EXIGEN AL OBISPO ANTIFEMINISTA DE CANARIAS LA DESTITUCIÓN DEL CURA
BÁEZ
POR EUGENIO FERNÁNDEZ
El obispo
Mazuelos se limita a prohibir a Báez que siga hablando sobre el caso de las
niñas asesinadas.
Mediante un comunicado remitido a la redacción de Canarias semanal, la Plataforma Feminista 8M de Tenerife ha
reclamado la destitución inmediata del
párroco Fernando Báez, por sus «abominables
declaraciones» en torno al asesinato de las dos niñas
Olivia y Anna, a manos de su padre, Tomás
Gimeno.
«Sus indignas palabras justificando el asesinato de las
niñas al indicar como causa la ruptura matrimonial y que la madre “recoge lo sembrado” le
hacen merecedor -afirman desde esta plataforma feminista- de
todo el desprecio de la sociedad».
Para este
colectivo resulta «incomprensible que, a estas alturas de la historia, haya
alguien que rechace el derecho de las mujeres a separarse, a
rehacer su vida, a ser considerada una persona y no un objeto propiedad de un
hombre».
«Y también es increíble y escandaloso el hecho que
se infiere de sus palabras, que es el derecho
de un hombre a disponer de la vida de sus hijas
como si éstas fueran, también, objetos de su propiedad».
«No estamos -recuerdan- en tiempos
del paterfamilias romano, propietario absoluto de la vida y la muerte de sus
familiares,
aunque el cura párroco Báez eche de menos esos tiempos. Y aunque
muchos (incluidos algunos jueces y fiscales) sigan pensando y comportándose
como si viviéramos en esa época».
«LA REACCIÓN DEL OBISPADO HA SIDO INSUFICIENTE», DICEN
Ante la
gravedad de los hechos, la Plataforma Feminista estima
que «la reacción
del Obispado desmarcándose
de sus barbaridades ha sido insuficiente, al faltar
un compromiso activo contra la violencia de género«.
«Un compromiso -dicen- que,
hasta ahora ha sido más que insuficiente. Porque durante años multitud
de homilías han
sido el espacio donde se promueven en las
mujeres actitudes de sumisión y de resignación, actitudes contrarias a la autonomía y la
libertad, al ejercicio de sus derechos. Y en
su comunicado,
aunque hace referencia a la violencia vicaria como una forma de grave injusticia contra
la infancia, que lo es, no menciona que es una forma de violencia
contra las mujeres,
que es lo que subyace al uso de los y las menores como arma para infligir el
peor de los daños posibles a una madre».
Las
feministas destacan, igualmente, que «mientras haya gente con poder que difunda
ideas tan dañinas para los derechos humanos como las que expresa, habrá un
colchón de legitimidad para esas incalificables conductas». Por
todo ello, insisten en que son necesarios «gestos reales y efectivos».
«Hacen falta -apuntan- una
defensa clara de los derechos de las mujeres, una crítica explícita de las actitudes
machistas, y desautorizar
de verdad al machismo. Quitándole a los machistas el cargo que usan para dañar
a las mujeres«.
¿DESTITUIRÁ A BÁEZ UN OBISPO ANTIFEMINISTA?
Este mismo
martes, sin embargo, se hacía público que la diócesis de Canarias, dirigida
por el obispo andaluz José Mazuelos, se limitará
a prohibir al llamado «padre Báez» que
continúe haciendo declaraciones sobre el caso de las niñas asesinadas.
Antes, en
una declaración pública efectuada ante varios medios de comunicación, Mazuelos ya
había dejado caer la posibilidad de que no se aplicara ninguna sanción real al
polémico cura
grancanario, limitándose a desautorizarle públicamente.
Para
justificar esta opción, el obispo aseguró que aunque, a algunas personas les
gustaría que así fuese, «la Iglesia no
es una empresa, donde si alguien lo hace mal se le echa, sino una
familia, donde aparecen diversos elementos que hay que
aceptar».
«En una
familia –insistió el
prelado–
estamos los listos. Está
el tonto. Está
el más atrevido.
Y hay que entrar en ese misterio de la Iglesia como
familia».
Finalmente,
el obispo trató de excusar una posible decisión benevolente con
el polémico «padre
Báez», quien también tiene en su contra diversas
denuncias por presuntas agresiones incluso a un menor, asegurando
que «consultaría a los expertos en derecho
canónico» para
ver qué le aconsejaban sobre este caso.
Aunque
resulta imposible adelantar si una fuerte presión social sostenida podría
obligar al obispo a tomar una determinación más drástica con el cura
Báez, lo cierto es que la propia ideología
ultraconservadora de Mazuelos no parece ser
la más adecuada para llegar a alguna suerte de entendimiento con los colectivos
feministas.
Y es que,
pese a ser relativamente joven, el recien nombrado obispo de la Diócesis
de Canarias representa a la perfección las esencias
más reaccionarias que la jerarquía de la Iglesia Católica ha
impuesto en España, a lo largo de la Historia,
a golpe de hostia
y espada y que el propio «padre
Báez» trata
ahora de perpetuar entre su «rebaño» en nuestro
Archipiélago.
En el vídeo
que adjuntamos a este texto, fragmento de una conferencia destinada a advertir
contra «la ideología de género que va carmoniendo
nuestra sociedad», el obispo Mazuelos mezcla churras
con merinas, en una suerte de batiburrillo tridentino y simplón,
en el que pone de manifiesto tanto su furibundo anticomunismo como
su rechazo
a la lucha de las mujeres por alcanzar la igualdad.
Confundiendo como si fueran una única cosa
las distintas
corrientes del feminismo y la tradición
marxista – algo habitual entre la nueva extrema derecha,
que ha acuñado para ello el vacuo término de «marxismo
cultural», el obispo alerta sobre cómo este «gran
Mal» pretendería acabar con la institución familiar.
«Ahora el opresor es el macho heterosexuá’ patriarca’ (sic). El
patriarcado del machismo
heterosexua’ (sic) es nuestra guerra ahora –
afirmó el obispo, arremetiendo con furibundia contra el feminismo para empezar
a calentar
motores.
«En cuanto eliminemos a ese -continuó,
sin explicitar si se refiere al «patriarcado» o al «macho
heterosexua'(sic) patriarcal» -, encontramos la panacea y el paraíso».
«Y pa’ colmo se
encuentra – concluyó Mazuelos con tono magistral- con otro elemento importante que le
encanta al marxismo, atacar a la familia» porque,
según el señor Obispo, a los malvados rojos «nos
les interesa que haya células en la sociedad donde las personas puedan pensar y
diferir».
Todo indica,
en suma, que no es este excelso Príncipe de la Iglesia el
más adecuado para hacer avanzar a su milenaria Institución en la lucha contra
el machismo y en favor de la igualdad. Una razón más para redoblar los
esfuerzos colectivos y la exigencia de que la respuesta de la jerarquía
eclesiástica no quede, una vez más, en una simple y
superficial «declaración de buenas intenciones».
El obispo de
la Diocesis de Canarias explica que «la Iglesia
es una familia, y en ella hay que aceptar a sus diversos elementos»
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