ES UN JUICIO POLÍTICO
JOSÉ BOVÉ
EURODIPUTADO,
EN NOMBRE DE LA PLATAFORMA
DE DIÁLOGO UE-CATALUÑA
Los presos
políticos catalanes se enfrentan a 25 años de prisión por haber organizado un
referéndum de autodeterminación.
Hoy, después de
haber sufrido un encarcelamiento preventivo arbitrario durante catorce meses,
los nueve presos políticos catalanes (seis exconsellers, la expresidenta del
Parlament de Catalunya, y los dos líderes de Òmnium y la ANC) se enfrentan a un
largo juicio en el Tribunal Supremo español. Se enfrentan a graves acusaciones
de rebelión, desobediencia y malversación de fondos públicos.
¿Su crimen? Haber
organizado o apoyado un referéndum de autodeterminación, siguiendo el mandato
democrático dado por el pueblo catalán. Ahora se exponen a una sentencia de
prisión de hasta 25 años, ya que el crimen de rebelión, para el cual debe haber
un “levantamiento violento y público” según la ley española, es uno de los más
serios dentro de la legalidad criminal española. Sin embargo, la verdad innegable
es que ni incitaron ni utilizaron la violencia, y así lo reconoció el tribunal
alemán de Schleswig-Holstein, negando la extradición del presidente de la
Generalitat, Carles Puigdemont. De hecho, la única violencia ejercida vino por
parte de una brutal y violenta respuesta de la policía española contra miles de
votantes el 1-O de 2017. Agentes de policía pegando personas que pacíficamente
querían votar: esta es una imagen inconcebible en la Unión Europea.
Los miembros de la
Plataforma de Diálogo UE–Cataluña en el Parlamento Europeo, lamentamos la
respuesta represiva y judicial de las autoridades españolas hacia un conflicto
de carácter político. Lamentamos la narrativa falsa que hay detrás de las
acusaciones, y denunciamos que este es un juicio político. El diálogo y la
negociación, y no el encarcelamiento y la persecución política, deberían haber
sido los instrumentos para canalizar el derecho legítimo a la autodeterminación
de Cataluña.
Pero este juicio
político no es sólo un asunto interno español. Posee una clara dimensión
europea ya que choca con valores fundamentales de nuestra Unión, como son la
democracia, la libertad de expresión, la libertad de asamblea y la libertad a
la participación política. Incluso está en peligro el derecho a un juicio justo,
ya que los presos políticos han denunciado numerosas irregularidades durante la
fase previa al juicio. Por ejemplo, muchas de las apelaciones presentadas ante
el Tribunal Constitucional español aún están pendientes de resolución, y por lo
tanto, mientras no se resuelvan, se bloquea su acceso al Tribunal Europeo de
Derechos Humanos.
Seguiremos este
juicio político de muy cerca. Porque estamos absolutamente convencidos de que
los conflictos políticos que involucran derechos fundamentales no son cuestiones
que deban dirimir los jueces. Las catalanas y los catalanes tienen el derecho
legítimo de decidir democráticamente su futuro político, y Madrid y Bruselas
necesitan políticos con el coraje necesario para resolver los conflictos
políticos no con cargas criminales, sino con las herramientas de la democracia.
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