LA “PAX AMERICANA” AMENAZA
NO SOLO A VENEZUELA (II)
FRANCISCO JAVIER GONZALEZ
Roosevelt, antes de
ser proclamado como 26º presidente, siendo aún vicepresidente con McKinley, ya
había aprendido la lección de cómo tratar a los mestizos del patio trasero. Fue
cuando se aprobó en el Congreso USA la infame “Enmienda Platt” que obligó a los
cubanos a incluir en su Constitución el derecho de los gringos a intervenir en
los asuntos cubanos cuando lo estimaran conveniente, además de obligarles a
ceder en arrendamiento perpetuo lo que hoy es la Base Militar –además de
inmunda e ilegal prisión secreta- de Guantánamo. Los constituyentes cubanos se
vieron obligados a incluir en la Constitución de la naciente República, entre
otros del mismo cariz, puntos tan infames como este Artículo III:...el Gobierno
de Cuba consiente que los Estados Unidos pueden ejercitar el derecho de
intervenir para la conservación de la independencia cubana, el mantenimiento de
un Gobierno adecuado para la protección de vidas, propiedad y libertad
individual y para cumplir las obligaciones que, con respecto a Cuba, han sido
impuestas a los EE.UU. por el Tratado de París y que deben ahora ser asumidas y
cumplidas por el Gobierno de Cuba.” Con este aprendizaje no es raro que sea
Roosevelt el autor del siguiente corolario a la Doctrina Monroe.
La enmienda
–corolario- de Roosevelt, formulada y aprobada en el “Discurso del Estado de la
Unión” ante el Congreso el 6 de
diciembre de 1904, afirma que, si un país latinoamericano o caribeño que esté
bajo la influencia de los EE.U U. amenaza o pone en peligro los derechos y/o
propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el gobierno USA está
obligado a intervenir en los asuntos internos del país “descarriado” para
“reordenarlo” –términos usados en el original- restableciendo los derechos y
patrimonios de los ciudadanos yanquis y sus empresas. Theodore Roosevelt, con
esta enmienda, solo daba carácter y cobertura legal a lo que ya practicaba.
Meses antes, en febrero de ese 1904, en la República Dominicana, sumida en
medio de la contienda civil entre jimenistas y horacistas, y con Santo Domingo
cercado por los jimenistas, el remolcador de guerra “USS Yankee”, en protección
de un mercante gringo –el Colombia- que trataba de romper el bloqueo, es
tiroteado por los jimenistas. En respuesta inmediata, el vicealmirante Ch.
Sigsbee ordena al crucero “USS Olympia” y al “USS Newark” bombardear Pajarito y
Villa Duarte que quedan totalmente destruidos, mientras que desde el “USS
Columbia” desembarcaban las tropas que, durante tres días, ocupan parte del
país, fusilando en Bayaguana al general jimenista Nicolás Arias (Masana) antes
de terminar esa primera intervención en Dominicana. Theodore Roosevelt declara
al respecto que los EE.UU son “el gendarme del Caribe”. Nadie supo nunca el
número de muertos que causó el bombardeo y la incursión.
Con el mismo
Roosevelt en la presidencia yanqui se produce la segunda intervención gringa en
Cuba. Estrada Palma alcanza su segunda presidencia de forma fraudulenta en los
comicios de 1905 con la repulsa de sus propios compañeros de antaño, incluido
Máximo Gómez. La oposición se alza en armas en la llamada “Guerrita de Agosto”
y Estrada Palma solicita ayuda a Roosevelt. Otra vez las tropas gringas invaden
la isla y el Secretario de Guerra de los EE.UU., William Taft, suspendió las
funciones del Congreso y asumió todas
las competencias gubernativas y legislativas para “todo el tiempo
necesario para restaurar el orden, la paz y la confianza pública” y, desde
luego, para salvaguardar los más de 200 millones de pesos de las propiedades
gringas en la isla, que al final de la guerra con España malamente alcanzaba
los 50 millones. Taft nombró a Charles E. Magoon como Gobernador provisional de
Cuba mientras durara la intervención directa. Se inauguró así la etapa de mayor
corrupción, sobornos y represión desde las guerras con España –se llegó incluso
a traer esquiroles gringos para frenar las huelgas obreras- que duraría hasta
1909 con la elección del general José Miguel Gómez a la presidencia. En
realidad habrá que esperar a la Revolución cubana de Fidel Castro para eliminar
el control gringo sobre la isla.
La política del
“Big Stick” gringa se extiende por toda la presidencia Roosevelt. En 1907
fuerza al gobierno dominicano para que ceda a los EE.UU. la recaudación de
todos los ingresos aduaneros, saqueo que duraría hasta 1940. En Panamá, en las
elecciones de 1908, de nuevo el Secretario de Guerra W.Taft amenaza que “Si el
fraude irrumpe en las elecciones y surgen diferencias sobre quién o quiénes
constituyen la autoridad, surgiría la necesidad, en virtud del tratado vigente,
de que nosotros determinemos quiénes fueron elegidos legalmente y reconocerlos”
amenaza reforzada con la presencia en las costas panameños de la flota gringa,
los acorazados “Idaho” y “New Hampshire” en la costa atlántica y el “Praisie” y
el “Tacoma” en la pacífica. Como resultado el candidato Ricardo Arias se retiró
de los comicios declarando en un comunicado al país que lo hacía porque “Intento salvar a la república de la
ocupación estadounidense”.
En realidad es con
Theodore Roosevelt cuando comienza el imperialismo gringo a extenderse fuera
del patio trasero para adquirir carácter universal. Como ejemplos valen su
intervención como mediador para acabar la guerra ruso-japonesa por el control
de Manchuria y Corea, actuación que le permitió ser el primer gringo en ser
nombrado Premio Nobel, en este caso de la Paz, que volvería a alcanzar otro
belicoso gringo “pacifista” como fue Henry Kissinger. La demostración del
poderío universal USA fue la “Gran Flota Blanca” formada por cuatro escuadras navales de
combate integradas, cada una, por cuatro acorazados con el correspondiente
acompañamiento de una escolta de cruceros, destructores, cañoneras y barcos
auxiliares. La flota blanca –el nombre le viene de sus cascos pintados de
blanco con orlas doradas en la proa- entre diciembre de 1907 a febrero de 1909
realizó la circunvalación del globo en distintas rutas cada una de ellas para
demostrar el poderío yanqui. Vale recordar que el canario –de La Laguna- Juan Bautista Antequera Bobadilla, al mando
de la fragata blindada “Numancia” fue el primer marino que circunnavegó el
globo al mando de un buque de guerra, episodio que glosó el también canario
Benito Pérez Galdós en uno de sus “Episodios Nacionales”
William Taft sucede
a Roosevelt como 27º presidente y, junto a la continuidad del Big Stick que
propicia que en 1911 acantone 20.000 soldados en la frontera con México y
despliegue la armada frente a las costas de la Baja California, siempre con el
pretexto de “proteger a los ciudadanos norteamericanos”, desarrolla la llamada “diplomacia del dólar”
desde el inicio de su mandato. Su primer movimiento fue comprar a los banqueros
ingleses toda la deuda pública, interna y externa, de Honduras que pasa a ser
una neocolonia gringa para medrar a sus anchas las grandes compañías fruteras
yanquis: la United Fruit Company y la Standard Fruit Company.
Y tras Honduras,
Nicaragua. Las relaciones con Zelaya, presidente nicaragüense por el Partido
Liberal desde 1890, se habían agriado por la decisión USA de construir el Canal
transoceánico por Panamá. Roosevelt ya había intentado deshacerse de Zelaya
apoyando a la minoritaria oposición conservadora y colocando sus barcos de
guerra en el Golfo de Fonseca. Con la llegada a la presidencia de Taft, el
Secretario de Estado gringo Philander Knox mostraba su decisión de intervenir
directamente en Nicaragua si la actuación de la “diplomacia del dólar” no daba
resultado. Bloqueó los préstamos ingleses a Nicaragua y apoyó a los plataneros
gringos establecidos en la Costa de los Mosquitos-recién liberada de la
presencia inglesa- donde el gobernador Estrada Morales se había alzado contra
Zelaya. Estrada, para ello, recibió de los plataneros gringos un millón de
dólares en ayuda y, de manos del cónsul yanqui, Linard, 50.000 $ y 2.000 fusiles.
La flota USA bloqueo las costas para impedir a Zelaya que desembarcara tropa,
al tiempo que presionaba a Guatemala a apoyar la rebelión como efectivamente hizo con armas y
municiones. La rebelión terminó triunfando gracias al apoyo gringo y llevó,
tras variadas vicisitudes, a Estrada a la presidencia con Adolfo Díaz de
vicepresidente. El nuevo gobierno entregó por completo el control económico a
los estadounidenses y Taft nombró a Thomas Dawson –el que había gestionado para
los yanquis el “protectorado” de la República Dominicana- como asesor especial.
Dawson obliga al nuevo gobierno a solicitar un elevado préstamo yanqui para
rescindir los monopolios que había establecido Zelaya y para pagar a los
inversores extranjeros, préstamo avalado por los ingresos aduaneros del país
que pasaban así a manos estadounidenses.
La situación
interna de Nicaragua hacia 1911 se hizo insostenible para la población y la
pugna conservadores vs. liberales amenazaba con impedir el pago de la deuda a
USA. Un golpe de estado obliga a dimitir a Estrada y lleva al vicepresidente
Díaz a ocupar la presidencia con el respaldo de Washington. Adolfo Díaz era un
administrador de empresas, contable jefe de la empresa minera “La Luz and Los
Ángeles” – propiedad de Knox- a la que Zelaya había amenazado. Contra su
gobierno tiránico, que había llevado al país a niveles de pobreza y
endeudamiento inauditos, se alzó el que fuera su ministro de defensa Mena Vado
coaligado con el caudillo liberal Benjamín Zeledón. La rebelión fue aplastada
por las tropas gringas – unos 2.700 infantes de marina y marinos- que
invadieron el país. Al año, en 1912, el presidente Taft declara que “No está
lejos el día en que tres estrellas y tres franjas en tres puntos equidistantes
delimiten nuestro territorio; una en el Polo Norte, otra en el Canal de Panamá
y la tercera en el Polo Sur. El hemisferio completo de hecho será nuestro en
virtud de nuestra superioridad racial, como ya lo es moralmente”
El gobierno USA
establece sobre Nicaragua un protectorado. Asume la función del Banco Nacional,
de las aduanas, de los ferrocarriles que comunicaban los dos océanos y, en
general, de toda la economía del país en desarrollo pleno de la Dollar
Diplomacy combinada, como no, con el garrotazo y tente tieso. Las elecciones se
amañaban, se prohibía la presentación de candidatos que no fueran conservadores
y pro-.gringos y el expolio y control político-económico continuó, con
permanentes enfrentamientos entre liberales y conservadores auspiciados y
controlados por el gringo invasor a su conveniencia hasta 1927, cuando USA
disponía en ese entonces de más de 2.000 marines en el territorio y cuando el presidente yanqui John C. Coolidge designa
al que fue Secretario de Estado con Taft, Henry Stimson, como supervisor en
Nicaragua. Stimson impone de nuevo a
Díaz como presidente títere y organiza la Guardia Nacional como única fuerza
armada legal en el país que, además de sumamente onerosa para los gringos, era
profundamente impopular. La Guardia Nacional y el ejército yanqui fueron incapaces de frenar a las guerrillas del
liberal Augusto Cesar Sandino en una guerra antiimperialista que duró desde
1927 a 1933 en la que intervinieron más de 5.000 soldados yanquis con marina y
aviación incluidas. La lucha de Sandino causó un efecto demoledor sobre la
imagen gringa no solo en Latinoamérica sino a nivel internacional, por lo que
el presidente H. Hoover, en enero de 1933 decidió retirar las tropas invasoras
en el mismo día que el liberal Sacasa en coalición con los conservadores
ocupara la presidencia nicaragüense. La coalición alcanza con Sandino, una vez
salidas de Nicaragua las tropas gringas, un acuerdo de paz en febrero de 1933,
pero el control gringo no acaba ahí.
La Guardia Nacional
queda en manos de Anastasio Somoza, “Tacho”, que monta un complot para asesinar
a Sandino en 1934. En 1936, el presidente Sacasa es derrocado por Somoza en un
golpe militar instaurando la dictadura más represiva y cleptómana de la
historia centroamericana, hasta el punto que, según decía Tacho Somoza, “Que yo
sepa, solo tengo una Hacienda y se llama Nicaragua”. El gobierno gringo de
Eisenhower sustentó todo el tiempo al régimen somocista, hasta el punto que el
propio Tacho declaraba “Pienso permanecer no menos de 40 años, pero si los
EE.UU. me hicieran la menor insinuación de abandonarme, lo haré inmediatamente,
pidiendo solamente garantías completas para mi persona” Se instaura así la que
él mismo definió como “La política de las tres P”: “Plata para los amigos, palo
para los indiferentes y plomo para los enemigos” Desde luego que el gringo lo
conocía bien. Recordemos que el Secretario de Estado de Roosevelt –y el propio
Roosevelt- decían de él: “Somoza es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de
puta”
Roosevelt en 1939
invitó al dictador y a su esposa a los EE.UU. En Nueva Orleans, la Universidad
Estatal de Luisiana lo declaró Doctor Honoris Causa en Leyes y a su llegada a
Washington lo recibió el propio presidente, el vicepresidente, todo el gabinete
presidencial y el presidente de la Corte Suprema de Justicia, todos ellos con
sus respectivas esposas. Se llevó a cabo en honor del dictador una gran parada
militar con más de 1.500 tropas diversas desfilando, 30 tanques de guerra,
tropas y piezas de artillería, todos sobrevolados por 9 superfortalezas
volantes.
La terrible dictadura somocista perdurará más
allá de la muerte de Tacho Somoza a consecuencia del atentado llevado a cabo en
León por el poeta Rigoberto López Pérez. Fue transportado herido en un avión
militar enviado por el entonces presidente Dwight Eisenhower a un hospital
militar de la zona del Canal de Panamá donde, por error médico, murió, pero
habrá que esperar al FSLN para acabar con sus retoños Luis y Tachito que, ante
la sublevación popular triunfante, huyen
en la madrugada del 17 de julio de 1979 hacia Miami.
Francisco Javier
González
Gomera a 20 de
febrero de 2019.
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