado del sistema que
pretendía rechazar. Creo, es necesario, entrar en el juego de la convivencia,
comenzar a ver lo que no se desea ver, escuchar donde no parece haber sonidos:
meterse de lleno en la trama siniestra de la vida en respiración artificial que
nos vende este sistema de autistas habilitados en función de poder, sin perder
la esencia que nos lleva a trabajar por la comunicación en libertad, que debe
crear comunidad.
No ignorar que la
mayor parte de la información de lo que sucede en Latinoamérica es recibida de
los grandes centros de inteligencia comunicacional del poder central, sombrío y
oculto, jamás de las propias agencias en los que se genera la noticia que puede
modificar el derrotero de estos países colonizados. Incluso las noticias
faranduleras sobre personajes sin la más mínima importancia, presentes en las
noticias de los medios basura de cada país, con sus "fantoches" de
turno en portadas, elevados a personalidades "burbujas",
indispensables para dispersar la tan degradada opinión pública.
Un orden monótono y
totalizante, instaurado por una lógica indigente, a la mirada de la cual todo
se iguala: un “Cambalache”, título de la canción de Enrique Santos Discépolo,
escrita en los años 20 del pasado siglo, un poema-canción de una actualidad que
asombra, pinta un paisaje triste y miserable de la condición humana, un mundo
de valores trastocados, donde asistimos al fenómeno de que los más bestiales,
se han instalado en sitiales de honor, otrora asignados a los notables,
talentosos, sensibles idealistas y visionarios.
Suscitar un sentido
crítico al extremo, se impone, con humor y eticidad, ante el estado de las
cosas, con el enorme riesgo que conlleva, pues el desequilibrio de fuerzas es
brutal, procurando re-situarnos como seres humanos, dando prioridad a los
vínculos y relaciones entre las personas y con la naturaleza, por encima de las
relaciones económicas impuestas como dogma de ninguna fe, que han construido
comunidades que giran en torno a intereses mercantiles, el rédito económico y
financiero, estructura comercial de la comunicación, asimilada a toda la trama
de porno, trata, narcotráfico, veladamente en complicidad de los poderes de
todos tipo, que simuladamente abogan por la educación, hoy ausente en todos los
espacios que hacen a la vida en relación.
Y tener presente
que en el proceso de manipulación se utilizan dos elementos determinantes que
accionan de forma velada: la seducción y la censura. La censura se ejerce a fin
de permitir que la seducción alcance los fines que se propone. La seducción es
el rostro aparentemente atractivo que inhibe se perciba algún rastro del
accionar criminal de la censura. Ambas están al servicio de quién origina la
información falaz y mentirosa, el único beneficiario: un golpe constitutivo de
discontinuidad a la luz de siglos que observan.
(*) Filósofo y
poeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario