martes, 22 de junio de 2021

APAGÓN TOTAL

 

APAGÓN TOTAL

POR EDUARDO SANGUINETTI

Imbuido del estoicismo, que ha caracterizado mis prácticas de vida-sobrevida, pregunto: cuando hablamos de libertad de prensa, ¿a la libertad de quién nos referimos? No ignoramos que, para ejercer dominación, manipular a los ciudadanos, desde los medios de información de estructura totalitaria, se utilizan prácticas brutales y sutiles, para silenciar la voz de los héroes de la vida en libertad de expresión, sin la cual no podemos afirmar que vivimos en democracia.

La actitud de levedad con que una comunidad permanece en el caos y la anarquía, que ha sentado reales en Argentina, por la pandemia del Covid-19 y otras pestes, trae consigo frutos muy diversos: propugnan personalidades débiles, diluidas y permisivas, engendrando un sujeto errático y pasivo, cobarde y con síndrome de Estocolmo evidente...

 

Encuentro dos fuentes afectivas diferentes en el origen del escepticismo y la desconfianza que nos entregan los actos de gobiernos, poderes de multinacionales y cultura escatológica, con innegables fines necróticos.

 

El escepticismo sería una decepción relativa a la capacidad de las personas autorizadas para explicar los hechos, como una reacción contra la omnisciencia y la omnipotencia de la autoridad (padres, dioses, etc.), que la experiencia posterior no confirma. Mientras la desconfianza, una decepción relativa a la disposición a decir la verdad, como una reacción contra la confianza depositada en la ¿bondad? de la autoridad, presumida y después confirmada. Y la credulidad ciega de los pueblos para con la autoridad se reemplaza con una ciega incredulidad. "La protesta contra todo aquello que es" (Marcuse, 1964)

 

Un sistema social injusto, no puede mantenerse sin estar apuntalado por la represión, y esta viene travestida de orden, pulido por los medios corporacionistas de la mentira. Orden y sistema injusto son dos elementos que se corresponden, inseparables en sí, definen los objetivos de toda acción esclavizadora, que percibimos quienes no nos dejamos engañar por publicidades de un "mundo feliz", los que hemos construido en aprendizaje desde la decepción, un ejercicio del "no".

 

Para lograr preservar al régimen autoritario, la comunicación masiva corporacionista provee un soporte invaluable, se convierte en fin primero y último de eliminar la libertad de expresión de los disidentes, de quienes resisten y de quienes simplemente permanecen congelados al pie de alguna página de la historia que no ha sido. No por nada los dictadorzuelos de democracias simuladas y las multinacionales todopoderosas, tienen el control de los medios de comunicación y accionan en las redes de la web, de manera atroz, negando al usuario desprevenido, la instancia de manifestarse libremente. El resultado es que reforzamos el poder aterrador de la mafia empresarial, cual gobierno paralelo y sus controles ocultos, perdiendo toda posibilidad de comunicación. Nos convertimos en seres sin voz, ni capacidad de hacer uso de nuestro derecho de expresarnos.

 

Uno tiene visibilidad ante el mundo, si tiene acceso a los medios y nuestra palabra, que intenta, sin condicionamiento alguno, decir bien lo que desea expresar, obtener el espacio en medios, logrando llegar a espectadores y oyentes, pues es un derecho inalienable y humano. De no ser así, nos convertimos en marginados, excluidos, en ser simplemente espectros silenciados por el poder omnímodo de estos medios infectos, con la clara misión de desvirtuar la verdad de lo que acontece en la vida de las comunidades, degradando la comunicación en las democracias plutocráticas que cayeron como una red sobre la humanidad.

 

La protesta se ha vuelto intrascendente y, ahora, se ha convertido en un aliado del sistema que pretendía rechazar. Creo, es necesario, entrar en el juego de la convivencia, comenzar a ver lo que no se desea ver, escuchar donde no parece haber sonidos: meterse de lleno en la trama siniestra de la vida en respiración artificial que nos vende este sistema de autistas habilitados en función de poder, sin perder la esencia que nos lleva a trabajar por la comunicación en libertad, que debe crear comunidad.

 

No ignorar que la mayor parte de la información de lo que sucede en Latinoamérica es recibida de los grandes centros de inteligencia comunicacional del poder central, sombrío y oculto, jamás de las propias agencias en los que se genera la noticia que puede modificar el derrotero de estos países colonizados. Incluso las noticias faranduleras sobre personajes sin la más mínima importancia, presentes en las noticias de los medios basura de cada país, con sus "fantoches" de turno en portadas, elevados a personalidades "burbujas", indispensables para dispersar la tan degradada opinión pública.

 

Un orden monótono y totalizante, instaurado por una lógica indigente, a la mirada de la cual todo se iguala: un “Cambalache”, título de la canción de Enrique Santos Discépolo, escrita en los años 20 del pasado siglo, un poema-canción de una actualidad que asombra, pinta un paisaje triste y miserable de la condición humana, un mundo de valores trastocados, donde asistimos al fenómeno de que los más bestiales, se han instalado en sitiales de honor, otrora asignados a los notables, talentosos, sensibles idealistas y visionarios.

 

Suscitar un sentido crítico al extremo, se impone, con humor y eticidad, ante el estado de las cosas, con el enorme riesgo que conlleva, pues el desequilibrio de fuerzas es brutal, procurando re-situarnos como seres humanos, dando prioridad a los vínculos y relaciones entre las personas y con la naturaleza, por encima de las relaciones económicas impuestas como dogma de ninguna fe, que han construido comunidades que giran en torno a intereses mercantiles, el rédito económico y financiero, estructura comercial de la comunicación, asimilada a toda la trama de porno, trata, narcotráfico, veladamente en complicidad de los poderes de todos tipo, que simuladamente abogan por la educación, hoy ausente en todos los espacios que hacen a la vida en relación.

 

Y tener presente que en el proceso de manipulación se utilizan dos elementos determinantes que accionan de forma velada: la seducción y la censura. La censura se ejerce a fin de permitir que la seducción alcance los fines que se propone. La seducción es el rostro aparentemente atractivo que inhibe se perciba algún rastro del accionar criminal de la censura. Ambas están al servicio de quién origina la información falaz y mentirosa, el único beneficiario: un golpe constitutivo de discontinuidad a la luz de siglos que observan.

 

(*) Filósofo y poeta.

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