JULEN Y EL PERIODISMO
PASCUAL SERRANO
A la semana del
accidente, el corresponsal de un medio holandés que estaba en Totalán cubriendo
los trabajos de rescate de Julen contaba que esta noticia había desplazado en
las televisiones de su país a las informaciones sobre el Brexit. Todos sabemos
el impacto que tienen en la sociedad las noticias de interés humano y el caso
Julen tiene muchos de esos elementos: tragedia, niño, cercanía, lucha contra el
tiempo, incertidumbre del desenlace, movilización de recursos e
infraestructura...
Según pasaban los
días nos estábamos dando cuenta de que la tragedia de Julen tenía todos los
ingredientes para explotar lo más miserable de los medios de comunicación. Unos
medios que dejarían para un segundo plano las noticias racionales y de
trascendencia pública para centrarse en la emocionalidad y la sentimentalidad
del caso Julen.
Lo contaba ya
Almudena Grandes el 21 de enero, "si en España no pasara nada más, no me
quejaría. Pero en España pasan muchas cosas, aparte de Vox y de Cataluña. Por
ejemplo, que el presidente del BBVA, Francisco González, pagara a un
delincuente, el excomisario Villarejo, para que espiara y, llegado el caso,
chantajeara o destruyera la reputación de una serie de personas que amenazaban
su poder". El resultado, dice la escritora, es que los micrófonos
persiguen más a los ingenieros y mineros del pozo que a los directivos de un
banco que contratan a mafiosos.
El panorama
resultaba desolador, mientras suceden cosas graves, las señoras viven en la zozobra
por la vida de niño, los cuñaos desde los bares y en las redes dan lecciones de
ingeniería y en los actos de los partidos se lanzan consignas a la familia
gritando que ese partido está con ellos, como hizo el padre de Mari Luz, la
niña de cinco años asesinada en 2008, y cuyo papel muchas voces han considerado
despreciable y como menos de un protagonismo y un uso político
desproporcionado. "Julen, desde el pozo tan oscuro donde estás metido, el
PP y España entera está contigo", dijo en la convención del PP en la que
defendía la presión permanente revisable.
En Totalán se
apostaron decenas de periodistas; por cierto, atendidos por Protección Civil y
alojados en casas de vecinos solidariamente, parece que la cobertura les salió
barata a los medios. Periodistas en rebaño que solo pueden contar lo mismo y
que se dedican a recoger testimonios obvios de vecinos cuando no a reproducir
al unísono las declaraciones del portavoz oportuno de la Administración o de
los ingenieros.
Puestos a tratar el
asunto podían haber ido buscando dónde se encuentran el millón de pozos ilegales, similares al que
ha caído Julen, antes de que caiga otro niño, aunque eso tenga menos morbo que
cuando hay un niño dentro.
Como
desgraciadamente era de prever, el final resultó aposteósico para las
televisiones. Telecinco modificó su parrilla televisiva, levantó
"Pasapalabra" y "Volverte a ver" por un especial de Ana
Rosa Quintana en la tarde del viernes y la mañana del sábado. Antena 3 y
LaSexta colocaron una pequeña pantalla emitiendo imágenes en directo del
rescate bajo el sensacionalista titular: "A 3 metros de Julen", lo
que despertó numerosas críticas. No importa que tu quisieras saber lo que
pasaba en Venezuela, el conflicto del los taxistas o simplemente desconectar con
el concurso que emitiesen, Julen era omnipresente.
La periodista de
RTVE Ana Ruiz Echauri no podía aguantar la náusea y así decía en un tuit: No
hemos aprendido NADA de otras desgracias anteriores. Vamos sin freno hacia el
asco infinito. ¿Hasta dónde vamos a llegar en lo morboso,
"compañeros"?
El veterano
periodista Arsenio Escolar ponía el dedo
en la llaga señalando que "mejor nos hubiera ido a todos como país si esta
atención extrema al rescate de Julen la hubiéramos prestado en su día los
medios al expolio de las cajas, los recortes del Estado del Bienestar, la
corrupción de todos los colores, la burbuja inmobiliaria, la desigualdad
extrema...".
El Consejo Audiovisual de Andalucía ha anunciado
que analizará el tratamiento mediático del 'caso Julen' en televisión ante una
posible vulneración de derechos fundamentales de la familia. El Consejo reclamó
a las televisiones que huyan del amarillismo y de la espectacularización de
estos casos y recordaba la aprobación de diversas recomendaciones específicas
sobre la aparición de menores en emisiones relativas a sucesos luctuosos o
dramáticos, la Guía de buenas prácticas para el tratamiento informativo de las
desapariciones, o la Guía para el
tratamiento de procesos judiciales en la que se incluye un apartado sobre los
menores de edad.
La recomendación no
solo llega tarde, sino que es inútil en la medida en que su capacidad de
intervención se limita a eso, a una "recomendación".
Recurro de nuevo a
las palabras de Almudena Grandes, la tragedia de Julen "es terrible, es
atroz, causa un dolor infinito a sus padres, estremece a cualquiera que haya
tenido hijos pequeños", pero abandonar la actualidad para dedicar
tertulias, aperturas de informativos y decenas de periodistas a explotar la
tensión de una espera no debería ser el objetivo del buen periodismo.
Esos mismos medios
que reservan el calificativo de populismo en tono peyorativo para los políticos
nos están mostrando que a populismo facilón no les gana nadie.
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