EL BLOQUEO A CUBA: UN CRIMEN PROLONGADO Y PERSISTENTE A DERROTAR
POR NARCISO ISA CONDE
EE.UU –como principal potencia imperialista de la modernidad capitalista, que inicia su agresiva decadencia en la post-modernidad neoliberal- no le perdona a Cuba haber iniciado el proceso hacia la segunda independencia de Nuestra América.
No le perdona haber puesto en marcha una revolución de orientación socialista, redentora de toda su población oprimida, explotada y excluida. No perdona el decoro, la firmeza y rebeldía del pueblo cubano contra su cruel coloniaje.
Hay agresiones, con el rango de crimen de lesa humanidad, que no se deberían ejecutar contra ningún país y ningún pueblo; menos contra una isla tan hermosa y un pueblo tan alegre, tan heroico y tan solidario como el cubano; menos aún, en nombre de los derechos humanos y la democracia, sobre todo por la carga de cinismo y simulación que tan falaz argumento encierra.
Cuba sufre un
drástico bloqueo del imperialismo estadounidense, con sanciones a terceros, que
dura ya 60 años, y que ha significado enormes restricciones, inmensas pérdidas
y mayores penurias.
Estamos frente a un
crimen prolongado, persistente y sumamente cruel.
Una agresión
transnacional al principal derecho de esa Nación: su autodeterminación, su
soberanía.
Una violación al
derecho a su sobrevivencia, a la salud, al bienestar y la vida de más once
millones de seres humanos.
Una forma vil
-apoyada en un abusivo poder económico, político y militar- de agredir y negar
derechos humanos individuales y colectivos en nombre de la libertad y la paz.
Una guerra
económica sumada a otras modalidades de violencia y de terror.
Asfixiar, bloquear
alimentos, combustibles, medicamentos… Cercar, calumniar, agredir con bombas,
bacterias, agentes químicos, sabotajes, expediciones mercenarias…nada tiene que
ver con democracia y paz, y si mucho con terrorismo de Estado.
A lo largo de seis
décadas, el ladrón imperialista ha juzgado por su condición: el victimario, sin
temor al ridículo, se ha disfrazado de víctima.
Imagínense las
consecuencias de esta prolongada y persistente represalia contra la linda Cuba
de Martí y de Fidel; represalia criminal, con impronta de genocidio, movida por
el odio imperial; país pequeño, con recursos naturales limitados y la herencia
de un territorio colonialmente saqueado y un pueblo empobrecido.
El Canciller
cubano, compañero Bruno Rodríguez, en
víspera de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
a realizarse el próximo 23 de junio, la
cual deberá abordar de nuevo el bloqueo a Cuba (tan abrumadoramente y tantas
veces rechazado por Naciones y pueblos del planeta), ha revelado que el embargo
financiero y comercial contra esa nación hermana, solo el año pasado (precisamente el año de la
COVID 19), representó pérdidas para ese país hermano por 9,157 millones de
dólares; superando las del 2019, ascendentes a 5,570 millones de dólares.
El total, en
los últimos 60 años, el bloqueo de EEUU
ha representado pérdidas por 147, 853
millones de dólares.
Piensen ustedes que
sería Cuba hoy con la inversión de esos recursos arrebatados por el embargo,
puesto que a pesar de tantas
adversidades, esa Nación ha logrado la hazaña de sobrevivir y alcanzar índices de salud,
educación, formación deportiva y desarrollo científico y humano, que sorprenden
a la humanidad y han merecido elogios y reconocimientos de entidades y personas
altamente calificadas; desplegando a la vez una solidaridad sin precedente para
con otros países urgidos de apoyo.
En estos tiempos el
manejo propio de Cuba a la pandemia y el respaldo a otros pueblos gravemente
afectados por ella, han sido realmente impresionantes y reveladores de la alta
sensibilidad social y humana que inspira su accionar político.
Resalta e indigna,
más aún, la sistemática inspiración
despótica de las elites capitalista y los gobiernos de EE.UU, la empecinada
negación de democracia, que implica imponer ese brutal embargo a Cuba contra la
voluntad abrumadoramente mayoritaria de Estado y pueblos del mundo; que en
sucesivas Asambleas Generales de la ONU, y en ejercicio cotidiano de la
democracia de calle y espacios de opinión, han repudiado, muchísimo a poquito,
los crueles intentos de asfixiarla económicamente y aplastar su soberanía.
Basta ya descaro.
No escatimemos esfuerzos para cerrar a favor de Cuba y de
su autodeterminación ese vergonzoso capítulo. Los pueblos de Nuestra América y
del Mundo, incluido el estadounidense, no debemos soslayar el deber y el
compromiso de ponerle fin cuanto antes a la brutal injusticia desplegada en
seis décadas de bloqueo criminal. ¡El heroico pueblo cubano merece triunfar!
18-06-2021,
Santo Domingo, RD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario