PERÚ, LA OTRA HISTORIA
POR MAITÉ CAMPILLO
La función de la inteligencia es creadora. No debe, por ende, conformarse con la subsistencia de una reforma social que su crítica ha atacado y corroído tan enérgicamente (José Carlos Mariátegui)
José Carlos Mariátegui moría en Lima un 16 de abril de 1930 tras una breve e intensa existencia dedicada de lleno a la lucha política. A partir de la desaparición física de este eminente cuadro político el Partido Comunista Peruano (PCP) va perdiendo liderazgo entre sus bases, impotente para desarrollar una política capaz de hacer frente a las exigencias del momento, así como del movimiento campesino, le salva momentáneamente la estela de sus luchas anteriores contra la dictadura del general Odria (1948-1956), el prestigio de las revoluciones soviética, china y norcoreana, el avance del bloque socialista en Europa, así como el desarrollo de las luchas de liberación nacional surgidas tras la II Guerra Mundial, fueron las que le permitieron no sólo subsistir sino fortalecer de alguna manera la organización extendiendo su influencia hacia sectores estudiantiles e intelectuales así como entre los obreros urbanos.
Es indudable que a partir de Mariátegui comienza a desarrollar una política moderada marcada por la consigna de ´´acumulación de fuerzas, en particular entre los conflictos sociales pacíficamente en un intento por llegar a establecer una alianza con la burguesía democrática, nacionalista y progresista´´ mientras la represión sacudía asesinando decenas de campesinos y líderes obreros [Ocurrió no solo en Perú… en el resto de partidos comunistas del mundo, que habían declinado en la lucha en vías de fraternizar con el enemigo de clase como el PCE y PSOE en el Estado español, y partidos nacionalistas como CIU de Jordi Pujol en Catalunya o PNV en el país vasco que desde su nacimiento ya forma parte de la media y alta burguesía]. Al ser adoptada la vía electoral y parlamentaria como medio de acceder al poder, las divergencias dentro del PCP se hicieron insostenibles. Es con el triunfo de la revolución cubana, en 1959, cuando más prolifera la aparición de voces disonantes antagónicas con la linea oficialista del partido y muchos de sus militantes se plantean la posibilidad de acceder al poder por la vía armada (Si bien la dirección del partido comunista peruano adoptó medidas de carácter antiimperialista, a fin de neutralizar dicha corriente), por el contrario, lo cierto, es que ésta se vio reforzada; la polémica chino-soviética se sumó a esta situación, y en enero de 1964, al celebrarse la IV Conferencia Nacional el enfrentamiento entre quienes sustentaban las tesis maoístas y de la lucha armada ante quienes defendían las tesis soviéticas y la vía parlamentaria terminó en ruptura del PCP. De dicha conferencia surgen dos bloques evidentes, dos corrientes irreconciliables: una, prosoviética, la otra, maoísta. Uno de los grupos que se alinea con el grupo maoísta PCP-BR fue el Comité Regional de Ayacucho y en él se encontraba como simple militante de base, Abimael Guzmán Reinoso, futuro dirigente político. En el seno del PCP-BR -desde 1964 a 1971- cinco fueron las escisiones sufridas, en 1965, las FALN (Fuerzas Armadas de Liberación Nacional); en 1966, el PCP marxista-leninista dirigido por José Sotomayor; en 1969, el
PCP-Patria Roja; en
1970, el SL (PCP-Sendero Luminoso) dirigido por Abimael Guzmán Reinoso y, en
1971, el PCP-Estrella Roja.
Hasta 1970, Abimael
Guzmán, que era profesor de filosofía en la Universidad Nacional de San
Cristóbal de Huamanga (Ayacucho), logra controlar el Comité Regional de este
departamento y ser miembro de la Comisión Política del PCE-BR, dentro de la
cual era responsable de la educación política. Abimael había nacido en Puerto
Mollendo (Arequipa) el 4 de diciembre de 1934. Estudió en la Universidad de San
Agustín la carrera de historia, obteniendo el doctorado con la tesis de grado
‘Acerca de la teoría del espacio en Kanl’. Luego fue alumno de derecho y optó
por el grado respectivo con una tesis de título premonitorio ‘El Estado democrático
burgués’. Cuando fue reabierta la Universidad de Ayacucho ingresó en ella como
profesor de filosofía. Abimael se manifestó como un dirigente político atípico,
y es que los auténticos dirigentes suelen ser nada normales, por lo que se
sabe, era lógicamente un gran estudioso de los líderes de la historia
revolucionaria del movimiento obrero. Simultáneamente a su labor docente
realizó trabajos de politización entre el campesinado indígena ayacuchano. Para
tener las “manos libres”, entre 1963 y 1964, logra la expulsión de los Cuerpos
de Paz en su mayoría integrados por gringos. En cumplimiento de las tareas
encomendadas por el partido se dedicó a dar conferencias de formación política
a los cuadros y a las juventudes. Tras la ruptura con el PCP-BR, los escindidos
bajo la dirección de Abimael, constituyeron el PCP- Por el Sendero Luminoso de
J.C.Mariátegui (asume públicamente en esta resolución de principios el concepto
político-ideológico de una de las célebres frases que se le atribuyen a
Mariátegui: ‘El marxismo-leninismo es el sendero luminoso del futuro’. La
primera tarea que se impusieron fue su propia consolidación como organización.
Para ello se trazaron dos metas, una, reconstruir el partido como condición
fundamental para el inicio de la lucha armada; la segunda, el trabajo intensivo
en las áreas rurales. Dos objetivos que se sintetizaron en la consigna` Retomar
a Mariátegui. En el gran debate ideológico que a lo largo de las anteriores
décadas sacudió al movimiento revolucionario peruano en la búsqueda de las
características autóctonas de la revolución fue el Movimiento de Izquierda
Revolucionaria -que se lanzó en 1965 a la guerra de guerrillas- el que más
había destacado en este sentido. Pero en el movimiento comunista peruano ha
sido el PCP-SL, el que más ha sobresalido. Desde su origen trata de retomar el
pensamiento de Mariátegui ya que fue uno de los que mejor analizaron Perú
-quien afirmaba que las bases primigenias del socialismo peruano se encuentran
en las comunidades campesinas, debiéndose edificar el socialismo sobre la base
de la economía inca. El PCP-SL, por ende, afirma que el problema indio es uno
de los fundamentales en Perú y vincula su solución a la liquidación del
latifundio semifeudal; es por esta razón que entiende la lucha armada como una
guerra, principalmente campesino-india, dirigida también a la liberación
nacional de los indios quechuas, aymaras…
Si bien es cierto
que el PCP-SL nació fuera de la Universidad de Ayacucho, la verdad, es que
influyó sobre ella y fue aquí donde esta organización obtuvo sus primeras
conquistas gremiales y políticas. De sus aulas proceden la mayoría de sus
dirigentes, empezando por el propio Abimael Guzmán; el papel que dicha
Universidad ha desempeñado en la sociedad ayacuchana no es ajeno al desarrollo
del propio PCP-SL. La reapertura de su Universidad, en 1959, supuso la ruptura
de los esquemas existentes y su presencia fue creando una conciencia social
entre la población, de esta manera la vida universitaria, se convierte en caja
de resonancia de todos los problemas sociales. El centro de operaciones
escogido inicialmente por el PCP-SL es, en muchos aspectos, el lugar ideal.
Dicho departamento posee una geografía muy accidentada, constituye una de las
regiones más desamparadas y remotas del país, con una población mayoritaria de
indios y mestizos que mantienen sus propias tradiciones e idioma: el quechua.
Las diferencias entre este departamento y otros de la costa, son notables y muy
significativas. A principios de los setenta la esperanza de vida llegaba tan
sólo a cuarenta y cuatro años frente a los cincuenta y cuatro de la costa; el
analfabetismo ascendía al 53 por 100 frente al 16 por 100; cada médico debía
atender a 21.650 habitantes frente a 1.882; los ingresos familiares eran tan
sólo un tercio en relación a los de la costa… A todo ello hay que sumar el
aumento de la densidad demográfica, la cual era en la provincia de Ayacucho, en
1980, un 50 por 100 mayor que en 1940.
Se prepara la lucha
armada, nos encontramos en 1977, en que el PCP-SL da por concluidas las tareas
que se había encomendado iniciando una nueva etapa. A partir de este momento se
intensifican sus trabajos entre universitarios y campesinos especialmente entre
estos últimos; para ello dispone de una organización disciplinada, vuelca a sus
cuadros militantes sobre el trabajo rural. Las escuelas campesinas se
multiplican y los departamentos de Ayacucho, Apurimac y Huancavelica se
convierten en el escenario auténtico de este intenso y prolongado trabajo. Los
senderistas, en su mayoría hijos y nietos de campesinos de las comunidades
indígenas, se desplegaron por los pueblos circundantes teniendo que abandonar
muchos de ellos la universidad. Algunos regresaron a sus comunidades nativas en
las que buscaron trabajos ocasionales; otros se hicieron maestros a la vez de
agitadores de la doctrina política senderista otros desempeñando labores de
asistentes sociales. Su objetivo era preparar las bases sociales de los futuros
combatientes del Ejército Popular. En esos momentos el PCP-SL debía contar
aproximadamente alrededor de unos mil militantes en activo. A diferencia de los
guerrilleros castristas peruanos del MIR y del Ejército de Liberación Nacional
(ELN) que en su mayoría eran de extracción media, los senderistas, se
encuentran familiarizados con la zona y el habla de la región preparados para
sobrevivir en los lugares más remotos y deshabitados. Los que no sabían quechua
lo aprendieron a la vez que difundían su ideología. Cuando el “Gobierno
revolucionario” de la Fuerza Armada inició el proceso de transferencia del
poder a los civiles dentro del Plan Túpac Amaru, el PCP-SL se opuso a él, a la
vez que realizaba un llamamiento para boicotear las elecciones convocadas para
la Asamblea constituyente. De hecho, el PCP-SL consideraba que no existían
diferencias entre el Perú de 1930 y el de 1980, ya que para ellos, los rasgos
fundamentales de la sociedad peruana permanecen inmutables, su carácter
semifeudal y semicolonial (De esta manera el diagnóstico de Mariátegui mantiene
en ellos plena vigencia). Tampoco distingue diferencias entre el anterior
Gobierno militar y el de Alan García, dirigente del Apra (de sobra sabemos como
acabó el amigo del GAL-PSOE Felipe González). Igual actitud manifiesta hacia
todos los partidos y fuerzas, de la izquierda parlamentaria, a los que reprocha
más allá de su legalismo. El cambio de gobierno que en octubre de 1976 sufrió
la República Popular China y que supuso el asenso al poder de Hua Kuo-feng,
trajo consigo la aplicación del programa de Deng Xiao-pig, que propugnaba una
alianza chino-norteamericana y la represión de los opositores políticos
encabezados por el Grupo de Shanghai. En consecuencia el PCP-SL asume en 1979,
la defensa de Mao Tse-tug y de sus seguidores, y la crítica a los nuevos
dirigentes reivindicando los principios del marxismo ortodoxo original. En
septiembre de este mismo año Sendero Luminoso celebra su IX Sesión
Parlamentaria, elaborando el denominado Plan General de la Guerra Popular,
acordando el inicio de los últimos preparativos para el próximo inicio de la
lucha armada sin dejar de boicotear activamente las elecciones constituyentes.
Sancionada ya la
Constitución se convocan elecciones generales, para mayo de 1980, lo que siguió
sin alterar para nada los planes del PCP-SL. El día 18, cuando se llevaban a
cabo las elecciones tuvo lugar la primera acción armada: un comando guerrillero
atacó en Chusco el local del Jurado nacional de Elecciones. Igualmente fueron
colocadas varias bombas en el hotel de turistas de Ayacucho y en la tumba de Velasco
Alvarado. Con estas operaciones daba comienzo la denominada Primera Etapa del
Plan General de la Guerra Popular. Su objetivo era la agitación y propaganda
(agi-pro) armada, adiestrándose a los combatientes en ataques a objetivos
limitados. Las elecciones quedaron circunscritas al Departamento de Ayacucho.
Cuya capital reviste un doble simbolismo ya que en ella se libró la última
batalla por la independencia en 1824. Pero también Ayacucho significa, en
quechua, rincón de los muertos. Durante esta Primera Etapa los ataques se
localizaron contra lo que el
PCP-SL califica de
símbolos del Estado burgués, siendo sus objetivos las torres de alta tensión,
las construcciones públicas, los hoteles, los puestos de policía… a la vez los
funcionarios comenzaban a ser amenazados. La principal arma de los senderistas
en este momento fue la dinamita. La obtenían de los numerosos centros mineros
de la región andina. En cuanto a las armas, lograron reunir gran cantidad
gracias a las abundantes incursiones que realizaron a los puestos policiales.
En enero de 1982 iniciaron la Segunda Etapa y, con ella, la lucha armada en el
campo y las primeras acciones propias de la lucha urbana. Se caracteriza por el
sabotaje sistemático y el inicio de las primeras acciones guerrilleras regulares
destinadas a destruir el poder del Estado en las zonas elegidas para
convertirse en zonas liberadas. Ante el carácter de la ofensiva senderista el
Gobierno de Belaúnde llevó a cabo operaciones policiales; parecía como si el
PCP-SL se encontrara en proceso de regresión. Pero el 2 de marzo de 1982 el
escenario político peruano se conmovió, a la vez que el PCP-SL, asumía el
perfil de una fuerza guerrilla que dejaba atrás su anterior campaña dinamitera.
Entre 50 y 70 guerrillerxs tomaron por asalto la cárcel pública de Ayacucho,
pese a encontrarse fuertemente custodiada por cuerpos antiguerrilla, liberando
a 257 presos. Meses después de esta acción revolucionaria, a la entrada del
cementerio de la ciudad de Huamanga había una nueva lápida que llama particularmente
la atención, lleva un poema inscrito y no le faltan flores tampoco es extraño
observar que alguien se detenga ante ella. Es el rincón de Edith Lagos, la
joven guerrillera senderista asesinada en 1982, enterrada poco después de que
la trasladaran desde Andahuaylas, la que atravesara gran parte de la ciudad
acompañada por una multitud de miles de personas jamás conocida en ningún
representante de gobierno del Perú, miles de miles desfilando como una
manifestación de simpatía e identificación senderista a pocos meses antes de
que el departamento de Ayacucho quede bajo control militar por casi dos
décadas.
La joven comandante
Edhit Lagos asesinada, fue una de las dirigentes de la acción que liberó los
257 presos políticos, y, que cae poco después en manos de la policía, es
encarcelada en Centro de Reclusión y Adaptación Social (CRAS) de Huamanga, de
donde se fuga. Mese después, es asesinada en un enfrentamiento con las fuerzas
represivas en Apurímac (sierra sur del Perú) en septiembre de 1982. Su despedida
convocó una inmensa concentración popular evaluada entre veinte y treinta mil
personas, en una ciudad, de tan sólo setenta mil habitantes (Esto decían el
diario El País): “La multitudinaria asistencia al funeral, y al entierro de la
dirigente de la organización guerrillera Sendero Luminoso, Edith Lagos, que
tuvo lugar en la ciudad sureña de Ayacucho, ha despertado preocupación en la
clase dirigente peruana. La joven, de diecinueve años de edad, fue muerta por
la policía el pasado día 3 de septiembre cuando se disponía, junto con miembros
de su organización, a tender una emboscada a una patrulla de la Guardia
Republicana, según un comunicado del Ministerio del Interior. Otras versiones
indicaron que la joven murió después de ser detenida. El semanario Oiga, que
publica una extensa información sobre el sepelio, publica una foto en la que se
ve una gran multitud que abarrota la calles durante el sepelio de la
guerrillera. Ello, según la publicación revela que los guerrilleros, por
absurdo que parezca, han conseguido adeptos”. Durante todo este año los
senderistas lograron controlar, militarmente amplias zonas rurales, donde la
policía no penetraba y en las que los y las guerrilleras llevaban a cabo
tranquilamente su trabajo político. En el mes de agosto dinamitaron algunas
plantas de transformación de energía, así como torres de alta tensión,
provocando apagones en Lima; era la primera vez que los comandos urbanos
senderistas actuaban. Hasta este momento el gobierno de Belaúde había
infravalorado las fuerzas de la guerrilla, despreciando su capacidad de acción
limitándose a combatirla mediante la Policía y la Guardia Civil. Los cada vez
más numerosos ataques a los puestos policiales y a los cuarteles, el
ajusticiamiento de alcaldes y corruptos funcionarios y los escasos éxitos de
las fuerzas de seguridad comenzaron a desmoralizar progresivamente a estas
fuerzas. Todo ello obligó a Belaúnde a enviar al Ejército a este departamento.
En el mes de diciembre, dicho cuerpo intervino en Ayacucho, declarando el estado
de emergencia en ocho distritos. Simultáneamente los principales cuadros
senderistas abandonaron la región y redujeron en Ayacucho el número de sus
acciones; estas comenzaron a proliferar en las provincias próximas, en un
intento de crear nuevos focos. Daba así comienzo la Tercera Etapa. Esta nueva
etapa se caracterizó por la generalización de la Guerra de Guerrillas y por la
creación de lo que denominan Bases de Apoyo tras la expulsión de las
autoridades; también se hizo frente a la intervención del Ejército. En marzo de
1983 el PCP-SL celebró su VIII Congreso Nacional, y a él asistieron un centenar
de delegados, en su mayoría altos cargos políticos y responsables de frentes y
columnas guerrilleras. Entre las resoluciones adoptadas destaca el intento, por
extender su campo de acción a los departamentos de Lima, Junin, Cuzco,
Apurimac, puno e Ica, y retomar las zonas liberadas. En este mismo mes, al
cumplirse el primer aniversario de la toma de Ayacucho, el PCP-SL conmemoró la
fecha dejando toda la ciudad a oscuras, con un acto público de propaganda, y
con la toma de un cuartel de la policía en la provincia de Víctor Fajardo.
En mayo, diez
torres de transmisión de energía eléctrica fueron dinamitadas, dejando a
oscuras Lima. Pocos días después fue decretado el estado de emergencia, se
suspendieron las garantías constitucionales en todo el territorio nacional y se
envío al Congreso un proyecto de ley por el que se restablecía la pena de
muerte para quienes atentasen contra instalaciones públicas. Dos meses más
tarde, el PCP-SL celebró su III Conferencia Nacional. Los acuerdos más
destacados fueron: La proclamación de las bases de la República popular de
nueva Democracia, y la conversión de las guerrillas en Ejército Guerrillero
Popular. En este contexto, Abimael Guzmán, o camarada Gonzalo, fue elegido
presidente, y automáticamente pasó a ser responsable del mentado Ejército
Popular. La lucha urbana se centró en las barriadas de Lima, pueblos jóvenes,
su táctica siguió siendo en tónica similar a la de Ayacucho: la eliminación
física de quienes desempeñan cargos públicos, siendo constituidos por personas
afines. Durante la campaña desarrollada contra las elecciones municipales del
13 de noviembre de 1983, los comandos guerrilleros asaltaron diversas fábricas
de armas, lo que les permitió mejorar su armamento. También atracaron trece
puestos de Policía y cuarteles militares, así como numerosos locales de Acción
Popular y del Partido Popular Cristiano. A estas alturas la guerrilla ya había
extendido su radio de acción a Arequipa, La Libertad, Cajamarca, Huanuco, Cerro
de Pasco y Lucanas. Empezaron aparecer entorno a este contexto, decidido de
lucha persistente, algunas organizaciones políticas de menor envergadura que
apoyaban la lucha senderista; sería el caso del PCP-Puka Llacta (en quechua
Ciudad Roja), surgido en 1979 de una escisión del PCP-Patria Roja. Otros grupos
dentro de Lima Metropolitana desarrollaron la lucha urbana: Frente Guerrillero
de los Pobres. Escuadra de Combate Luis de la Puente Uceda. Brigada Micaela
Bastidas. Túpac Amaru (Vive, Vuelve y Vencerás) y Vanguardia
Revolucionaria-Político Militar.
A partir de marzo
de 1984 se inició la Cuarta Etapa con el objetivo d` Conquista de las bases de
apoyo. Pretende crear en ellas comités populares, a la vez que la Milicia y el
Ejército Popular se fortalece y la guerra de guerrillas se expande a nuevas
zonas. Dicha etapa es la más larga y compleja de todas, lo más característico
de ella, ha sido la ofensiva del presente año destinada a sabotear las
elecciones generales del 14 de abril. Para ello se triplicó el número de las
acciones, poniendo especial atención en el departamento de Huancavelica, a fin
de someter al Ejército a la disyuntiva de no poder enviar refuerzos a dicho
departamento sin por ello descuidar el de Ayacucho. El objetivo estratégico del
PCP-SL es, siguiendo el modelo clásico maoísta, cercar las ciudades desde el
campo. Dicho cerco se encontraba en cierta manera delineado a grandes rasgos.
De hecho existían tres frentes guerrilleros orientados en dicha dirección,
conformando lo que se comienza a conocer como el ‘triángulo rojo’. Dicho
triángulo queda conformado así: Provincia de Huari, en el departamento de
Ancash; provincia de Ambo, en el departamento de Huanuco. Desde estas tres
provincias, las columnas guerrilleras supuestamente confluyen en la provincia
de Cajatambo, en Lima, que colinda con estos tres departamento (Se puede
afirmar que la denominación de Ejército Guerrillero Popular comienza a dejar de
ser una simple autodenominación propagandística, para convertirse en una
realidad, según el historiador J.L.Castilla). De hecho existen guerrilleros
organizados en un pequeño ejército que cuenta ya con unidades de nivel medio,
compañías y batallón. Se trata de unidades que trabajan coordinadamente entre
sí, para lo que cuentan con sistemas de comunicación bastante modernos,
incluyendo transmisores-receptores de alta potencia. En todo este contexto
político hay que tener en cuenta un gran cambio estratégico ideológico, y es
que mientras los guerrilleros de 1965, provenían de sectores urbanos con un
futuro profesional teniendo que romper la mayoría de ellos con estudios,
profesión, familia acomodada y vida asegurada. Sendero Luminoso por el
contrario recluta sus militantes entre los sectores más empobrecidos y
marginados del campo y de la ciudad, sus cuadros se reclutan dentro de la
población en la que actúan moviéndose como pez en el agua. Ello les permite a
su vez un muy importante dominio del terreno con puntos en común entre ambos
procesos. El guerrillero senderista participa en cualquier acción militar y
luego se integra en su comunidad y continúa sus labores agrícolas de esta
manera puede llevar una vida “perfectamente normal”. Este común denominador que
une estratégicamente su lucha dentro de la ciudad y campo es la miseria e
injusticia. Frente a la riqueza de unos, la profunda pobreza de una mayoría (En
definitiva y como dijera J.L.Castilla): El mantenimiento de unos privilegios
supone una permanente agresión que vacía de contenido un sistema democrático.
Maité Campillo
(actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)
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